Tomado del Curso Pentecostal de Estudio de la Biblia Volumen 1. (Pentecostal Bible Study Course Volume 1). © 1966 E. Rohn. Contribuidores a la Primera Edición. E. Rohn, Sra. Rohn, Myrl Nutting, John Dearing.
Contenido
Lección 1. El Imperio Babilónico. El Reino de Oro. (606-539 a.C.)
Lección 2. El Imperio Medo-Persa. El Reino de Plata. (539-331 a.C.)
Lección 3. El Imperio Griego. El Reino de Bronce. (331-63 a.C.)
Lección 4. El Imperio Romano. El Reino de Hierro. (63 a.C.- 476 d.C.)
Lección 5. Roma en Peligro. El Hierro Empieza a Debilitarse
Lección 6. Los Cinco Reinos
Lección 7. Roma y Constantinopla
Lección 8. El Sacro Imperio Romano
Lección 9. El Desarrollo de las Naciones Modernas
Lección 10. El Comienzo de las Angustias
Lección 11. Los Pies de la Imagen
Lección 12. El Señor de los Ejércitos
Lección 13. El Reino de Piedra
Lección 14. ¿Quién es la Piedra?
Lección 15. El Rey de Sion
Lección 16. El Rey Regresa
Lección 17. Jesús Describe la Historia
Lección 18. El Consolador
Lección 19. El Primer Derramamiento del Espíritu Santo o El Nacimiento de la Iglesia
Lección 20. Los Gentiles Reciben el Espíritu Santo
Lección 21. Saulo y Bernabé
Lección 22. Saulo le Colabora a Bernabé
Lección 23. La Iglesia Primitiva (33-64 d.C.)
Lección 24. Doctrina de la Iglesia Primitiva
Lección 25. El Decaimiento (64-325 d.C.)
Lección 26. La Edad Media: Roma Afirma el Control. (325-800 d.C.)
Lección 27. La Tardía Edad Media. (800-1517 d.C.)
Lección 28. La Reforma. (1517-1722 d.C.)
Lección 29. Movimientos de Reactivación. (1722-1900 d.C.)
Lección 30. Reactivación en las Colonias Americanas. (1734-1783 d.C.)
Lección 31. Reactivación en los Estados Unidos. (1783-1860 d.C.)
Lección 32. Reactivación Posterior en América. (1860-1900 d.C.)
Lección 33. Otros Líderes Religiosos
Lección 34. El Reavivamiento Pentecostal. (1901 -)
Lección 35. Doctrina del Temprano Reavivamiento Pentecostal
Lección 36. El Pueblo del Nombre de Jesús. (1914 -)
Lección 37. Un Camino Más Excelente.
Babilonia, una grande y poderosa ciudad, fue la capital de Babilonia. El rey del imperio babilónico tenía su palacio allí. La ciudad tenía gran riqueza y poder. Fue fortificada por paredes anchas, y un ejército fuerte protegía a la nación de enemigos extranjeros.
Los ríos Tigris y Éufrates, que nacen en el norte, en las montañas de Armenia, enriquecieron a Babilonia. El sol caliente maduró las maravillosas cosechas de trigo y cebada. Vientos favorables motivaron al pueblo durante el día y cielos iluminados por las estrellas inspiraron las noches. En Babilonia había abundancia de arcilla, a partir de la cual se construyeron espléndidos palacios y templos.
El rey era un monarca absoluto en Babilonia. Junto a él hubo nobles y sacerdotes que fueron sustentados por los ingresos procedentes de bienes raíces. La clase media incluía a hombres de negocios, artesanos, profesionales y agricultores independientes. Un grupo más grande de trabajadores mal pagos, trabajaban en tiendas y supervisaban los campos en los que a menudo les golpeaban.
Los esclavos formaban un gran grupo en la parte inferior de la escala social y económica. Consistían de personas de pueblos conquistados y los vendidos por deudas. Su situación era desesperante. Trabajaron muy duro en la construcción de diques, excavación de canales, y construcción de grandes templos y palacios. Se les marcaba para evitar que se escaparan, y la ley babilónica impuso la pena de muerte a todo aquel que les ayudara a escapar.
El comercio y el sistema bancario de Babilonia fueron muy similares al de las naciones modernas. El dinero se depositaba en los bancos y en los templos y se prestaba a interés. Los banqueros ostentaron altos cargos de influencia. Más tarde, Grecia y Roma adoptaron el sistema monetario babilónico. Incluso, las naciones modernas utilizan un sistema similar.
Los babilonios adoraban a varios dioses, como el sol, la luna, las estrellas y la naturaleza. Los sacerdotes tenían muchas tierras, a partir de las cuales obtuvieron grandes ingresos. De sus ingresos, ellos prestaban dinero a interés. Los sacerdotes fueron educados y tenían bajo su control toda la educación. Los sacerdotes y otros, tuvieron que estudiar pacientemente por muchos años para poder dominar el difícil sistema de escritura de la época. Por lo tanto, la mayoría de las personas eran analfabetas e ignorantes.
Dios llamó a Abram para que saliera de su país, Ur, [posteriormente habitado por los caldeos (babilonios)], y dejara a su familia para ir a otro lugar que Dios le mostraría. Salió de esa tierra idólatra para rendir libremente culto al único Dios verdadero. Más tarde, se convirtió en el padre de un pueblo, a través de los cuales la totalidad de la tierra iba a ser bendecida (Génesis 12:1-3).
Nabucodonosor, rey de Babilonia, capturó a Jerusalén en 606 a.C. (2.Reyes 24:1-6). Nabucodonosor trasladó a Babilonia a la mayoría de los judíos más ricos e influyentes. Entre ellos estaban Daniel y los tres jóvenes hebreos (Daniel 1:1-6). Los judíos permanecieron en cautiverio por setenta años. (Véase Jeremías 25:11; Daniel 9:2).
Nabucodonosor tuvo un sueño que no pudo recordar. Dios le dio el conocimiento del sueño, al cautivo Daniel. En el sueño, Nabucodonosor vio una gran imagen. La cabeza era de oro, el pecho y los brazos de plata, el vientre y los muslos de bronce, las piernas de hierro, los pies parte de hierro y parte de arcilla cocida. En el sueño, una piedra hirió a la imagen en los pies y ésta se rompió en pedazos. A continuación, la piedra se convirtió en una gran montaña y llenó toda la tierra (Daniel 2:31-35).
Dios puso de manifiesto a Daniel, que Nabucodonosor rey de Babilonia era la cabeza de oro. Después de él vino un reino de plata (Media-Persia). Le siguió un reino de bronce (Grecia). El cuarto de los poderes mundiales fue Roma, el reino de hierro. Luego, pasados todos estos, Dios creó el reino de piedra – el reino de Dios, que nunca será destruido (Daniel 2:36-45).
Más tarde, en el periodo de Belsasar, Daniel soñó con cuatro grandes bestias que salían del mar. La primera era como un león con alas de águila. Las alas le fueron arrancadas y le fue dado corazón de hombre (Daniel 7:3-4). Esto anunciaba la conquista de Babilonia por los medos y los persas.
Seguidamente, apareció un oso con tres costillas en su boca (Daniel 7:5). Esto representa al imperio Medo-Persa que conquistó tres provincias.
Luego vino un leopardo con cuatro cabezas y cuatro alas de ave sobre su espalda (Daniel 7:6). Este se refiere a Grecia con la rapidez de su ejército. Las cuatro cabezas anunciaban a los cuatro generales que gobernaron las cuatro partes del imperio griego después de la muerte de Alejandro Magno.
Les siguió una cuarta bestia, la más terrible de todas. Tenía grandes dientes de hierro y diez cuernos. Un cuerno pequeño surgió entre los demás, derribando tres cuernos de los anteriores (Daniel 7:7-8). Esta terrible bestia representa a Roma y a su estado imperial.
Por último, los santos del Altísimo deberán poseer el reino (Daniel 7:9-27).
Dios juzgó severamente a Babilonia por sus pecados, por su orgullo, y por el cautiverio del pueblo de Dios. Actualmente, algunas naciones modernas persiguen al pueblo de Dios. Toda nación que haga eso, no podrá escapar del terrible juicio de Dios. Con el tiempo, Babilonia se convirtió en una ruina desolada y ahora mismo se encuentra bajo un desierto. ¡Las naciones modernas deben aprender de ese ejemplo! (Véase Isaías 13:17-22; Jeremías50:9-16).
Preguntas:
1. ¿Quién era la cabeza de oro en la imagen?
2. ¿Por qué fue mala la religión babilónica?
3. Describa a la antigua Babilonia.
4. ¿Por qué vino Palabra de Dios a Abram en Ur?
5. ¿Por qué Babilonia fue castigada tan severamente?
Los medos procedían de un país situado a cierta distancia al nor-este de Babilonia; los persas procedían de una región desértica situada al sur-este de Babilonia. Estos pueblos valientes y resistentes, unieron un poderoso ejército bajo Ciro de Persia. (Véase Daniel 2:32, 7:5; 8:3-4).
Marchando contra Babilonia, ellos sitiaron la capital. Mientras que el rey Belsasar estaba embriagado junto con cientos de los señores de Babilonia, Ciro envió soldados por debajo de las murallas, aprovechando el lecho seco del río Éufrates, que había sido desviado temporalmente alrededor de la ciudad de Babilonia. Los medos y persas saquearon a Babilonia y mataron a su rey. Ciro obtuvo una victoria completa.
Ciro permitió a algunos de los judíos exiliados en Babilonia, que regresaran a Jerusalén y reconstruyeran el Templo (Esdras 1:1-4). Isaías había profetizado mucho antes acerca de Ciro, e incluso lo había llamado por su nombre. (Véase Isaías 45:1-4.) Ese gran monarca persa, reconoció abiertamente al Dios de Israel. Ciro, aunque era un gran líder militar, fue justo y amable por naturaleza.
Ciro nombró a Darío de Media como gobernador de Babilonia. Este Darío, no debe confundirse con Darío el Grande, quien gobernó al imperio en 522-486 a.C. Algunos estudiosos piensan que Dario de Media, fue otro nombre usado para Gubaru, el hombre a quien Ciro encargó de los recién conquistados territorios babilonios. Otros piensan que Dario de Media fue el nombre para el rey Ciro en Babilonia (Véase 1. Crónicas 5:26. El rey asirio Tiglath-Pileser se llamaba «Pul» en Babilonia).
Mientras Darío gobernó en Babilonia, unos hombres malos conspiraron contra el profeta Daniel. Convencieron a Darío para que firmara un decreto, que declaró que si alguien realizaba alguna petición a cualquier hombre o dios durante treinta días, salvo al rey, debía ser lanzado al foso de los leones. Daniel, sin embargo, continuó orando tres veces al día a su Dios. Él fue descubierto y delatado ante Darío. Ya que la ley Medo-Persa no podía ser revocada o alterada, Darío se vio obligado a enviar a su amigo Daniel, a la cueva de los leones durante una noche. Dios, sin embargo, envió un ángel que lo protegió. (Véase Daniel 6).
Una de las razones por la que los medos y persas trataron de forma amable a los judíos, se debe a las enseñanzas de Zoroastro, quien enseñó en 1.000 a.C. Él había declarado la existencia de un gobernante justo del universo y su eventual triunfo sobre el gobernante de la oscuridad. Con esta enseñanza, ellos pudieron tener fácilmente simpatía hacia los judíos quienes creían en un Dios verdadero..
Ciro fue sucedido por Cambises, un gobernante más cruel (529-522 A.C.), quien tomó a Egipto y terminó con el imperio de los faraones.
Bajo Darío el Grande (522-486 a.C.), Persia se levantó a su mayor grandeza y esplendor.
Persia contó con un desarrollado sistema postal. El Camino Real de Susa (la capital persa) a Sardis (en Lidia) era de 2500 kilómetros de largo, pero los mensajeros del gobierno, usando caballos rápidos en relevos, podían cubrir esa distancia en una semana.
La gente común no tenía ni voz ni voto para las leyes, sino que debían someterse al Estado. Bajo este gran imperio, medos, persas, babilonios, asirios, lidianos, sirios, egipcios, fenicios y judíos, estaban bajo el gobierno de una gran potencia.
Durante el reinado de Darío el Grande, Persia entró en conflicto con las ciudades-estado griegas. Un poderoso ejército Persa invadió el sur de Grecia en 490 a.C., pero un pequeño ejército ateniense los derrotó en Maratón, a cuarenta y dos kilómetros de Atenas.
Después de la muerte de Darío, Jerjes subió al trono de Persia. Él reunió un ejército mucho mayor que el anterior, para preparar la segunda invasión a la Grecia continental. Trescientos valientes espartanos murieron en el paso de las Termópilas, en un esfuerzo por controlarlos. Marchando al sur de Grecia una vez más, los persas propagaron desolación por todo lo largo y ancho. Sin embargo, una flota conjunta de Atenas y Esparta, hicieron frente a los barcos persas en la batalla de Salamina obteniendo una reñida victoria. La siguiente primavera (479 a.C.), los valientes griegos derrotaron a los persas en Platea. Estas devastadoras derrotas, marcaron el declive del imperio Persa.
Preguntas
1. ¿Cómo se representa a Medo-Persia?
2. ¿Cómo ayudó Ciro a los judíos?
3. ¿Ciro creía en Dios?
4. Describir al Imperio Persa en su mayor esplendor.
5. ¿Quién envió a Daniel al foso de los leones, y por qué?
Alejandro Magno era hijo de Felipe Segundo de Macedonia. Su padre había sometido las ciudades-estado de Grecia. Alejandro subió al trono y amplió las conquistas de su padre.
Alejandro se convirtió en rey a la edad de veinte años. Era un apuesto muchacho con un cuerpo fuerte, voluntad firme y gran imaginación. De modo interesante, Aristóteles, uno de los filósofos griegos más famosos, fue tutor de Alejandro.
Cruzando el Helesponto en Asia, con un ejército de menos de cuarenta mil hombres, Alejandro asombró al mundo por la velocidad de sus movimientos y el poder arrasador de sus fuerzas armadas. Él derrotó a los persas batalla tras batalla. Los judíos y los egipcios se rindieron fácilmente ante su voluntad. En la batalla de Arbela en 331 a.C., cerca del sitio de Nínive, Alejandro derrotó a los persas quienes perdieron su poder para siempre. (Véase Daniel 8:5-7, 20-21).
Al presionar más al este, él conquistó tribus salvajes de montaña e incluso tomó una parte de la India. Como su ejército estaba muy cansado por las interminables batallas, regresó a Babilonia, que se convirtió en la capital del Imperio Macedonio (o Griego). Allí murió en 323 a.C., a la edad de treinta y dos años. (Véase Daniel 8:8, 22.)
Durante su corta vida, Alejandro realizó un gran trabajo. Él hizo que Europa y Asia se relacionaran mucho más. Estableció la cultura griega en muchas ciudades del antiguo Imperio Persa. Despertó admiración por la cultura griega, y el griego se convirtió en el lenguaje de las personas educadas. El arte, la ciencia, la literatura y la filosofía de Grecia se convirtieron en patrimonio de muchas naciones. Se estableció una gran universidad en Alejandría (Egipto), y fue redescubierta una antigua ruta marítima hacia la India.
