Por G. Jorge Medina
Tomado de la Revista Defensores de la Fe, Los Pentecostales de Royalwood • Vol. 1 No. 1
Amados, por la gran solicitud que tenía de escribiros acerca de nuestra común salvación, me ha sido necesario escribiros exhortándoos que contendáis ardientemente por la fe que ha sido una vez dada a los santos. (Judas 3)
Siendo que el Apóstol Judas tuvo por necesario exhortar a los cristianos a contender por la inmutable fe del evangelio del Dios verdadero; es nuestro deber tomar a pecho esa exhortación, y tomar las armas a nuestra disposición para la defensa de la Fe.
¿No es Acaso Malo Contender?
“Contender” en este contexto no significa discutir, perdiendo la compostura, como la palabra española parece indicar. La palabra griega “epagonizomai” primordialmente se refiere a “la emoción e irritación interna más que a la expresión externa”. [1]
Armonicemos esto con 1 Pedro 3:15:
“…estad siempre preparados para presentar defensa (apología) con mansedumbre y reverencia ante todo el que os demande razón de la esperanza que hay en vosotros.”
Es decir, el celo de la verdad debe estar dentro nuestro “como fuego dentro de los huesos”, pero la actitud del defensor de la fe debe ser siempre respetuosa. El propósito de esta “contención” es salvar a los que se oponen, y para hacerlo debemos ser cuidadosos de no herir el orgullo o los sentimientos de la otra persona voluntariamente. El apóstol Pablo habló de “convencer a los que contradicen” y Judas dijo, “a algunos que dudan, convencedlos.” (Tito 1:9; Judas 22).
¿Qué es la Apologética?
La palabra apologética viene del griego Apología [2]: una defensa.
“La apologética es la rama de la teología que busca proveer justificación racional para la verdad de la fe cristiana.” [3] Es decir, apologética es la defensa intelectual de la fe cristiana.
¿Es Apostólica la Apologética?
El Apóstol Pedro hizo apologética en su primer sermón, exponiendo evidencias de la resurrección de Cristo, y por ende de su identidad Mesiánica (Hechos 2:14-22, 32-39; 3:16-16; 4:8-14, 20). De hecho, el texto clásico de la apologética cristiana nos fue dada por Pedro (1 Pedro 3:15, citado arriba).
El Apóstol Pablo era un energético apologista de la fe, lo cual se ve en pasajes como Hechos 17:2-3, 17-18, 34; 26:26; 1 Corintios 15:1-8; y otros.
¿Defendían la Fe los Primeros Cristianos?
Escritor erudito David K. Bernard, ha escrito con referencia a los apologistas de los primeros siglos:
“Para entender qué motivó a los apologistas a escribir, primero debemos entender la oposición que encontraron los cristianos… a través del segundo y tercer siglos, entonces, los cristianos sintieron la necesidad de defenderse –no físicamente pero… se defendieron por escrito en contra de las acusaciones y objeciones paganas. Había una necesidad de responder públicamente para corregir los rumores escandalosos. Más substancialmente, había una necesidad de explicar las doctrinas del Cristianismo para defenderlo de los ataques de las filosofías paganas. [4]
Los apologistas “escribieron para mostrar que el Cristianismo promovía una moralidad superior, y para demostrar intelectualmente que era la verdad… No apelaron primariamente a la Escritura, porque sus adversarios no aceptaban la Escritura… La táctica básica de los apologistas fue demostrar que el Cristianismo es una buena filosofía–de hecho, la mejor filosofía, la más verdadera filosofía.” [5]
¿Es Necesaria la Apologética Hoy en Día?
Las razones para hacer apologética que tenían los primitivos cristianos aplican en el siglo 21 tanto o más que en esos tiempos. El hombre científico moderno cree que la ciencia tiene la respuesta a todos los misterios de la vida, de tal manera que Dios ya no es necesario; lo tienen como una superstición (al estilo Santa Claus) que debe ser dejada atrás en este tiempo de “avance científico”.
Los tiempos en que vivimos demandan que el cristiano se prepare intelectualmente y espiritualmente para dar una respuesta a los desafíos que se han levantado en contra del conocimiento de la verdad de Dios en el mundo.
¿Qué Puede Hacer el Pastor Local?
Recuerde también que la mejor defensa es una buena ofensiva. Si los pastores hacen su parte en preparar a sus congregaciones en la doctrina básica del nuevo nacimiento, los atributos y la identidad de Dios, y otros temas fundamentales; entonces cada cristiano estará mejor preparado para compartir la verdad con el mundo. Un beneficio que no puede ser menospreciado es que cuando uno se ha familiarizado con la verdad, al aparecer el error este es identificado y contrarrestado inmediatamente, de la misma manera que si uno conoce el billete de 20 dólares, al aparecer un billete falso lo reconoce inmediatamente. El mismo principio aplica con relación a falsas doctrinas, ideologías humanísticas y cosas por el estilo.
¡Defendamos la Fe Apostólica!
Referencias
[1] H. E. Jacobs, International Bible Encyclopedia, Vol. 2, Pág. 1176.
[2] Se pronuncia: Apologuía.
[3] William Lane Craig, Reasonable Faith , 1994 Crossway Books, Pág. xii.
[4] David K. Bernard, Historia de la Doctrina Cristiana – Desde la Edad Post-apostólica hasta la Edad Media. 100 – 1500 d.C., 1995 Word Aflame Press, Pág. 43-44.
[5] Ídem 4, Pág. 45, 46