Cuando murió Alejandro, su imperio se dividió en cuatro partes – Macedonia, Tracia, Siria, y Egipto. Durante mucho tiempo, Palestina se convirtió en un campo de batalla entre el rey sirio y el rey egipcio. (Véase Daniel 11).
Por último, Antíoco Epífanes se convirtió en el rey de Siria en 175 a.C. Él estuvo decidido a exterminar a los judíos e incluso a acabar con su religión, sustituyéndola por la griega. En el Templo de Jerusalén, él levantó un altar al dios Zeus, ofreció cerdos como sacrificio, y rocío la sangre de éstos en el lugar santo. Este fue el mayor insulto con el que provocó a los judíos. (Véase Daniel 8:9-14).
A un sacerdote judío anciano, Matatías de Modín (una pequeña ciudad a treinta y dos kilómetros de Jerusalén), se le ordenó ofrecer un sacrificio a Zeus. Él se negó, y al verse amenazado mató al intruso griego. Junto con sus cinco hijos huyó a las montañas. Allí conformaron una banda de hombres desesperados, que preferían la muerte, a rendir el sacrificio pagano requerido por Antíoco.
Durante muchos años, la lucha desigual continuó. Pero su gran heroísmo no tiene igual en la historia. Muchos judíos prefirieron la tortura y la muerte, a la violación del mandamiento de Jehová. El pequeño ejército judío luchó contra los invasores sirios. El sacerdote murió, y sus galantes hijos cayeron en la guerra, uno por uno. Finalmente en 143 a.C., bajo Simón, el último de los hermanos, los luchadores por la libertad judía ganaron su independencia. (Véase Daniel 8:23-25.)
Posteriormente, el gobierno judío se corrompió y esto preparó el camino para que Roma aumentara su poder en la conquista de Palestina. Roma invadió a Siria y destruyó gradualmente el poder de esta fuerte nación. Por último, Pompeyo completó la conquista del reino Sirio y tomó a Jerusalén en el 63 a.C., después de una corta guerra.
Preguntas
1. ¿Quién fue el gran cuerno de Daniel 8:5?
2. ¿Quién fue el maestro de Alejandro Magno?
3. ¿Cómo fue que Alejandro sorprendió al mundo?
4. ¿Qué causó la división del Imperio Griego?
5. Describa la lucha de los Macabeos.
Roma era originalmente un pequeño asentamiento de agricultores, comerciantes y pastores cerca del río Tíber en Italia. La gente era intensamente patriota. La obediencia a la autoridad de Roma fue considerada como la más alta de todas las virtudes. La gente era sencilla, laboriosa, frugal, valiente y orgullosa. Ellos adoraron a muchos dioses, incluyendo a Janus y a Marte. Janus era el dios de las puertas; Marte fue el dios de la guerra. De ellos tenemos los nombres de los meses de enero [en inglés: january] y marzo [en inglés: march].
De este pequeño principio, Roma aumentó gradualmente su poder. Finalmente, todas las tierras al rededor del mar Mediterráneo fueron controladas por sus legiones victoriosas. Las flotas de barcos romanos, patrullaron las aguas desde España hasta Italia, y también de Grecia y Egipto. La autoridad romana se extendía sobre todo el conocido mundo civilizado. (Véase Daniel 2:33, 7:7, 19.)
En el 63 a.C., un ejército romano comandado por Pompeyo, tomó la ciudad de Jerusalén. Las leyes romanas, aunque rígidas y a menudo severas, trajeron orden y paz a Palestina. Sin embargo, los judíos se irritaron contra la ley extranjera. Su esperanza había aumentado durante la lucha y el reinado de los Macabeos, sólo para ser defraudados por el desorden y la decadencia que le siguió. Ahora, bajo la mano de hierro de Roma, el futuro parecía desesperante. Unos pocos todavía esperaban al Mesías.
El paso fuerte de las legiones romanas hizo eco en toda Palestina. Codiciosos recaudadores de impuestos impusieron una pesada carga. La resistencia contra Roma fue castigada con la máxima severidad. Un gobernante extranjero se sentó en el trono. La voz de los profetas había cesado hace mucho tiempo.
Durante este oscuro periodo, nació Jesús en la sombría ciudad de Belén, cerca de Jerusalén. Su nacimiento ocurrió durante el reinado de Augusto César (Lucas 2:1-7). Los ángeles cantaron de su nacimiento, algunos pastores humildes se apresuraron para ver al nuevo bebé (Lucas 2:8-18). Una estrella brilló en el cielo y unos hombres sabios llegaron desde el este buscando al nuevo Rey (Mateo 2:1-12). La Roma altiva hizo caso omiso, continuando su vida como siempre. El ministerio y la crucifixión de Jesucristo ocurrió durante el imperio de Tiberio César (Lucas 3:1-3, 21-23).
Cuando Jesús estaba siendo enjuiciado, la sanguinaria multitud gritó, «Su sangre sea sobre nosotros y sobre nuestros hijos» (Mateo 27:25). Esto se cumplió cuando los judíos se rebelaron contra la dominación romana en el 66 d.C. Vespasiano, el emperador romano, envió a su hijo Tito con cinco legiones contra Jerusalén. La ciudad cayó después de un terrible asedio en el 70 d.C. Se dice que los romanos mataron como a un millón de judíos. Además, ellos fueron desterrados siendo llevados a tierras extranjeras y unos cien mil sobrevivientes fueron vendidos como esclavos. Los romanos arrasaron el templo judío, en cumplimiento de la profecía de Cristo en Mateo 24:1-2 y Lucas 19:41-44.
Los judíos cristianos, recordando las palabras de advertencia de Cristo en Mateo 24:15-22, logaron escapar de la ciudad condenada.
Preguntas
1. Describa los principios de Roma y su pueblo.
2. ¿Dónde estaba el Imperio Romano?
3. Describa las condiciones de Palestina en el momento del nacimiento de Cristo.
4. ¿Durante el reinado de quién, fue crucificado Cristo?
La primera gran persecución de los cristianos en Roma, fue durante el reinado sangriento de Nerón (64-68 d.C.), el último de la línea de Julio César. Durante el reinado de Nerón, un gran incendio arrasó a la ciudad de Roma destruyendo la mitad de la misma. Nerón acusó a los cristianos de haber establecido el fuego. La persecución estalló. Miles perecieron crucificados, quemados vivos, decapitados o fueron arrojados a fieras salvajes. (Véase Apocalipsis 2:8-11).
Los ejércitos romanos, al regresar a Italia, trajeron a miles de cautivos de las provincias conquistadas. Ellos fueron convertidos en esclavos y trabajaron duro para los ricos nobles en sus grandes propiedades. Con el tiempo, los pequeños agricultores no podían competir contra el trabajo de los esclavos y el grano barato. Entonces abandonaron sus pequeñas fincas agrícolas y acudieron en masa a Roma y a otras grandes ciudades. Ellos perdieron su antigua y sólida independencia y se hicieron dependientes del Gobierno para su alimentación. Los romanos ricos vivían en lujuria y glotonería extrema.
Los soldados romanos construyeron espléndidas y famosas carreteras desde Roma hasta las partes distantes del imperio. El ejército marchó por estas carreteras para luchar contra los enemigos extranjeros. Los mercaderes y los comerciantes viajaban de ciudad en ciudad. Los territorios conquistados adoptaron el idioma latín y las costumbres romanas.
La unidad del Imperio Romano, fue una ayuda para la difusión del Evangelio por parte de los primeros cristianos. El apóstol Pablo viajó por las carreteras romanas y en los barcos romanos, reclamó la protección de las leyes romanas y por último apeló al César romano. Fue encarcelado en una prisión romana, fue custodiado por un soldado romano, tenía amigos creyentes que vivían en la casa del César (Filipenses 4:22) y dio su vida para Cristo en Roma.
Los cristianos, quienes no rendían culto a los dioses paganos, ni al emperador romano, incurrieron en la enemistad del gobierno. Varias persecuciones sangrientas cobraron la vida de miles de santos nobles, pero esto sólo aumentó su valentía y el número de creyentes en Cristo. ¿Por qué temer a la muerte, cuando Jesús nos prometió la vida eterna? (Véase Mateo 10:16-31).
Finalmente, el emperador Constantino reconoció a la nueva religión. Concedió la completa tolerancia y separó el domingo como un día de descanso. Presidió el gran concilio eclesiástico de Nicea, en Asia Menor en el 325 d.C. Al principio la iglesia había adquirido la amistad del imperio romano, pero se corrompió en el proceso. La pureza de los principios de la fe fueron adulterados.
Las tribus alemanas que vivían más allá de los ríos Danubio y Rin, que frecuentemente habían participado en combates contra las legiones del imperio romano, comenzaron a filtrar el rico imperio. Las tribus se establecieron aquí y allá, realizaron saqueos y se mezclaron con los pueblos autóctonos. El imperio que cada vez se hacía más débil y más corrupto, no podía resistir con éxito a las tribus bárbaras.
Algunos misioneros que fueron desterrados, ya habían llevado el evangelio de Cristo a muchas de las tribus alemanas más allá de la frontera de Roma. Otros conocieron la fe después de haber entrado en el imperio.
En el 410 d.C., Alarico, el joven jefe de la tribu germánica visigoda, capturó la ciudad de Roma. Durante tres días y tres noches, aquellos guerreros saquearon la capital del imperio. Alarico ordenó a sus guerreros que respetaran a las iglesias y a sus bienes sin dañar a ninguna persona. La tribu germánica partió pronto y Roma quedó en paz durante un tiempo. Alarico enfermó y falleció en el sur de Italia, y su tribu se hizo camino hacia el norte a través de Italia, estableciéndose en el sur de Francia y en España. Sin embargo, la obra de su vida había sido realizada; un vulgar jefe tribal había humillado el orgullo de la poderosa Roma. El prestigio de aquella gran ciudad se había roto. Ella ya no era invencible, ella ya no era inconquistable. Sin embargo, el imperio romano occidental persistió hasta el 476 d.C., cuando por fin expiró la antorcha del poderoso imperio.
Preguntas
1. ¿Cómo perjudicó la esclavitud a los pobres de Roma?
2. ¿Cómo ayudó el Imperio Romano en la difusión del evangelio?
3. ¿Por qué Roma persiguió a los cristianos?
4. ¿Cuál emperador romano reconoció al cristianismo?
5. ¿La iglesia fue obstaculizada o apoyada por Constantino? ¿Por qué?
6. ¿Quiénes capturaron y saquearon a Roma?
El Sueño del Rey
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El Sueño de Daniel
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Reinos
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Iconos
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Escrituras
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Daniel 2:26-45
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Daniel 7:1-27; 8:1-27
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Cabeza de oro
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León con alas de águila
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Babilonia
606-539 a.C.
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Nabucodonosor
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Daniel 2:37-38; Isaías 13:17-22
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Pecho y brazos de plata
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(1) Oso con tres costillas en su boca
(2) Carnero con dos cuernos
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Medo-Persia
539-331 a.C.
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Ciro el Persa
Darío el Medo
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Daniel 7:5;
Isaías 45:1-4
Daniel 8:1-4, 20
Daniel 5:31
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Vientre y muslos de cobre
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(1) Leopardo con cuatro alas y cuatro cabezas
(2) Cabra con un gran cuerno
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Grecia
331-63 a.C.
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Alejandro el Grande
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Daniel 7:6
Daniel 8:5-8, 21-22
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Piernas de hierro; pies de hierro y arcilla cocida
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Bestia terrible con dientes de hierro y diez cuernos
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Roma
63 a.C.– 410 d.C.
Será reanimada
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Los Cesares
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Daniel 7:7-8, 19-27
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Piedra
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Anciano de días
Uno como el Hijo del Hombre
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Reino de Dios
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Jesús
Santos
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Daniel 2:34-35, 44
Daniel 7:22-27
Mateo 13:37-43
Mateo 25:31-46
Isaías 9:6-7; 11:1-10
Apocalipsis 19:11-16
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Preguntas
1. Nombre un personaje de cada uno de los cinco reinos mundiales.
2. ¿Qué es lo que representa el carnero con dos cuernos?
3. ¿Qué es lo que representa el leopardo con cuatro alas y cuatro cabezas?
4. ¿Cuál es el reino que tuvo el mayor esplendor?
5. ¿Cuál reino fue el más poderoso?
6. ¿En qué consiste el quinto reino?
En el año 330 d.C., Constantino trasladó la capital del Imperio Romano a Bizancio, a la que los turcos llamaron más tarde Constantinopla. Sesenta y cinco años más tarde, el imperio fue dividido bajo dos líderes, uno en el oeste y otro en el este. Así pues, las dos piernas de hierro de la gran imagen entraron en vigor (Daniel 2:33).
Dentro de la ciudad de Roma, surgió gradualmente una iglesia de gran poder. (Véase Daniel 7:8). Dado que Roma fue la sede del gobierno, los líderes de esa iglesia también comenzaron a reclamar autoridad espiritual. Dijeron que el apóstol Pedro fue el líder de la iglesia primitiva, que él había elegido a Roma como su sede, y que él había transferido su autoridad a sus sucesores en Roma que fueron conocidos como Papas. Hasta las iglesias lejanas, en última instancia, aprobaron esta reclamación de Roma.
Varias tribus germánicas – visigodos, ostrogodos, vándalos, borgoñones y lombardos –se convirtieron a la cristiandad arriana, lo que encolerizó a las autoridades de la iglesia romana. Sin embargo, Clodoveo el líder de la poderosa Francia, se convirtió a la fe católica romana a través de la influencia de su esposa Clotilde. Los francos se convirtieron en unos aliados poderosos del papado (sometidos a los papas).
Así, mientras que el Imperio Romano fue vuelto pedazos en el oeste, un nuevo poder surgió de sus ruinas. Y hoy, después de tantos siglos, el poder de la Iglesia Católica Romana sigue siendo poderoso.
En el Oriente, la iglesia de Constantinopla reconoció gradualmente al rey como el líder espiritual de su iglesia. Con el tiempo, la Iglesia Ortodoxa Griega estableció su sede principal en aquella ciudad.
Con el aumento de la riqueza y el poder de aquella iglesia, disminuyó la fe y la pureza. El amor se desvaneció, la codicia y los celos entraron sin ser sentidos, mientras que las prácticas paganas se mezclaron en su culto. El ritualismo sustituyó el poder espiritual. Las personas se inclinaron ante las imágenes. Los sacerdotes reclamaron una autoridad indebida que nunca les fue dada por el Salvador. Pronto, el nombre de Jesús perdió reverencia en los corazones de los miembros de aquella iglesia. La cruz se convirtió en un objeto de superstición y culto. La autoridad de aquella iglesia reclamó preferencia sobre la Santa Biblia. (Véase Apocalipsis 2:13-29).
El Imperio Romano Oriental, conocido como el Imperio Bizantino con su capital en Constantinopla, se mantuvo firme por unos mil años siendo un baluarte de Europa contra los ataques procedentes de Asia. Inconcebiblemente, un poderoso ejército «cristiano» de los cruzados del norte de Francia y de Flandes, que habían tomado la ruta a Tierra Santa para luchar contra los ejércitos musulmanes, sitiaron a la ciudad y la capturaron en el 1204 d.C después de duros combates. Ellos masacraron a miles de habitantes, saquearon la ciudad de sus incalculables tesoros de oro y plata, de estatuas costosas, pinturas, obras de arte y de todo tipo de valiosas propiedades. Sesenta años más tarde, los griegos reconquistaron la ciudad y la gobernaron hasta 1453, cuando los turcos otomanos la sitiaron y la destruyeron poniendo fin al Imperio Bizantino.
Preguntas:
1. ¿Qué es lo que representan las dos piernas de hierro de la gran imagen?
2. ¿Por qué la iglesia de Roma reclamó autoridad sobre cualquier otra iglesia?
3. ¿Qué tribu poderosa aceptó la fe católica romana?
4. ¿Por qué la riqueza y el poder corrompieron a aquellas iglesias?
5. ¿Cuánto tiempo duró el Imperio Bizantino?
En el año 732 d.C., los francos dirigidos por Carlos Martel, salvaguardaron a Europa de los sarracenos (árabes musulmanes). Los sarracenos habían invadido y conquistado a España. Una gran multitud de guerreros musulmanes se desparramaron por los Pirineos, pero Martel implantó un ejército de francos y sus aliados, con el cual derrotó a los sarracenos en la Batalla de Tours en Francia.
Veintiocho años más tarde, Carlomagno rey de los francos, se arrodilló en la oración del día de Navidad del año 800 d.C. en Roma. El Papa se acercó y poniendo la corona imperial sobre la cabeza de Carlomagno, le proclamó emperador del Sacro Imperio Romano.
Carlomagno ya había aplastado al reino Lombardo del norte de Italia, que había amenazado al Papa. También conquistó a la tribu sajona de Alemania después de varios años de lucha. Después de derrotarlos, Carlomagno obligó a los sajones a que aceptaran la fe católica romana y fueran bautizados.
En el año 843, el reino de los francos se dividió entre los tres nietos de Carlomagno. Uno gobernó al occidente, dando comienzo a la Francia moderna. Otro gobernó en el oriente, dando comienzo a la Alemania moderna. El nieto mayor gobernó en la mitad del reino, y de allí surgieron Holanda, Bélgica, Suiza e Italia. Alsacia-Lorena, que con el paso de los años se convirtió en un campo de batalla para los alemanes y los franceses, formaba parte de ese reino.
La iglesia papal aumento en riqueza, fama y poder. El Papa a menudo puso gobernantes y quitó gobernantes, y fue conocido como el «Santo Padre». (Véase Mateo 23:9). La Iglesia Católica consideró como herejes a quienes no estuvieran de acuerdo con la autoridad de esa iglesia. La ley obligaba a todos a ser miembros de la Iglesia Católica Romana. La Iglesia Católica, tiñó el suelo de Italia, Francia, España e Inglaterra con la sangre de quienes se atrevieron a organizar iglesias diferentes. Por ejemplo, las fuerzas Católicas exterminaron a los albigenses del sureste de Francia. Los Valdenses del norte de Italia y de Suiza, huyeron hacia las montañas para escapar de las manos vengativas de los soldados del Papa. (Véase 2. Timoteo 3:12). La autoridad papal reemplazó a la Escritura y el poder sustituyó al amor. El miedo se apoderó de los corazones de muchos. (Véase 1. Timoteo 4:1-3).
La mano de hierro de la inquisición, castigó con crueldad a quienes fueron infieles a la iglesia papal. La inquisición fue especialmente sangrienta en España, que fue finalmente recuperada de los sarracenos. Los judíos también compartieron el mismo destino de los cristianos. Sólo en los altiplanos ocultos de los Alpes, la luz de la libertad religiosa ardía débilmente.
Preguntas
1. ¿Quiénes fueron los sarracenos?
2. ¿Quién libró a Europa de los sarracenos?
3. ¿Qué hizo Carlomagno por el Papa?
4. ¿Cuáles fueron los inicios de la Francia y Alemania modernas?
5. ¿Cree usted que la iglesia papal puso de manifiesto el verdadero Espíritu de Cristo en su trato con los que no la aceptaban? ¿Por qué?
En el año 1076, un poderoso pueblo de Asia llamado los turcos seléucidas arrebataron a Jerusalén de los árabes. Estos turcos eran firmemente musulmanes. El Papa y la nobleza de la Europa occidental deseaba arrancarles a ellos la Tierra Santa. Cientos y miles de caballeros de diferentes partes de Europa marcharon por tierra y lo lograron después de mucho sufrimiento y pérdidas de vidas, tomando a la ciudad de Jerusalén en el año 1099. Sin embargo, los cruzados no pudieron sostenerse permanentemente en Palestina, aunque varias veces fueron enviados otros ejércitos. Las cruzadas, que duraron aproximadamente doscientos años entre el 1100-1300 d.C., fueron en última instancia un fracaso.
Cuando los cruzados marcharon hacia el Asia Menor, Siria y Egipto, ellos se encontraron con una civilización que superó en muchas maneras a la que ellos tenían. Dejaron castillos y pueblos vulgares, y encontraron grandes ciudades, palacios de mármol, y más de un pueblo culto con buenos modales. Ellos habían despreciado a los musulmanes como infieles, pero encontraron que muchos de ellos eran hombres muy honorables. Ellos y sus familias aprendieron a disfrutar de los productos del Oriente, tales como sedas, perfumes, especias y piedras preciosas. Las rutas comerciales surgieron de nuevo entre Europa y Asia.
En 1227, los turcos aparecieron en el Asia Menor. Ellos con antelación, habían sido repelidos hacia el oeste por el avance de los mongoles. Poco después, ellos ocupaban las mejores tierras del Asia Menor. Ellos cruzaron a Europa y conquistaron los Estados de los Balcanes al sur del Danubio. Por medio de sus demoledoras fuerzas, conquistaron a Constantinopla en 1453. El rey griego, último de los emperadores bizantinos, murió defendiendo su reino.
Después que los turcos capturaron a Constantinopla, fue cortado el suministro de lujos provenientes de la India. Por lo tanto, Colón propuso alcanzar a la India navegando hacia el oeste. En ese momento, muchas personas pensaban que la tierra era plana. Por lo tanto, muchos dudaban de la cordura de Colón. Sin inmutarse, él navegó con tres pequeños barcos hacia el oeste. Colón y su tripulación española, llegaron a tierra el 12 de octubre de 1492. El viaje tomó dos meses. Sin embargo, no llegaron a su destino intencionado de la India, pero sí a varias islas, que más tarde recibieron el nombre de Indias Occidentales [y que en idioma español reciben el nombre de Antillas]. Este acontecimiento, condujo a la explosión europea por la exploración y conquista del Nuevo Mundo. España y Portugal tomaron a América del Sur. Inglaterra, Holanda y Francia tomaron a América del Norte. Más tarde, los Estados Unidos y el Canadá, se convirtieron en un refugio para muchos de los pueblos oprimidos de toda Europa.
Asimismo, durante este tiempo se dieron muchos avances tecnológicos en Europa. El más importante, en lo que se refiere a la Historia de la Iglesia, fue la invención de la imprenta de tipos móviles, por el alemán Johannes Gutenburg alrededor de 1450. El primer libro que pasó por su imprenta fue una Biblia Latina. Hasta ese momento, el método tradicional había sido el de escribir y copiar los libros a mano sobre pergaminos. La imprenta hizo posible que la Biblia y otras publicaciones, tales como exposiciones doctrinales, fueran distribuidas ampliamente por toda Europa.
La imprenta fue una de las principales razones, del por qué la Reforma Protestante se llegó a difundir por toda Europa. El acceso más fácil a la Biblia, ayudó a que la gente viera las muchas falsas doctrinas y prácticas de la iglesia papal.
Martín Lutero (1483-1546) precipitó con éxito la desintegración de Roma. Él estuvo leyendo Romanos 1:17, y estas palabras le llamaron la atención: «El justo vivirá por la fe.» Esta idea era monumental, ya que él comprendió que la salvación es solamente a través de la sangre expiatoria de Cristo y no por obras, es decir, el favor de Dios no puede ser ganado, sólo recibido. El catalizador de su ruptura con Roma, fue su denuncia de la venta de indulgencias por parte de los representantes del Papa. Las autoridades papales, alegaron que las indulgencias que la gente compraba a un precio determinado, podían garantizar el perdón temporal de los pecados.
Después de que Lutero atacó la venta de indulgencias, el Papa lo denunció y lo condenó. Sin embargo, el príncipe de Sajonia «secuestró» a Lutero y le protegió la vida. Miles de personas siguieron la luz de este descubrimiento de Lutero. En un siglo, la mitad de los países de Europa se habían convertido oficialmente en protestantes.
La Reforma Protestante, fue uno de los factores principales para el incremento del nacionalismo. Los europeos comenzaron a desarrollar una fuerte conciencia nacional. Las líneas fronterizas se habían establecido por medio de guerras, por medio de acuerdos y por condiciones de la naturaleza. El amor por el país fue desarrollado en un alto grado.
En los próximos siglos, continuaron los avances tecnológicos, trayendo la Revolución Industrial. Se popularizó el uso de las máquinas, trayendo consigo el ahorro de la mano de obra. Por ejemplo, entre las máquinas inventadas durante 1750 a 1800, estaban las de hilado y tejido de algodón, y la máquina de vapor. El barco de vapor y la locomotora, fueron desarrollados entre 1800 y 1850. Entre 1850 y 1900, se inventaron mejores métodos de fabricación del acero, así como muchas máquinas agrícolas, la luz eléctrica, el telégrafo inalámbrico y los automóviles impulsados por gasolina.
Surgieron grandes ciudades, pues muchas personas abandonaron sus granjas y obtuvieron trabajo en las fábricas y en las minas. A esto le siguió la producción a gran escala. Esto hizo que un mayor nivel de vida fuera posible para muchos.
Preguntas
1. ¿Cuáles fueron las cruzadas?
2. ¿Cómo impulsaron las cruzadas el comercio entre Europa y Asia?
3. ¿Qué invención hizo que la Biblia fuera fácilmente accesible?
4. ¿Quién comenzó la Reforma Protestante en Europa?
5. ¿Qué hizo la maquina por las personas?
Las naciones de Europa formaron alianzas para protegerse de rivales fuertes y ambiciosos y de aprovisionarse de mucho poder. En 1882, Alemania, Austria-Hungría e Italia formaron la Triple Alianza. Para compensar a esta coalición, Inglaterra, Francia y Rusia conformaron la Triple Entente en 1907.
Alemania adquirió intereses en Mesopotamia (antigua Babilonia) y deseó controlar una línea férrea que se extendiera desde Berlín (Alemania) hasta Bagdad (Iraq). La línea propuesta correría a través de Alemania, Austria-Hungría, Serbia, Bulgaria y Constantinopla (Estambul, Turquía), y de allí a través del Asia Menor (Turquía) hasta Bagdad (Iraq), sobre el río Tigris. Austria-Hungría, Bulgaria y Turquía fueron aliados de Alemania; Serbia estuvo sola en el camino. Surgieron problemas entre Austria y Serbia. Un estudiante serbio, le pegó un tiro al heredero del trono de Austria, y pronto estalló la guerra el 28 de julio de 1914. Rusia llegó en ayuda de Serbia, Alemania fue en ayuda de Austria, y Francia se puso del lado de Rusia. Alemania invadió a Bélgica para atacar a Francia. Esto provocó que Inglaterra entrara en la guerra poniéndose en el lado de Francia y sus aliados. (Véase Santiago 4:1-4).
A esto le siguió la más destructiva y terrible guerra mundial. En cuatro años cobró la vida de diez millones de personas; una cantidad incalculable de propiedades quedaron en ruinas, y gran angustia fue colocada sobre el mundo entero. Los Estados Unidos entraron a la guerra contra Alemania en 1917. Alemania reconoció la derrota después de luchar mucho, y los países beligerantes firmaron un armisticio el 11 de noviembre de 1918. La paz llegó en el undécimo mes, el undécimo día, y a la undécima hora. ¿Fue esta una señal de que aquella paz era sólo un asunto de carácter temporal?
Si alguien busca en un mapa, podrá ver que casi todas las naciones aliadas formaron parte del antiguo Imperio Romano. Entre ellas figuran Italia, Francia, Bélgica, Inglaterra, Serbia y Grecia. Además, los ingleses fueron los principales colonizadores de los Estados Unidos en los primeros días.
Una consecuencia importante de la guerra, fue la captura de Jerusalén por el General Allenby de las fuerzas inglesas. Él fue un hombre de oración. Los turcos se rindieron en la Ciudad Santa, sin luchar, a fin de que los ingleses no los bombardearan. (Véase Isaías 31:5, Lucas 21:24). Inglaterra estableció un protectorado sobre Palestina y comenzó a alentar a los judíos a regresar a la tierra de sus antepasados (Isaías 60:9-12). En veinte años, los judíos en Palestina aumentaron de cincuenta mil a cerca de quinientos mil. Sin embargo, los árabes hostiles les dieron muchos problemas. (Véase Génesis 16:12).
Otra importante consecuencia de la guerra fue la Revolución Rusa (1917-18). Los revolucionarios derrocaron al gobierno del zar y lo ejecutaron a él y a su familia. Los bolcheviques aplastaron a las clases altas de Rusia y establecieron un gobierno supuestamente para los trabajadores. El partido comunista, con Lenin como su líder, tomó el control. Cuando murió Lenin, Stalin se convirtió en dictador. El Partido Comunista puso todos los bienes en manos del gobierno y adoptó una actitud hostil hacia el cristianismo. Los comunistas persiguieron y asesinaron a muchos cristianos serios y sinceros en todas partes de Rusia.
En 1922, Italia fue asolada por la pobreza y la anarquía amenazó con hundir al país. Sin embargo, Mussolini, un veterano de guerra y líder de la organización fascista, se hizo cargo del gobierno en Roma. Sus tropas se llamaron las camisas negras. Ellos, sin embargo, no hicieron daño al rey Víctor Manuel. Mussolini gobernó con una mano de hierro y estableció un formidable ejército y una flota aérea. Él abogó por la rigidez y el patriotismo como las cualidades sobresalientes de la antigua Roma, y admitió francamente que su misión era la de reconstruir el Imperio Romano. Él concedió una pequeña extensión de territorio al Papa, quien nuevamente se convirtió en un gobernante temporal. Mussolini hizo guerra contra la antigua Etiopía en 1935, conquistando aquel país en siete meses. A raíz de esto, declaró en un gran discurso dado en Roma en mayo de 1936, que el nuevo Imperio Romano fue una vez más establecido sobre las «eternas colinas de Roma.»
Además, envió muchos aviones de combate, mucho equipo militar y muchos soldados para ayudar al general Franco en su guerra sangrienta contra el legítimo gobierno de España (1936-1939).
En la Primera Guerra Mundial, Alemania fue humillada. Los Aliados tomaron sus colonias y gran parte de su territorio, tomaron su flota y redujeron drásticamente a su orgulloso ejército. Los Aliados también impusieron una enorme indemnización de guerra a su enemigo vencido. A ese país llegaron tiempos difíciles y muy angustiosos.
Adolfo Hitler, veterano de guerra y nativo de Austria, llegó al poder en 1933 como dictador de Alemania y líder del movimiento nazi. Su principal consigna fue «Alemania para los alemanes». Él culpó a los judíos de la derrota en la Primera Guerra Mundial y también los consideró como enemigos y parásitos de Alemania. Hitler persiguió terriblemente a los judíos.
Hitler organizó una poderosa máquina de guerra en contra de los aliados, volvió a ocupar a Renania y se hizo cargo de Austria. Ocupó gran territorio de Checoslovaquia, e hizo que aquella emprendedora República quedara prácticamente a cargo de Alemania.
Hitler y Mussolini conformaron lo que se llamó «el eje Roma-Berlín». Cada país exigió más colonias, a la vez que mantuvieron a Inglaterra y a Francia irritados y confundidos, preguntándose lo que sucedería después.
Otra consecuencia destacada de la Primera Guerra Mundial, es que se incrementó la depresión y el desempleo. Además, los impuestos aumentaron enormemente, mientras que el miedo y la ansiedad se apoderaron de los corazones de los hombres de negocios, de los agricultores y de los trabajadores. (Véase Lucas 21:25-26.)
Preguntas
1. ¿Cómo obstaculizó Serbia el desarrollo de Alemania?
2. Nombre de la Alianza de naciones que formaban parte del antiguo Imperio Romano.
3. ¿Quién arrebató a Jerusalén de los turcos, y cuáles fueron los resultados?
4. ¿Cuáles fueron los resultados de la Revolución Rusa?
5. ¿Qué hizo Mussolini en Italia?
6. ¿Qué hizo Hitler en Alemania?
Un tiempo de guerra universal, extrema angustia y tribulación vino al mundo, culminando en la Segunda Guerra Mundial. Aunque los problemas de comercio, impuestos y desempleo eran graves, las naciones dedicaron la mayor parte de sus energías en una precipitada carrera armamentista. El pecado cayó como una pesada lacra sobre todas las tierras, y las sombras de la tribulación comenzaron a extenderse.
La pesada sentencia mundial llegó a algunas iglesias. Durante la Primera Guerra Mundial, Los turcos masacraron a un millón o más de armenios (personas de la Iglesia Ortodoxa Oriental). La revolución comunista de 1917-18 rompió el poder de la Iglesia Ortodoxa en Rusia, que era la iglesia nacional, pero se había hecho rica y corrupta.
La empresa de Mussolini en Etiopía (1935-36) sometió bajo su poder a la Iglesia Ortodoxa de Etiopía. El emperador de Etiopía reclamó la ascendencia de un presunto hijo del Rey Salomón y la Reina de Sabá. Sin embargo, él y su familia se vieron obligados a huir de la tierra que durante mucho tiempo gobernaron sus antepasados. (Véase Ezequiel 30:1-9).
La Guerra Civil española (1936-39) trajo sufrimiento a católicos y a protestantes por igual. La Iglesia Católica gobernó durante mucho tiempo y con mano de hierro a ese país. Las grandes masas de personas eran pobres y analfabetas. Durante la década de 1930, muchas iglesias católicas fueron destruidas y muchos monjes y monjas fueron asesinados. Las tropas nacionalistas del general Franco, mataron a un número de ministros protestantes en represalia.
Muchas naciones han odiado y perseguido a los judíos, desde su dispersión en el 70 d.C. Durante el tiempo de Pablo, el emperador romano Claudio, obligó a los judíos a salir de Roma (Hechos 18:2). Rusia, Rumania y Polonia son culpables de muchos crímenes contra los hijos de Abraham. España trato cruelmente a los judíos durante la Edad Media. El ejemplo más notorio fue el de Alemania. Bajo Hitler, una ola de persecución arrasó al país, culminando con el Holocausto. Los árabes, aunque relacionados con los judíos por medio de Abraham, siguen siendo sus enemigos decididos. (Véase Jeremías 29:16-19).
Muchos han notado un notable descenso de la fe cristiana en todas las tierras de los gentiles. (Ver Romanos 11:21). El modernismo y la incredulidad han hecho grandes avances dentro de las iglesias, mientras que muchos ministros ya no creen en los milagros de Cristo o en su sacrificio de sangre expiatoria. Por otra parte, Dios ha derramado su Espíritu de un modo maravilloso desde el año 1900, como preparación para la venida de Cristo. (Véase Joel 2:28-29).
El nuevo «Imperio Romano», restaurado por Mussolini en 1936, creció de manera constante en poder y prestigio. En 1912, en el norte de África, Italia arrebató a Libia de Turquía. También en 1918, Italia recuperó unas tierras que tenía en disputa con Austria. Conquistó a Etiopía (1935-36) y se convirtió en la base de un nuevo Imperio Romano. La propaganda italiana, causó descontento entre los pueblos musulmanes de Egipto y Palestina.
La Guerra Civil Española (1936-39), fue un conflicto mundial a pequeña escala. Mussolini y Hitler apoyaron abiertamente al general Franco en su guerra contra el gobierno de la época. Aquellos que permanecieron leales al gobierno, recibieron ayuda de Rusia y Francia, mientras que Inglaterra intentó permanecer en un cerco inestable de neutralidad.
Anteriormente, los reyes de España dividieron al país en grandes haciendas, que eran propiedad de ricos terratenientes, de la nobleza y de la Iglesia Católica. Los pequeños agricultores y obreros, trabajaron en estas grandes fincas por un sueldo pésimo. La depresión que vino después de la Primera Guerra Mundial, trajo salarios más bajos e hizo más difícil la existencia. El nuevo gobierno oficial, repartió algunas de estas tierras entre la gente común. El ejército regular, bajo el General Franco, con la ayuda de los moros islámicos del África, se rebeló en 1936, y una guerra muy sangrienta asoló a aquella tierra.
Mussolini apoyó al general Franco en su guerra contra los «Rojos», declarando que España debía ser librada del comunismo. Es cierto que Rusia ayudó a los oficialistas. El populacho fue culpable de destruir algunas iglesias católicas y de matar a algunos sacerdotes. Esta fue una reacción contra la tiranía de la Iglesia Católica Romana y su cruel actitud hacia los pobres. Verdaderamente, el hierro y el barro cocido no pudieron mezclarse en España. (Véase Daniel 2:41-43.)
Daniel profetizó que un poder situado en Roma, destruiría a tres naciones en los últimos días (Daniel 7:8). Estos tres países están situados en algún lugar del Imperio Romano. Italia, sin duda, es una de las tres naciones sometidas. España puede ser una de las otras.
Preguntas
1. Nombre algunas de las naciones que han perseguido a los judíos.
2. ¿Qué poder se desarrollará en Roma durante los últimos días?
Las naciones gentiles se prepararon para una gran guerra. Grandes ejércitos fueron capacitados, equipados y alistados para la batalla. Las fábricas trabajaron duro para producir cañones, obuses, tanques, automóviles, aviones, máscaras de gas, ropa y suministros de todo tipo para la guerra. Las naciones supervisaron cuidadosamente sus suministros de petróleo, gasolina y otras necesidades. Se inventaron nuevas y letales armas para tierra, mar y aire. Las naciones estaban llenas de odio y miedo, y nadie sabía cuando vendría el próximo golpe.
El resultado fue la Segunda Guerra Mundial (1939-45), el mayor y más devastador conflicto en la historia de la humanidad. Por un lado estaban las Potencias del Eje, principalmente Alemania, Japón e Italia. Por el otro lado estaban los victoriosos Aliados, que incluyeron a los Estados Unidos, el Reino Unido, la Unión Soviética, China y Francia. La guerra cobró la vida de unos cuarenta a sesenta millones de personas. De estos, por lo menos veinte millones de rusos, y seis millones de judíos fueron asesinados por los nazis.
Esta guerra prefiguró un próximo conflicto mundial en el que Dios juzgará a los gentiles. El profeta Joel profetizó de la horrible carnicería que pronto visitará a este errado mundo (Joel 3:1-14). Dios castigará a las naciones gentiles por los agravios que han hecho a los judíos, y a los pobres y necesitados. El cultivo de la maldad está maduro y el día de la cosecha ya casi llega. Dios está llamando a las multitudes al valle de la decisión.
Daniel 12:1-4 habla de un tiempo de gran tribulación, a partir de la cual el pueblo de Dios será librado. En los tiempos del fin, «muchos correrán de aquí para allá, y la ciencia se aumentará» (Daniel 12:4). Esta profecía se cumplió ampliamente en nuestro tiempo.
Nahum 2:3-4 habla de carros como antorchas encendidas que correrán como relámpagos en el «día de su preparación». La profecía de Nahum, es una buena representación de los veloces automóviles, que abundan actualmente en nuestras carreteras.
Jesús advirtió a sus discípulos, en un lenguaje sencillo, de la tribulación que Dios enviaría al mundo (Mateo 24:28-31). Isaías 26:20-21 profetiza de la ira de Dios y de su indignación próxima a venir sobre esta tierra malvada, pero también promete un refugio para el pueblo de Dios. Jeremías dice que los muertos por el Señor serán «desde un extremo de la tierra hasta el otro» (Jeremías 25:33).
Cuando Jesús vino a Nazaret, Él dio cumplimiento a la maravillosa profecía de Isaías 61:1-3 terminando con las palabras: «a predicar el año agradable del Señor» (Lucas 4:19). Todavía no había llegado el tiempo para «el día de la venganza del Dios nuestro». Ese día de la venganza pronto llegará. Santiago 5:1-8 dice que los ricos y poderosos han oprimido y defraudado a los pobres. Los gritos de los necesitados y maltratados han subido hasta Dios y «han entrado en los oídos del Señor de los ejércitos» (Santiago 5:4). Se ha acercado la venida del Hijo de Dios desde los cielos (1. Tesalonicenses 1:10; Santiago 5:8).
Ezequiel 38 y 39 profetiza que las naciones gentiles del norte harán guerra contra Israel Zacarías 14:1-5 habla de las naciones que capturarán a Jerusalén, y cómo Dios con sus santos, vendrá desde el cielo para proteger a los judíos. (Véase Apocalipsis 19:11-21).
Sin embargo, los hijos de Dios no tienen por qué temer. Ellos ven el presente y los problemas futuros anunciados por los profetas, a la luz de la esperanza de la venida de su salvador desde el cielo (1. Tesalonicenses 4:13-18). Sus esperanzas no están basadas en esta vida, sino en la venida de Cristo en las nubes (Hechos 1:9-11). Ellos no desesperarán porque Jesús ha dicho: «Cuando estas cosas comiencen a suceder, erguíos y levantad vuestra cabeza, porque vuestra redención está cerca» (Lucas 21:28).
¡Dios prometió librar a su pueblo! Ningún grito de «paz y seguridad» nos hará caer en el sueño (1. Tesalonicenses 5:1-6). ¡Somos hijos del día, no de la noche! ¡Estamos listos para la venida de Jesús! (Véase Mateo 24:42-51.)
Preguntas
1. Nombre a los profetas del Antiguo Testamento, que profetizaron de la tribulación de los últimos días.
2. ¿Quién advirtió a los ricos y poderosos?
3. ¿Por qué sufren las naciones gentiles?
4. Cite una referencia bíblica relativa a la tribulación.
Hemos estudiado el reino de oro de Babilonia, el reino de plata de Persia, el reino de bronce de Grecia, y el reino de hierro de Roma, con sus pies de hierro y arcilla cocida.
Ahora vamos a estudiar el último y más grande de los reinos. Este destruirá a todos los demás poderes y se mantendrá por siempre. El profeta Daniel interpretó el sueño de Nabucodonosor diciendo acerca de este reino: «Estabas mirando, hasta que una piedra fue cortada, no con mano, e hirió a la imagen en sus pies de hierro y de barro cocido, y los desmenuzó. Entonces fueron desmenuzados también el hierro, el barro cocido, el bronce, la plata y el oro, y fueron como tamo de las eras del verano, y se los llevó el viento sin que de ellos quedara rastro alguno. Mas la piedra que hirió a la imagen fue echa un gran monte que llenó toda la tierra» (Daniel 2:34-35).
Daniel explicó además la condición del mundo antes de la llegada de este reino. «Y por ser los dedos de los pies en parte de hierro y en parte de barro cocido, el reino será en parte fuerte y en parte frágil. Así como viste el hierro mezclado con barro, se mezclarán por medio de alianzas humanas; pero no se unirán el uno con el otro, como el hierro no se mezcla con el barro. Y en los días de estos reyes, el Dios del cielo levantará un reino que no será jamás destruido, ni será el reino dejado a otro pueblo; desmenuzará y consumirá a todos estos reinos, pero él permanecerá para siempre» (Daniel 2:42-44).
Daniel 7:7-28 describe a la terrible bestia y su sangriento reinado (el Imperio Romano). Muchos comentaristas piensan que los diez cuernos representan a diez reyes que surgirán dentro de un nuevo Imperio Romano. Un cuerno pequeño vendrá y desarraigará a tres de los diez cuernos. Así, algunos dicen que un poder de Roma dominará a tres naciones del revivido Imperio Romano.
Resaltemos la descripción de este cuerno pequeño. Es un hombre, porque tiene ojos y una boca que habla grandes cosas. Él es diferente a los otros reyes y su aspecto es más sólido que el de ellos. Incluso él se atreverá a hablar en contra del Altísimo. Él emprenderá una guerra contra el pueblo de Dios, los herirá y prevalecerá contra ellos. «Y veía yo que este cuerno hacía guerra contra los santos, y los vencía, hasta que vino el Anciano de Días, y se dio el juicio a los santos del Altísimo; y llegó el tiempo, y los santos recibieron el reino» (Daniel 7:21-22).
«Pero se sentará el Juez, y le quitarán su dominio para que sea destruido y arruinado hasta el fin, y que el reino, y el dominio y la majestad de los reinos debajo de todo el cielo, sea dado al pueblo de los santos del Altísimo, cuyo reino es eterno, y todos los dominios le servirán y obedecerán» (Daniel 7:26-27).
¡El reino de piedra -el reino de Dios- prevalecerá!
Preguntas
1. ¿Qué representan los diez cuernos de la bestia?
2. ¿Qué representa el cuerno pequeño?
3. Describa al cuerno pequeño.
4. ¿Cómo tratará el cuerno pequeño a los santos?
5. ¿Cuándo traerá Dios el reino de piedra?
La Biblia nos dice quién es la piedra. La primera mención directa a una piedra se encuentra en Génesis 28:11. Jacob, que estaba solo y lejos de su casa, dormía utilizando una piedra como almohada. Tuvo un hermoso sueño en el que vio una escalera que llegaba al cielo, con ángeles ascendiendo y descendiendo por ella. Además vio al Señor por encima de la escalera hablándole palabras de confort y seguridad. Jacob despertó, tomó la de piedra que utilizó como almohada para establecerla sobre un pilar y la ungió con aceite. Llamó aquel lugar «Casa de Dios».
Moisés dijo en su canción: «Porque el nombre de Jehová proclamaré. Engrandeced a nuestro Dios. Él es la Roca, cuya obra es perfecta, Porque todos sus caminos son rectitud; Dios de verdad, y sin ninguna iniquidad en Él; Es justo y recto» (Deuteronomio 32:3-4).
En su oración Ana declaró: «No hay santo como Jehová; porque no hay ninguno fuera de ti, Y no hay roca como el Dios nuestro» (1. Samuel 2:2).
El salmista David exclamó: «Porque ¿quién es Dios sino sólo Jehová? ¿Y qué roca hay fuera de nuestro Dios?… Viva Jehová, y bendita sea mi roca, Y enaltecido sea el Dios de mi salvación» (Salmo 18:31, 46).
Jesús, en su Sermón de la Montaña, dijo que el que lo oye y le obedece, es como «un hombre prudente que edificó su casa sobre la roca» (Mateo 7:24), donde las tormentas no podían destruirla. Pedro confesó a Jesús, «Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios viviente» (Mateo 16:16). Jesús respondió a Pedro, «Bienaventurado eres, Simón, hijo de Jonás, porque no te lo reveló carne ni sangre, sino mi Padre que está en los cielos. Y yo también te digo, que tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi iglesia; y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella” (Mateo 16:17-18).
¿Quién es la roca? ¿Significan estas palabras de Jesús que Él construiría su iglesia sobre Pedro? La palabra «Pedro» significa «una piedra pequeña». Leamos cuidadosamente por la Palabra de Dios, respuestas claras y completas a esta pregunta.
Si Pedro es la piedra, ¡seguramente su propio testimonio lo confirmaría! Pedro declaró en Hechos 4:10-12: «Sea notorio a todos vosotros, y a todo el pueblo de Israel, que en el nombre de Jesucristo de Nazaret, a quien vosotros crucificasteis y a quien Dios resucitó de los muertos, por él este hombre está en vuestra presencia sano. Este Jesús es la piedra reprobada por vosotros los edificadores, la cual ha venido a ser cabeza del ángulo. Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos».
Vamos a comparar a Mateo 21:42 con el pasaje anteriormente citado de la Escritura. Jesús citó al Salmo 118:22-23 cuando dijo: «¿Nunca leísteis en las Escrituras: La piedra que desecharon los edificadores, ha venido a ser cabeza del ángulo. El Señor ha hecho esto, y es cosa maravillosa a nuestros ojos?»
Pedro también señaló que la piedra que fue rechazada por los constructores, se convirtió en cabeza del ángulo. También llamó a Jesús «Piedra Viva» y habló del pueblo de Dios como «piedras vivas» (1. Pedro 2:4-5). Así vemos que Jesús mismo, y no otra persona, es la piedra de fundación. La iglesia está edificada «sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo» (Efesios 2:20).
1. Corintios 10:1-4, habla sobre los israelitas en el desierto: «Porque no quiero, hermanos, que ignoréis que nuestros padres todos estuvieron bajo la nube, y todos pasaron el mar; y todos en Moisés fueron bautizados en la nube y en el mar, y todos comieron el mismo alimento espiritual, y todos bebieron la misma bebida espiritual; porque bebían de la roca espiritual que los seguía, y la roca era Cristo».
El profeta Isaías declaró, «por tanto, Jehová el Señor dice así: He aquí que yo he puesto en Sion por fundamento una piedra, piedra probada, angular, preciosa, de cimiento estable; el que creyere, no se apresure» (Isaías 28:16).
Por si aún persiste alguna duda, 1. Corintios 3:11 responde contundentemente: «Porque nadie puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es Jesucristo».
¡La piedra no es otro que Jesucristo!
Preguntas
1. ¿Qué hizo que Jacob le pusiera un nombre al lugar donde utilizó una piedra como almohada?
2. ¿Quién es la Roca del Antiguo Testamento?
3. ¿Quién es la Piedra del Nuevo Testamento?
4. Cite una sólida referencia bíblica, que indique quién es la Piedra.
Hemos trazado la historia de Babilonia, Persia, Grecia y Roma. Pasemos ahora a la reactivación del Imperio Romano, del que muchos creen que resurgirá con el enorme poder de los días pasados. Al parecer, diez reyes o gobernantes, regirán al reestablecido Imperio Romano. La visión de Daniel puso de manifiesto que este nuevo imperio será un reino de hierro mezclado con arcilla. Dado que el hierro no se mezcla con la arcilla, esto puede significar que el poder de los gobernantes no será absoluto, es decir, los deseos democráticos de la gente, impugnarán el poder de los gobernantes. Así pues, la agitación y la lucha seguirán. A continuación, se levantará un poder en Roma que someterá a tres de los gobernantes. El pueblo de Dios sufrirá. Jesús entonces volverá del cielo y destruirá el poder romano. Él reinará desde Jerusalén sobre toda la tierra, y Él y sus santos poseerán el reino prometido (Véase Daniel 7:23-27).
«Mas la piedra que hirió a la imagen fue hecha un gran monte que llenó toda la tierra» (Daniel 2:35). Este versículo de la Escritura representa el reinado universal de Jesús sobre toda la tierra, que comenzará con su regreso con los santos.
David profetizó: «Pero yo he puesto mi rey sobre Sion, mi santo monte. Yo publicaré el decreto; Jehová me ha dicho: Mi hijo eres tú; Yo te engendré hoy. Pídeme, y te daré por herencia las naciones, y como posesión tuya los confines de la tierra» (Salmo 2:6-8).
«Grande es Jehová, y digno de ser en gran manera alabado, en la ciudad de nuestro Dios, en su monte santo. Hermosa provincia, el gozo de toda la tierra, es el monte de Sion, a los lados del norte, la ciudad del gran Rey» (Salmos 48:1-2).
El profeta Joel proclamó: «Tocad trompeta en Sion, y dad alarma en mi santo monte; tiemblen todos los moradores de la tierra, porque viene el día de Jehová, porque está cercano» (Joel 2:1). Entonces él profetizó sobre un tiempo de gran angustia y exhortó al pueblo de Dios a orar diligentemente.
A raíz de esto, dio una promesa de salvación: «Vosotros también, hijos de Sion, alegraos y gozaos en Jehová vuestro Dios; porque os ha dado la primera lluvia a su tiempo, y hará descender sobre vosotros lluvia temprana y tardía como al principio» (Joel 2:23). Joel profetizó de la abundancia y de la restauración que vendrían con la venida del Espíritu de Dios sobre su pueblo. Joel 2:32 declaró liberación en el Monte Sión y en Jerusalén, para los que invocamos el nombre del Señor.
Joel profetizó que las naciones gentiles se juntarían para una gran guerra. «Proclamad esto entre las naciones, proclamad guerra, despertad a los valientes, acérquense, vengan todos los hombres de guerra. Forjad espadas de vuestros azadones, lanzas de vuestras hoces; diga el débil: Fuerte soy» (Joel 3:9-10). Esta convocatoria corresponde a algo que está por cumplirse. Algunas de las naciones más débiles se harán lo suficientemente fuertes como para desafiar a las grandes naciones.
Los paganos se unirán a favor de la guerra y llegarán al valle de Josafat. Allí, el Señor los juzgará (Joel 3:12).
«Y Jehová rugirá desde Sion, y dará su voz desde Jerusalén, y temblarán los cielos y la tierra; pero Jehová será la esperanza de su pueblo, y la fortaleza de los hijos de Israel. Y conoceréis que yo soy Jehová vuestro Dios, que habito en Sion, mi santo monte; y Jerusalén será santa, y extraños no pasarán más por ella» (Joel 3:16-17).
¿Quién es el Rey de Sion? Leamos Isaías 62:11-12 y Zacarías 9:9 para notar la descripción del Rey de Sion. Él es justo y humilde y traerá salvación; Entrará a Jerusalén cabalgando sobre un asno joven, exhibiendo su humildad. La hija de Sion gritará y se regocijará cuando el Rey entre a Jerusalén.
Jesús cumplió hermosamente esta profecía cuando entró cabalgando en Jerusalén, y ¡cómo lo elogió el pueblo! (Mateo 21:1-11).
Unos pocos días después de la entrada triunfal de Jesús, las personas pecadoras lo acusaron injustamente, condenándolo y crucificándolo. Sin embargo, Él se levantó de entre los muertos, apareció a sus discípulos, ascendió al cielo, y envió el Espíritu Santo a sus discípulos en el día de Pentecostés.
Jesús es el Rey en los corazones de su pueblo por todo el mundo. Pronto vendrá a juntar a sus santos, y luego, Él volverá con ellos a esta tierra para establecer su reino de justicia. El dolor huirá, las guerras acabarán, y las naciones aprenderán el camino del Señor. Esto es, ¡a los que se han dispuesto para reunirse con Él! ¡Que podamos encontrar un lugar a su diestra en ese momento! (Véase Isaías 2:1-4; Mateo 25:31-46.)
Preguntas
1. ¿Qué pasó con la piedra después de que golpeó a la imagen?
2. ¿Cuál es el nombre del monte de Dios?
3. ¿Quiénes son los hijos de Sion?
4. ¿Qué ciudad es mencionada juntamente con el Monte Sion?
5. Cite una referencia bíblica que diga quién es el Rey de Sion.
Cuando Jesús subió al cielo desde el Monte de los Olivos, dos hombres (ángeles) vestidos de blanco aparecieron a sus discípulos cuando ellos lo vieron marcharse, y les dijeron: «Varones galileos, ¿por qué estáis mirando al cielo? Este mismo Jesús, que ha sido tomado de vosotros al cielo, así vendrá como le habéis visto ir al cielo» (Hechos 1:11).
Los discípulos permanecieron en Jerusalén y recibieron el Espíritu Santo el día de Pentecostés. Posteriormente, propagaron la fe a todo lo largo y ancho. Sin embargo, sólo un remanente de judíos aceptó su mensaje. La gran mayoría se negó obstinadamente a aceptar a Jesús. La tribulación llegó a la tierra del pueblo de Dios, los judíos. Los romanos destruyeron su templo y arrasaron la ciudad santa. El Emperador romano ordenó que los judíos se dispersaran entre las naciones gentiles, donde más tarde sufrirían grandes persecuciones. La profecía que nuestro amoroso Jesús pronunció en contra de ellos, ha sido literalmente cumplida (Mateo 23:37-39).
Sin embargo, ¡Ellos no han sido desechados para siempre! «Ha acontecido a Israel endurecimiento en parte, hasta que haya entrado la plenitud de los gentiles» (Romanos 11:25). Algún día, no muy lejano, Dios ablandará sus corazones y levantará el velo de sus ojos. Aleccionados y sumisos, los judíos llamarán con corazones sinceros a su Mesías, y cuando estén listos, Jesús regresará con los santos que fueron arrebatados, para salvarlos de la destrucción. (Vea Ezequiel 39:25-29). Los judíos gritarán: «¡Bendito el que viene en el nombre del Señor «(Mateo 23:39). ¡Qué maravilloso será aquel día! (Vea Isaías 25:7-9; Miqueas 4:1-7).
Zacarías 12:3-10 describe a muchas naciones viniendo contra Jerusalén. Nuestro Señor defenderá en ese momento a los judíos en Palestina. Asimismo, Él verterá su gracia y su misericordia sobre ellos. «Y mirarán a mí, a quien traspasaron, y llorarán como se llora por hijo unigénito, afligiéndose por él como quien se aflige por el primogénito» (Zacarías 12:10). Esto se cumplirá cuando Jesús vuelva y los judíos podrán ver las cicatrices en sus manos y en sus pies. Ellos llorarán porque sus padres lo rechazaron y lo crucificaron.
Zacarías 14 desarrolla la gran batalla y el regreso del Señor. Se pone de manifiesto que las naciones vendrán contra Jerusalén. Por otra parte, los judíos con gran angustia, huirán del poderoso invasor. En ese momento crítico, el Señor vendrá para salvar a su pueblo. Él afirmará sus pies sobre el Monte de los Olivos. El monte se partirá por la mitad, y los judíos escaparán por esa hendidura hacia el valle. El Señor aparecerá con sus santos, dará un giro completo a la batalla, y aniquilará a los ejércitos invasores. Los judíos juntarán mucho oro, plata y otros bienes como botín.
Los gentiles restantes verán la gloria de Dios. Ellos aceptarán a Jesús como su legítimo Rey, y Él reinará sobre toda la tierra. Jesús traerá la paz, la bendición y la prosperidad a todos los que le obedezcan, tanto a judíos como a gentiles. Cesarán las guerras y los conflictos entre los seres humanos y entre los animales (Isaías 11:1-10). Dios va a apresar a Satanás durante mil años (Apocalipsis 20:1-3).
Entonces el reino de Dios dominará sobre toda la tierra. Jesús el Rey, reinará desde Jerusalén, y «la tierra será llena del conocimiento de la gloria de Jehová» (Habacuc 2:14).
Preguntas
1. ¿Por qué los judíos han recibido tribulación?
2. ¿Los judíos han sido excluidos para siempre de Jesús? Dé una referencia de la Escritura.
3. ¿Cuándo aceptarán los judíos, a Jesús como su Mesías?
4. ¿Los gentiles recibirán algunas bendiciones del reino de Cristo? Dé una referencia.
Lucas 21 da cuenta de acontecimientos proféticos tal como los expuso el Gran Maestro a algunos de sus discípulos. En este discurso, Jesús hizo una reseña de los acontecimientos que tendrían lugar a partir del momento en que Él partiera de esta tierra, hasta el momento en que Él regrese de nuevo al Monte de los Olivos.
Los discípulos de Jesús dirigieron su atención al poderoso y glorioso templo de Jerusalén. Jesús les contestó que no quedaría ni una sola piedra de este gran templo que no fuera destruida (Lucas 21:5-6).
A raíz de esto, dio una reseña histórica. Habló de engañadores que vendrían en el nombre de Jesús y advirtió a sus seguidores a no ir tras ellos. Él les dijo de las guerras y conmociones que vendrían, y sin embargo los exhortó a no temer por estas cosas que deben acontecer primero antes de que llegue el fin. Les advirtió que las naciones y los reinos se levantarán en batalla, la sangre fluirá, y la desolación y la miseria les seguirán. Ocurrirán grandes terremotos en diferentes lugares, y el hambre y las pestilencias destruirán multitudes; grandes señales terroríficas se verán en el cielo (Lucas 21:8-11).
Entretanto, la gente pecadora perseguirá al pueblo de Dios. Las autoridades, los reyes y los magistrados harán que los cristianos sean traídos ante ellos. Sin embargo, los creyentes aprovecharán estas oportunidades para dar testimonio de Jesús con palabras inspiradas por el Espíritu Santo. Sus familiares y amigos los traicionarán ante las autoridades y algunos de los seguidores de Cristo serán sometidos a la muerte. El mundo los odiará porque ellos aman el precioso nombre de Jesús, pero su Señor invisible estará con ellos. El daño real no llegará a los hijos de Dios (Lucas 21:12-19).
Jesús habló que Jerusalén estaría rodeada por ejércitos. La desolación seguiría a la venganza que vendría sobre los incrédulos judíos. La ira y la angustia abrumarían a los hijos de Abraham. Ellos caerían a espada y serían llevados cautivos a naciones lejanas. Jerusalén «será hollada por los gentiles, hasta que los tiempos de los gentiles se cumplan» (Lucas 21:24). Aparecerán señales en el sol, en la luna y en las estrellas, y las naciones estarán en peligro; la perplejidad y el dolor atormentarán la mente de las personas. Los tronos y reinos se estremecerán y caerán, y a continuación el Hijo del Hombre vendrá en una nube con gran poder y gran gloria (Lucas 21:20-27).
Jesús exhortó a su pueblo a buscarle cuando estas cosas comiencen a ocurrir, porque su redención está cerca. Cuando la higuera brote, sabremos que el reino de Dios está cerca (Lucas 21:28-31).
Debemos evitar la glotonería, el egoísmo, la embriaguez y los afanes de esta vida. El día de Dios vendrá como una trampa para la gente carnal y terrenal (Lucas 21:34-35).
«Velad, pues, en todo tiempo orando que seáis tenidos por dignos de escapar de todas estas cosas que vendrán, y de estar en pie delante del Hijo del Hombre» (Lucas 21:36). Este es el destello luminoso de esperanza para los creyentes. Nosotros podemos recordar estas palabras y ser beneficiados por ellas.
Preguntas
1. ¿Cuál es el objetivo principal de Lucas 21?
2. ¿Cuánto tiempo va a ser hollada Jerusalén por los gentiles?
3. ¿Nosotros debemos temer por las guerras? ¿Por qué?
4. ¿Sobre qué asunto se nos advirtió que tuviéramos cuidado?
5. ¿Cuál es nuestro destello luminoso de esperanza?
Cuando Jesús supo que pronto iría a la cruz, Él deseó reconfortar a sus discípulos. Incluso, aunque Él resucitaría de entre los muertos, Él sabía que sólo podría permanecer con ellos en persona, por un breve periodo de tiempo. Después de que Él ascendiera al cielo, sus seguidores necesitarían de una ayuda especial, que todavía necesitan de Él.
Jesús le informó a sus discípulos de muchas mansiones que hay en la casa de su Padre, y prometió ir a preparar un lugar para ellos, a fin de volver luego para llevarlos hacia Él (Juan 14:1-3).
Jesús exhortó a su pequeño grupo de discípulos a que guardaran sus mandamientos, lo que demostraría su amor para con Él. Él les prometió que el Padre les enviaría el Consolador, el Espíritu de verdad, para que estuviera con ellos para siempre. El mundo no puede recibir la promesa, pues el Espíritu es sólo para los creyentes (Juan 14:15-18).
Además, Jesús le dijo a su pueblo que se amaran los unos a los otros. En contraste, dijo que el mundo los aborrecería así como lo aborrecieron a Él. Él prometió que el Consolador daría testimonio de Él y que su pueblo daría testimonio de Él y de su resurrección. «Pero cuando venga el Consolador, a quien yo os enviaré del Padre, el Espíritu de verdad, el cual procede del Padre, Él dará testimonio acerca de mí. Y vosotros daréis testimonio también, porque habéis estado conmigo desde el principio» (Juan 15:26-27).
Jesús dijo que el Consolador mostraría claramente al mundo lo que es el pecado, la justicia y el juicio por venir. Él prometió que el Consolador, o Espíritu Santo, guiaría a su pueblo a toda la verdad y le mostraría las cosas por venir. Así vemos que mientras el Espíritu reprueba por el pecado, Él también guía y alienta al pueblo de Dios. Jesús explicó que era necesario que Él partiera, para que el Consolador pudiera venir (Juan 16:7-13).
Poco después de que Jesús pronunció estas palabras, la gente malvada lo condenó injustamente y lo crucificó en una cruz de madera. Sin embargo, la tumba no pudo retenerlo. Él se levantó de nuevo y apareció a María Magdalena y a sus discípulos. Él restauró la alegría a María quien estaba llorando, dio plena prueba de su presencia real al dudoso Tomás, y restauró la confianza a Pedro (quien tenía el corazón destrozado) convirtiéndolo en pescador de hombres.
Justo antes de que Jesús ascendiera al cielo, Él mandó a sus discípulos a que esperaran en Jerusalén el poder de lo alto. Él los mandó a que llevarán el evangelio a todas las naciones, comenzando desde Jerusalén, después de que recibieran el bautismo del Espíritu Santo (Lucas 24:46-49). «He aquí, yo enviaré la promesa de mi Padre sobre vosotros; pero quedaos vosotros en la ciudad de Jerusalén, hasta que seáis investidos de poder desde lo alto» (Lucas 24:49).
Hechos 1:3-9 registra la misma orden. Esta comisión tuvo lugar en el Monte de los Olivos, inmediatamente antes de su ascensión. Notemos especialmente los versículos 4, 8 y 9: «Y estando juntos, les mandó que no se fueran de Jerusalén, sino que esperaran la promesa del Padre, la cual les dijo, oísteis de mí… pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra. Y habiendo dicho estas cosas, viéndolo ellos, fue alzado, y le recibió una nube que le ocultó de sus ojos».
Preguntas
1. ¿Por qué quiso Jesús reconfortar a sus discípulos?
2. ¿Cómo describe Jesús la casa de su Padre?
3. ¿Qué hace el Consolador, o el Espíritu, por un cristiano?
4. ¿Qué hace el Consolador por un pecador?
5. ¿De quién testifica el Consolador?
Cuando Jesús subió al cielo, dos ángeles aparecieron a sus discípulos prometiéndoles que algún día Jesús regresaría a la tierra del mismo modo como la dejó: «Y estando ellos con los ojos puestos en el cielo, entre tanto que Él se iba, he aquí se pusieron junto a ellos dos varones con vestiduras blancas, los cuales también les dijeron: Varones galileos, ¿Por qué estáis mirando al cielo? Este mismo Jesús que ha sido tomado de vosotros al cielo, así vendrá como lo habéis visto ir al cielo» (Hechos 1:10-11).
En obediencia a las órdenes de su Maestro, los discípulos regresaron a Jerusalén y «perseveraban unánimes en oración y ruego, con las mujeres, y con María la madre de Jesús, y con sus hermanos» (Hechos 1:14; Lucas 24:52-53).
En el día de Pentecostés, cuando el grupo estaba unánime junto, vino un estruendo del cielo que sonaba como un viento recio que soplaba y llenó toda la casa donde estaban sentados. Se les aparecieron lenguas como de fuego que se asentaron sobre cada adorador. Todos ellos fueron llenos del Espíritu Santo, y vinieron a sus labios palabras que nunca habían aprendido; inspirados por el Espíritu Santo de Dios hablaron en lenguas desconocidas (Hechos 2:1-4).
A continuación, una gran multitud de judíos que estaban congregados en Jerusalén y que venían de muchas partes del mundo, escucharon a estos creyentes galileos hablar en estos idiomas que ellos como extranjeros sí entendían, oyéndolos como alababan a Dios en las lenguas de sus propios países. Asombrados y perplejos, aquella muchedumbre pidió una explicación de lo que acababan de presenciar. Inspirado por el Espíritu Santo, Pedro se levantó y con el apoyo de los demás apóstoles, les predicó un mensaje con audacia y poder. Explicó cómo esta maravillosa escena cumplía la antigua profecía de Joel. Él le recordó a la multitud la forma perversa en la que ellos habían crucificado a Jesús de Nazaret, a quien Dios había enviado para bendecirles. Les declaró que Dios había levantado a Jesús de entre los muertos y le hizo Señor y Cristo. Aún más, les dijo que el Cristo resucitado ha enviado el Espíritu Santo prometido a los creyentes, y el resultado fue que la muchedumbre era testiga de esto (Hechos 2:5-36; Joel 2:28-32).
La convicción y el remordimiento por el pecado asieron a muchos de entre la multitud y entonces clamaron: «varones hermanos, ¿qué haremos?» (Hechos 2:37). Pedro les ordenó: «Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para el perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo» (Hechos 2:38). A continuación, dijo: «Porque para vosotros es la promesa, y para vuestros hijos, y para todos los que están lejos; para cuantos el Señor nuestro Dios llamare» (Hechos 2:39).
Ese mismo día, alrededor de tres mil personas aceptaron el mensaje y fueron bautizados, convirtiéndose también en testigos de Cristo. Así se estableció una iglesia de oración, de alabanza y de poder. Dios obró milagros y señales a través de los creyentes en el nombre de Jesús.
Desde Jerusalén, aquellos hombres y mujeres consagrados, llevaron el evangelio de Jesucristo a las diferentes partes de la tierra.
¡Gracias a Dios por el Pentecostés! ¡Este fue el nacimiento de la iglesia!
Preguntas
1. ¿Qué promesa se da en Hechos 1:10-11?
2. ¿Quiénes permanecieron en Jerusalén, en un aposento alto, esperando el poder de lo alto?
3. ¿Cómo vino el Espíritu Santo a los discípulos?
4. ¿Qué atrajo a la gran multitud?
5. ¿Qué dijo Pedro sobre Jesús?
6. ¿Qué fue lo que Pedro le dijo a la gente que hicieran?
7. ¿Cuántas personas fueron bautizadas?
Cornelio, un gentil que habitó en Cesarea, una ciudad de la costa de Judea, era un oficial al mando de cien soldados romanos, conocido como el Regimiento Italiano. Era un hombre justo y devoto; temía a Dios y ayudaba con frecuencia a las personas necesitadas. Era un hombre de oración y gozaba de una excelente reputación entre los judíos. Una mañana, mientras que Cornelio estaba en ayuno y oración, un ángel de Dios se le apareció llamándolo por su nombre. El ángel lo dirigió para que enviara por Pedro, quien posaba en casa de Simón, un curtidor de Jope (Hechos 10:1-6).
Cornelio llamó a dos de sus siervos y a un soldado, informándoles acerca de su visión celestial. Pronto los tres los hombres se encontraban en camino hacia Jope (Hechos 10:7-8).
Al día siguiente, siendo el mediodía, Pedro estaba orando en la azotea y sintió mucha hambre. Él cayó en un trance y vio el cielo abierto y un gran lienzo que bajaba a la tierra. En aquel lienzo, se encontraban todo tipo de animales: cuadrúpedos, reptiles y aves. Una voz ordenó a Pedro que matara y comiera. Él protestó, declarando que nunca había comido nada de lo que era considerado común o inmundo. La voz respondió que él no debía llamar a nada común o inmundo, ya que Dios lo había limpiado. Pedro vio la visión durante tres ocasiones; luego despertó (Hechos 10:9-16).
Mientras tanto, los tres hombres se acercaban a la casa de Simón. El Espíritu informó a Pedro acerca de los tres hombres. Ellos le dieron a Pedro su recado, y él los invitó para que pasaran la noche en aquella casa. Al día siguiente, Pedro tomó consigo a seis judíos creyentes, y este grupo de diez hombres partió para Cesarea (Hechos 10:17-23, 11:4-17).
Cornelio esperaba su llegada, y había convocado a sus familiares y amigos cercanos. Cuando Pedro entró en la casa, Cornelio intentó adorarlo. Pedro se negó a recibir esa pleitesía, mientras ordenó a aquel oficial romano a ponerse de pie. Pedro declaró al grupo congregado que Dios le había ordenado venir a ellos. Hasta ahora, este hecho no tenía precedentes, ya que los judíos consideraban inmundos a los gentiles, y la ley prohibía a los judíos asociarse estrechamente con ellos. Cornelio, entonces, declaró su visión a Pedro (Hechos 10:24-33).
Pedro confesó que ahora se daba cuenta que Dios no hace acepción de personas y que Él acepta a cualquiera que se acerque reverentemente a Él en fe y obediencia. Seguidamente proclamó que Jesucristo es el Señor de todos, les habló del bautismo de Juan y del poderoso ministerio de Jesús, y les explicó la crucifixión y la resurrección de Jesús. Pedro les habló de la comisión que les dio el Señor y declaró que el perdón de los pecados es posible en el nombre de Jesús (Hechos 10:34-43). (Véase Mateo 16:18-19).
Mientras que Pedro predicaba, el Espíritu Santo cayó sobre aquellos gentiles, los cuales hablaron en otras lenguas y alabaron a Dios. Al escuchar a los gentiles hablar en lenguas, los judíos que habían llegado con Pedro se sorprendieron de que Dios los hubiera bendecido con el bautismo del Espíritu Santo. Entonces Pedro mandó bautizarles en el nombre del Señor Jesús. Después del servicio bautismal, Pedro permaneció en la casa de Cornelio por un tiempo (Hechos 10:44-48).
Preguntas
1. ¿Quién era Cornelio?
2. Describa el carácter de Cornelio.
3. ¿Quién apareció a Cornelio cuando él se encontraba en ayuno y oración?
4. ¿Cómo le dijo Dios a Pedro que fuera a los gentiles?
5. ¿Quiénes se reunieron en la casa de Cornelio?
6. ¿Qué dijo Pedro acerca de Jesús?
7. ¿Cómo supieron los judíos que Dios le había dado el Espíritu Santo a los gentiles?
Bernabé es mencionado por primera vez en Hechos 4:36-37, como un miembro de la iglesia primitiva de Jerusalén. Para ayudar a los santos necesitados, vendió una heredad y trajo la remuneración poniéndola a los pies de los apóstoles. Su nombre era José, pero los apóstoles lo llamaron Bernabé, que significa «Hijo de Consolación».
Esteban, uno de los siete diáconos mencionados en Hechos 6, estaba lleno de fe y de poder. Él dio un testimonio valeroso acerca de Jesús. Por ello, una turba de enojados judíos de la junta suprema, lo apedrearon hasta que lo mataron. Saulo, un hombre joven, apoyó la ejecución de Esteban y cuidó los mantos de los hombres que enojados lo asesinaron (Hechos 6:8-15, 7:55-60). (Vea Filipenses 3:4-7).
Tras el martirio de Esteban, surgió una gran persecución contra la iglesia de Jerusalén. Saulo retuvo a muchos santos y los puso en la cárcel. Toda la iglesia, a excepción de los apóstoles, se vieron obligados a huir de Jerusalén. Se dispersaron por diferentes partes de Judea y de Samaria, donde predicaron la Palabra y ganaron a otros para Jesús (Hechos 8:1-4).
Saulo fue hasta el sumo sacerdote y le pidió cartas para las sinagogas de Damasco. Estas cartas, concedían permiso a Saulo para detener y encarcelar a cualquiera de los santos, fueran hombres o mujeres. Saulo inició su inflexible viaje con varios hombres. Cuando él se acercaba a Damasco, una luz brilló desde el cielo. Saulo cayó al suelo, y una voz del cielo dijo: «Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?» Saulo preguntó: «¿Quién eres, Señor?» (Hechos 9:5). La voz respondió: «Yo soy Jesús, a quien tú persigues» Temblando, Saulo preguntó: «Señor, ¿qué quieres que yo haga?» (Véase Hechos 9:1-6).
Los acompañantes de Saulo lo llevaron a Damasco. Saulo ayunó durante tres días, no comió ni bebió. Mientras él estaba ayunando, el Señor habló a un creyente llamado Ananías y lo envió a Saulo. Cuándo Ananías encontró a Saulo, impuso las manos sobre su cabeza, y Saulo recobró la vista, se levantó, fue bautizado y fue llenó con el Espíritu (Hechos 9:8-18).
Saulo, ahora convertido, se quedó con los santos de Damasco durante algún tiempo, y predicaba en las sinagogas que Jesús de Nazaret era el Cristo, el Hijo de Dios. Indignados, algunos de los judíos planearon matarlo. Ellos custodiaron las puertas de la ciudad de día y de noche, pero los santos bajaron a Saulo por la muralla de la ciudad en una canasta, y él escapó (Hechos 9:20-25).
Saulo se trasladó a Jerusalén y trató de unirse a los discípulos, pero ellos le tenían miedo. Bernabé favoreció a Saulo, lo llevó a los apóstoles Pedro y Jacobo, y les dijo lo que Jesús había hecho por Saulo. Saulo se quedó con Pedro durante quince días. Mientras tanto, Saulo disputaba en Jerusalén con los judíos de habla griega sobre el Señor Jesús, y estos tramaron matarlo. Entonces los discípulos le llevaron a Cesarea y lo enviaron de vuelta a Tarso, su ciudad natal, en Asia Menor (Hechos 9:26-31). (Vea Gálatas 1:13-24.)
Preguntas
1. ¿Cuál es la primera vez que Bernabé es mencionado en la Biblia?
2. ¿Cuál es la primera vez que Saulo es mencionado en la Biblia?
3. ¿Cuál era la razón por la que Saulo se dirigía a Damasco?
4. ¿Por qué Dios ordenó a Saulo que entrara en Damasco?
5. ¿Por qué los judíos de Damasco intentaron matar a Saulo?
Algunos de los santos que habían sido expulsados de Jerusalén, fueron al norte, a la ciudad gentil de Antioquía. Allí predicaron a Jesús, no sólo a los judíos, sino también a los griegos (gentiles). Muchos de los gentiles aceptaron a Jesús como su Señor (Hechos 11:19-21).
La iglesia de Jerusalén envió a Bernabé a Antioquía, para que dirigiera a esa Asamblea. El Señor bendijo aquella iglesia, y muchas personas se convirtieron a través de su ministerio (Hechos 11:22-24).
Después de esto, Bernabé fue a Tarso para buscar a Saulo, y lo llevó a Antioquía. Saulo colaboró a Bernabé durante un año, predicando y enseñando. Los discípulos fueron llamados cristianos en Antioquía. Cristiano significa «imitador de Cristo» o «seguidor de Cristo». La ayuda de Saulo resultó de gran valor a Bernabé, y la iglesia prosperó en esa ciudad (Hechos 11:25-26).
Algunos profetas vinieron desde Jerusalén a Antioquía. Uno de ellos, Agabo, le habló a la gente de una gran sequía que pronto llegaría al mundo. Dado que los hermanos de Judea eran muy pobres, la Iglesia de Antioquía les envió una ofrenda generosa. Bernabé y Saulo tomaron el dinero y lo entregaron a los ancianos de la iglesia de Jerusalén (Hechos 11:27-30). Cuando estos dos hombres regresaron de Jerusalén, trajeron consigo a un joven discípulo llamado Juan Marcos para que les colaborara (Hechos 12:25).
La iglesia de Antioquía, por ese tiempo estaba bien equipada de maestros espirituales, y tenían una gran carga por llegar a otras regiones donde Cristo aún no había sido predicado. Mientras que los ancianos ayunaban y oraban, el Señor les reveló su voluntad. El llamó a Bernabé y a Saulo para que fueran misioneros. Los demás ancianos impusieron sus manos sobre Bernabé y Saulo, oraron por ellos, y los despidieron para su primer viaje misionero. Los dos misioneros llevaron a Juan Marcos con ellos. Dirigidos por el Espíritu Santo, tomaron un barco y navegaron hacia Chipre, una gran isla del Mar Mediterráneo (Hechos 13:1-4).
Mientras estaban en la isla de Chipre, Saulo asumió su nombre romano/helenístico de Pablo. En lo sucesivo, el Libro de los Hechos se refiere a él como Pablo. Algunos creen que él lo hizo como una señal de que estaba entrando en la fase de su ministerio entre los gentiles. Otros piensan que lo hizo por el bien del evangelio, ya que para el mundo greco- romano sería más fácil aceptar la Palabra de parte de alguno de su propia cultura (Hechos 13:9).
Bernabé y Pablo predicaron y viajaron juntos durante algunos años. Predicaron en las ciudades de Chipre e hicieron un circuito a través del Asia Menor, testificando de la muerte y resurrección de Cristo y establecimiento un buen número de iglesias (Hechos 14:21-28). Finalmente, regresaron a Antioquía.
Cuando iban a comenzar su segundo viaje misionero, Pablo y Bernabé discutieron bruscamente sobre si era prudente o no, llevar de nuevo a Marcos con ellos, ya que Marcos los había abandonado en el primer viaje navegando de regreso. Bernabé quería llevarlo, pero Pablo se negó. Ellos no pudieron llegar a un acuerdo, por lo que cada uno tomó su propio camino. Bernabé tomó a Juan Marcos y navegó a Chipre (Hechos 15:35-39). Pablo eligió a Silas como compañero de trabajo. Ellos viajaron a Derbe y a Listra, y allí Timoteo se unió a ellos (Hechos 16:1-3). Viajaron a través del Asia Menor y finalmente llegaron a la ciudad costera de Troas, al este de Macedonia. En Troas, aparece Lucas, quien se unió a la compañía de Pablo y estuvo con ellos en su viaje. Lucas es el escritor del Evangelio de Lucas y del Libro de Los Hechos. Es interesante notar, que a partir del versículo 10 se da el cambio de la narración a primera persona «nosotros», en lugar de la tercera persona «ellos».
Dios llamó a Pablo por medio de una visión, para que llevara el evangelio a Macedonia. Así pues, el Evangelio llegó a Europa por primera vez. Curiosamente, en la visión de Pablo, un hombre llamó a Pablo diciendo que necesitaba ayuda, pero la primera persona convertida fue una mujer llamada Lidia. Después de esta primera conversión, Pablo y sus compañeros trajeron a muchos al conocimiento de Cristo.
Preguntas
1. ¿Quiénes predicaron inicialmente el Evangelio en Antioquía?
2. ¿Por qué fue Bernabé a Antioquía, y quiénes lo enviaron?
3. ¿Cómo fue llamado Saulo para que le colaborara a Bernabé?
4. ¿En qué le colaboró Saulo a Bernabé?
5. ¿A Dónde fueron Bernabé y Saulo en su viaje misionero?
La iglesia comenzó en Jerusalén el día de Pentecostés, cuando el Espíritu Santo vino al grupo de 120 fieles reunidos en un aposento alto. Seguidamente, después de que Pedro predicó el primer sermón, alrededor de tres mil personas creyeron en Cristo y se añadieron a la iglesia. Posteriormente, todos los días el Señor añadía a otros a la iglesia, y muchos más llegaron a creer en Jesús naciendo de nuevo (Hechos 1:4-8; 2:1-38, 41, 47; Lucas 24:49).
Unos diez años más tarde, los primeros gentiles fueron añadidos a la iglesia, cuando el Espíritu Santo descendió sobre Cornelio, sobre sus parientes y sobre sus amigos cercanos. Los judíos reconocieron que Dios también había dado a los gentiles el don del Espíritu Santo, pues los oyeron hablar en lenguas y glorificar a Dios (Hechos 10:44-48).
De acuerdo con el plan bíblico de salvación, es necesario nacer de nuevo del agua y del Espíritu. Esto ocurre cuando nos arrepentimos (confesando nuestros pecados a Dios y declarando que Jesús es el Señor), somos bautizados en el nombre de Jesucristo y recibimos el don del Espíritu Santo, evidenciado por hablar en otras lenguas. (Vea Juan 3:3-5; Romanos 10:9; Lucas 24:45-49; Hechos 2:38-39).
Los primeros cristianos expusieron el amor divino y la verdadera consagración. Se reunieron con frecuencia para celebrar culto a Dios, se ayudaron mutuamente en los momentos de necesidad, se mantuvieron fieles a Jesús y caminaron a la luz del Espíritu. (Véase Juan 13,34-35; Hechos 2:44-47; 11:27-30, 2. Corintios 6:17-18; Santiago 1:27).
Sin embargo, los judíos y los paganos por igual, persiguieron a la iglesia primitiva por causa de su fe en Jesús. Por todas partes se hablaba en contra de los cristianos. Algunas veces los golpearon, los obligaron a huir de sus hogares, o incluso los mataron. (Véase Lucas 21:17; Hechos 5:40, 7:59-60, 28:22).
Sin embargo, los primeros santos testificaron fielmente de Cristo (Véase Hechos 4:33, 8:4, 13:46-49), proclamando la muerte, la sepultura y la resurrección de Jesús, el Hijo de Dios. (Véase Juan 3:16; actos 2:23-24; 3:13-15; 10:36-43; 1. Corintios 15:1-8). Los santos son el pueblo del nombre de Jesús. (Véase Mateo 24:9; Hechos 4:10-12; 15:14, 26), y en su nombre, Dios obró curaciones, milagros y señales a través de la iglesia, para confirmar la verdad del evangelio. (Vea Marcos 16:17-18; Hechos 3:6, 4:10, 6:8, Santiago 5:14-15).
Por último, la segunda venida de Jesús a la tierra, fue la luz de esperanza de la iglesia primitiva. (Véase Hechos 1:10-11, Filipenses 3:20-21, 1. Tesalonicenses 4:13-18; Tito 2:13).
Preguntas
1. ¿Dónde y cómo empezó la iglesia?
2. ¿Cómo supieron los judíos que Dios había salvado a los gentiles?
3. ¿Cuál es el plan de Dios para que nosotros entremos en la iglesia? De referencias de la Escritura.
4. ¿Los primeros santos fueron populares? ¿Por qué sí o por qué no?
5. ¿Nosotros debemos vivir hoy para procurar la alabanza del mundo? ¿Por qué sí o por qué no?
I. El Dios invisible es un Espíritu (Deuteronomio 6:4; 1. Timoteo 1:17).
1. Él es el Rey eterno, inmortal, invisible (1. Timoteo 1:17).
2. Nadie ha visto a Dios (Juan 1:18).
3. Dios es Espíritu (Juan 4:24).
4. El cielo es el trono de Dios, la tierra el estrado de sus pies (Isaías 66:1, Mateo 5:34-35).
5. Dios es el Padre de Jesús (Lucas 1:31-32).
6. El Espíritu Santo es el Padre de Jesús (Mateo 1:20).
7. Hay un solo Dios y Padre de todos (Efesios 4:6).
8. Él es el Dios de los cielos y de la tierra (Hechos 17:24).
9. Dios fue manifestado en carne (1. Timoteo 3:16).
II. Muerte y resurrección de Jesús, el Hijo de Dios.
1. Porque con un amor único amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito (Juan 3:16).
2. Jesús fue un hombre aprobado de Dios (Hechos 2:22-24).
3. Dios levantó a Jesús de entre los muertos (Hechos 2:32).
4. Dios ha glorificado a su Hijo, Jesús (Hechos 3:13-15).
5. Dios resucitó a Jesús al tercer día (Hechos 10:40).
6. Cristo murió por nuestros pecados (1. Corintios 15:3).
III. Encontramos a Dios sólo por venir a Jesús.
1. El Hijo revela al Padre (Mateo 11:27).
2. Jesús es el mediador entre Dios y la humanidad (1. Timoteo 2:5).
3. Jesús es la puerta (Juan 10:7-9).
4. El que cree en Jesús no permanecerá en la oscuridad (Juan 12:46).
5. Jesucristo dijo: “Nadie viene al Padre sino por mí” (Juan 14:6).
6. El testimonio de Pablo (Hechos 26:14-18).
7. Si negamos al Hijo, no tenemos al Padre (1. Juan 2:22-23).
IV. Confianza en el nombre de Jesús.
1. En su nombre estará la confianza de los gentiles (Mateo 12:21).
2. Jesús vino en el nombre de su Padre (Juan 5:43).
3. El Espíritu Santo vino en el nombre de Jesús (Juan 14:26).
4. Jesucristo es el fundamento (1. Corintios 3:11).
5. Toda familia en el cielo y en la tierra, toma su nombre del Padre (Efesios 3:14-15).
6. El nombre de Jesús es exaltado por encima de cualquier otro nombre (Filipenses 2:9).
7. Vamos a hacer todo en el nombre del Señor Jesús (Colosenses 3:17).
8. Somos el pueblo para el nombre de Dios (Hechos 15:14).
9. Somos perseguidos por el nombre de Jesús (Mateo 24:9; Lucas 21:17; Hechos 5:40-41).
10. Jesús es el nombre de Dios revelado, y es el nombre que contiene los títulos de Padre, Hijo y Espíritu Santo (Mateo 28:19; Hechos 2:38, 8:16, 19:5).
Preguntas
1. Cite un verso bíblico que describa la naturaleza de Dios.
2. ¿Dios y el Espíritu Santo son el mismo? ¿Por qué?
3. ¿Quién murió en la cruz para salvarnos del pecado?
4. ¿Cómo podemos encontrar a Dios? ¿Hay alguna otra forma de encontrarlo?
5. ¿Por qué confiar en el nombre de Jesús?
6. ¿Quién levantó a Jesús de entre los muertos?
La iglesia primitiva amaba a Dios y a la humanidad. Los santos fueron bautizados por el Espíritu Santo, amaban el nombre de Jesús, amaban la Palabra, vivían una vida consagrada y daban testimonio de Jesús. Sin embargo, Pablo y otros previnieron sobre un decaimiento que se presentaría en la iglesia. (Véase 2. Tesalonicenses 2:3-12, 1. Juan 4:1-3; Judas 1:3-4).
Vendrían lobos rapaces (hombres perversos) que no perdonarían al rebaño. (Véase Hechos 20:28-32). El amor de la iglesia se iría enfriando gradualmente. (Véase 1. Corintios 13:1; Judas 1:17-19; Apocalipsis 2:4-5).
En la última mitad del segundo siglo, la iglesia comenzó a abandonar el bautismo en el nombre de Jesús, para estar favor de una fórmula trinitaria. Esta nueva fórmula que fue propagada primeramente por Justino Mártir, no era idéntica a la redacción de Mateo 28:19, pues quienes la utilizaron, invocaban el nombre de Jesús acompañado de los títulos de «Padre» y «Espíritu Santo». Además, algunos comenzaron a utilizar aspersión en lugar de inmersión, y muchos adoptaron el bautismo de niños. Durante los tiempos del ministerio de los apóstoles, de sus sucesores inmediatos y de los escritores post-apostólicos, los ministros bautizaron a los creyentes sumergiéndolos una sola vez invocando el Nombre de Jesús. Aquella era la fórmula exclusiva y nadie fue bautizado de otra manera. Pero en el siglo IV hubo un cambio, y el bautismo común llegó a ser “en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo”. El rechazo al método que los apóstoles utilizaron para bautizar a los creyentes, junto con la generalizada decadencia espiritual, anunció el gran decaimiento. (Véase Williston Walker, Historia de la Iglesia Cristiana, 58, 95).
En el siglo V, el hablar en lenguas y los demás dones milagrosos del Espíritu, casi se extinguieron por completo. El ritualismo sustituyó al poder espiritual. Por ejemplo, la unción con aceite (una práctica legítima), sustituyó al bautismo del Espíritu Santo. (Véase Walker, 87-88, 96). El frío formalismo, sustituyó a la libertad del Espíritu. (Véase 2. Corintios 3:17).
Considerando que la persecución había purificado a la iglesia, ahora con el favor del imperio se había corrompido. La mundanalidad aumentó y los cristianos comenzaron a tornarse ambiciosos por ocupar cargos públicos y participaron de la guerra. (Véase Mateo 6:24).
El emperador romano Constantino, convocó al Concilio de Nicea en el año 325. Este concilio fue singular, porque por primera vez, tanto el poder estatal y el de la iglesia se unieron. Los obispos que asistieron, adoptaron una declaración doctrinal en apoyo a una formulación temprana de la doctrina de la trinidad, en oposición al arrianismo. Constantino tenía la esperanza de que este concilio estableciera la unidad de la iglesia, y por extensión de su imperio, pero sólo avivó las llamas de las controversias doctrinales sobre la Divinidad. Los que se negaron a firmar la declaración aprobada, fueron desterrados.
Preguntas
1. Describa el carácter de la iglesia primitiva.
2. ¿Qué causó que la iglesia tuviera un decaimiento?
3. ¿Qué fue lo primero que perdió la iglesia?
4. ¿Qué cambios se hicieron al bautismo en agua?
5. ¿Qué cosa tomó el lugar del bautismo del Espíritu Santo?
6. ¿Por qué el Concilio de Nicea hizo daño a la iglesia?
La Iglesia Católica Romana, gradualmente adquirió poder sobre las demás iglesias del Imperio Romano Occidental. La posición de Roma como capital del Imperio Romano, contribuyó a esta reclamación. Los obispos de la Iglesia Romana alegaron que el apóstol Pedro les había transferido autoridad espiritual. En 445 d.C., el emperador romano reconoció oficialmente la autoridad del Papa.
La doctrina de la trinidad, o de tres personas en un solo Dios, fue impuesta como si fuera la visión ortodoxa de Dios. Otro desarrollo influyente fue el del movimiento monástico. Tratando de escapar de la maldad del mundo y de vivir en comunión con Dios, hombres y mujeres huyeron a los desiertos de Siria y Egipto y construyeron monasterios para vivir allí. Más tarde, monjes y monjas construyeron monasterios por toda Europa. (Confróntese con Juan 17:14-16). Los monjes hacían tres votos: (1) pobreza, (2) castidad y (3) obediencia a su superior. Se estableció la costumbre del celibato o la negativa a contraer matrimonio. Los monjes hicieron copias de la Biblia y de otra literatura y así las preservaron. Se trataba de un servicio digno, que contrarrestaba la acción destructiva del tiempo.
Jerónimo tradujo la Biblia desde los idiomas originales al latín c. 390 d.C. Su traducción, conocida como la Vulgata, sigue siendo la versión oficial de la Iglesia Católica Romana. Durante este tiempo, los teólogos de Alejandría comenzaron a llamar a María «la Madre de Dios». El Concilio de Calcedonia (451 d.C.) aprobó oficialmente esa doctrina. Muchas personas que no estuvieron de acuerdo tuvieron que huir hacia Persia y otras tierras distantes.
El Papa Gregorio I estableció tres doctrinas influyentes entre los años 590 al 604 d.C.
1. Declaró como verdad la doctrina del purgatorio, o de un lugar intermedio entre el cielo y el infierno (593 d.C.) (Confróntese con Romanos 2:7-11).
2. Dijo que el pan y el vino utilizados en la Cena del Señor, se convertían literalmente en el cuerpo y la sangre de Cristo. (Confróntese con 1. Corintios 11:23-26).
3. Declaró que los santos muertos, podían interceder para la salvación de una persona. (Confróntese con 1. Timoteo 2:5).
Se impusieron rezos que se estandarizaron al ponerse por escrito, los cuales sustituyeron en gran parte a la verdadera oración. Por otra parte, el séptimo concilio general de Nicea (787 d.C.), autorizó el uso de reliquias sagradas en las iglesias. Los adoradores también comenzaron a venerar imágenes de santos, estatuas y la cruz. (Confróntese con Éxodo 20:4, 1. Corintios 10:14).
Por último, el Papa Esteban II y Pipino el rey de los francos, conformaron una alianza. El resultado fue que el Papa consiguió la posesión de las tierras del centro de Italia.
Preguntas
1. ¿Cómo fue que los obispos de la Iglesia Romana reclamaron autoridad sobre las otras iglesias?
2. ¿Qué buena labor realizaron los monjes?
3. ¿Cómo llamaron los teólogos de Alejandría a la madre de Jesús?
4. ¿Qué doctrinas falsas estableció el Papa Gregorio I?
5. ¿Qué lugar ocupa la oración espontánea y sincera en la Iglesia Católica?
Carlomagno, rey de los francos, y el Papa León III de Roma, establecieron una alianza. Como resultado de esto, el ejército de Carlomagno protegió a Roma y extendió la religión católica a los lombardos del norte de Italia y a los sajones de Alemania. El Papa coronó a Carlomagno como emperador del Sacro Imperio Romano, el día de Navidad del 800 d.C. Posteriormente, los Papas se aliaron con diferentes reyes.
Los sacerdotes realizaban las misas en latín, lo que hacía imposible que la gente común comprendiera lo que se decía. La Iglesia Católica se hizo muy rica a través de diezmos, donaciones y por incautación de tesoros y tierras. (Confróntese con 1. Timoteo 6:17-19). Los sacerdotes y monjes se volvieron más corruptos y mundanos. La simonía, o compra de puestos en la iglesia, se extendió.
El Papa Gregorio VII, o Hildebrando (1073-1085), impuso el celibato a todos los miembros del clero de la Iglesia Católica Romana. Los sacerdotes se vieron obligados a decidirse por su oficio o por sus esposas e hijos. Esto marcó el fin del matrimonio para el clero católico. (Véase 1. Timoteo 4:1-3).
El Papa Gregorio, demandó que el Papa romano es la roca de la iglesia, el único representante de Dios y el soberano de toda la tierra. (Véase A.H. Newman, Manual de Historia de la iglesia 1:505-7).
Los Papas Católicos declararon la guerra a sus opositores. (Confróntese Lucas 6:27-36). Destruyeron a multitudes de albigenses o cátaros, un grupo del sur de Francia al que consideraban herético (1209-1229), y finalmente los exterminaron alrededor del 1300. Los católicos persiguieron a los valdenses, que enseñaban que la Biblia era la autoridad en lugar del Papa, y los obligaron a ocultarse durante siglos en la zona montañosa de los Alpes.
La Iglesia católica instituyó la inquisición para erradicar la «herejía» (1208, 1215, 1252). Las autoridades católicas establecieron un sistema de tribunales para castigar a los presuntos herejes (personas que no creían en la fe católica). La inquisición torturó y mató a un número incalculable de personas, especialmente en España, Italia, Francia y los Países Bajos.
El Cuarto Concilio Lateranense (1215), requirió de la confesión ante un sacerdote por lo menos una vez al año. (Confróntese con 1. Timoteo 2:5). Además confirmó la transubstanciación, o la transformación del pan y del vino en el cuerpo y la sangre de Cristo.
Aunque la Iglesia Católica dominó la vida espiritual de Europa durante esa época, Dios levantó a hombres que desafiaron las doctrinas y prácticas católicas. Finalmente, estos desafíos condujeron a la Reforma Protestante.
Juan Wycliffe (murió en 1384), ha sido llamado «la estrella de la mañana de la Reforma.» Él vivió en Inglaterra y fue educado en Oxford. Él atacó a la codicia y el egoísmo en la iglesia. Él enseñó que la Biblia es la ley suprema de la iglesia, incluso por encima del Papa. Dijo que la iglesia podría tener un líder único, si este vivía una vida como la de Pedro o como la de la Iglesia primitiva. Vale destacar, que él fue el responsable principal de la traducción de la Biblia del latín al Inglés.
Juan Huss de Bohemia (1373-1415), estudió en la Universidad de Praga, donde leyó las
enseñanzas de Wycliffe. Huss enseñó que el verdadero jefe de la iglesia es Cristo y no el Papa. Dijo que la ley de la iglesia es el Nuevo Testamento y no la tradición eclesiástica. A su juicio, se debía vivir una vida de pobreza material como la de Cristo. El Concilio de Constanza lo condenó a muerte y fue quemado en la hoguera. Sin embargo, Huss mantuvo su fe hasta el último aliento.
Otros factores que también allanaron el camino para la Reforma Protestante, fueron:
La imprenta. En Alemania, Johannes Gutenberg inventó la imprenta de tipos móviles, alrededor de 1450, y este fue probablemente el desarrollo más influyente del período anterior a la Reforma. Lo primero que él imprimió fue una Biblia en latín, pero esto dio lugar a la impresión de la Biblia a los distintos idiomas.
El descubrimiento de América por Colón en 1492. Esto llenó de coraje y esperanza a la gente. Además, América se convirtió en un refugio para quienes eran oprimidos por su punto de vista religioso.
Crecimiento del descontento religiosa en Alemania. Muchos protestaron contra el lujo y la corrupción en la Iglesia Católica. Hubo una demanda creciente para que la gente siguiera las enseñanzas de Cristo.
Venta de indulgencias por el Papa. Para apoyar la construcción de la Basílica de San Pedro en Roma, el Papa instituyó la venta de indulgencias. La iglesia oficial le dijo a la gente que con su dinero y con sus dones, podrían obtener el perdón de sus pecados. Esa práctica enfrentó mucha resistencia en Alemania. Martín Lutero dirigió la resistencia, y esto desembocó en una ruptura con Roma, dando comienzo a la Reforma protestante en Europa.
Preguntas
1. ¿Qué hizo el Papa por Carlomagno?
2. Describa la labor del Papa Gregorio VII. ¿En qué periodo fue Papa?
3. Describa la manera en que la Iglesia Católica trató a quiénes catalogó de infieles.
4. ¿En qué consistió la inquisición católica?
5. Describa las enseñanzas de Juan Wycliffe.
6. ¿Por qué mucha gente estaba insatisfecha con la Iglesia Católica?
Martín Lutero (1485-1546)
Lutero fue hijo de un campesino minero de Sajonia, pero recibió educación universitaria. Más tarde, se convirtió en un monje Católico y hacía obras de penitencia por sus pecados, pero encontró que en la revelación de Dios dice que «el justo por la fe vivirá» (Romanos 1:17). Además, Lutero visitó a Roma y se desilusionó por la mundanalidad que apreció allí. (Confróntese con Apocalipsis 3:1-5).
Un agente del Papa vendía indulgencias en Alemania. Lutero declaró que las indulgencias (que eran cartas de perdón firmadas por el Papa), no podían ayudar para salvar alguna vida, ni tampoco liberaban a las almas del purgatorio. El Papa romano dispuso que Lutero compareciera ante una asamblea de oficiales y principales de la iglesia en Worms, Alemania, en 1521, y le ordenó que se retractara de sus declaraciones. Lutero se negó a retractarse, a no ser que se le demostrara por la Biblia que estaba equivocado.
Así, el Papa denunció a Lutero. Sin embargo, el príncipe de Sajonia le protegió la vida. Mientras estuvo escondido en el castillo del príncipe, Lutero tradujo la Biblia al idioma alemán. La mayoría de las personas de Alemania (norte y central), Dinamarca, Noruega y Suecia, acogieron sus enseñanzas. Ellos llegaron a conocerse como los luteranos.
La doctrina luterana incluye la creencia de que la Biblia es para todos y que la salvación viene a través de la fe en Cristo. (Ver Gálatas 3:11, Juan 3:16). Por otra parte, Lutero enseñó que todas las personas pueden orar directamente a Dios, sin necesidad de intermediarios sacerdotales. (Véase Lucas 11:1-4). Los luteranos se opusieron a las indulgencias, al purgatorio, a las obras de penitencia, al celibato y a la autoridad del Papa sobre la Biblia. Sin embargo, los luteranos no concedieron plena libertad religiosa a otros, y perseveraron en las doctrinas antibíblicas de la trinidad, la aspersión y el bautismo de niños.
Juan Calvino (1509-1564)
Calvino fue un educado abogado francés, que se convirtió al protestantismo en 1532. Poco después, la oposición católica de París lo expulsó de la ciudad en 1534, debido a sus puntos de vista protestantes. Se fue para Ginebra, Suiza, donde permaneció la mayor parte de su vida. Más tarde, se convirtió en el gobernante de esa ciudad, pero fue muy áspero y severo. Prohibió las diversiones mundanas y los lujos en Ginebra, obligó a la gente a asistir a su iglesia y castigó cualquier delito menor con gran severidad. Además, ordenó la ejecución de algunas personas que se oponían a sus puntos de vista.
Calvino organizó iglesias locales con presbíteros (presbiteriana). Dichas iglesias observaron la comunión o la Cena del Señor, como un memorial del sufrimiento y la muerte de Jesús. Calvino enseñó sobre la predestinación individual, es decir, que Dios ha decidido de antemano quién será salvó o quién se perderá. Su mayor servicio fue la traducción de la Biblia al francés, lo que contribuyó a elevar el nivel moral en Europa, a volver al gobierno de una iglesia local y a fomentar el respeto por la Biblia. Sus enseñanzas fueron aceptadas en Suiza, Holanda, Escocia, y en partes de Francia, Inglaterra y Alemania.
Enrique VIII de Inglaterra
Enrique VIII de Inglaterra, quería divorciarse de su reina Catalina de Aragón, porque ella no le daba un hijo, y él deseaba tener un heredero al trono. Por otra parte, él quería casarse con Ana Bolena. Sin embargo, el Papa le negó su solicitud, pero en contra de eso, el rey Enrique obtuvo el divorcio por parte de la corte inglesa y se casó con Ana. El Papa respondió excomulgándolo.
A raíz de esto, el Parlamento Inglés (1534) declaró a Enrique VIII como el jefe de la Iglesia de Inglaterra (Iglesia Anglicana). Como jefe de esa iglesia, él ordenó el cierre de todos los monasterios católicos y confiscó sus bienes. Durante un tiempo, los reyes ingleses nombraron a todos los altos funcionarios de la Iglesia Anglicana.
Menno Simons (1492-1559)
Simons era un sacerdote holandés. Después de leer los escritos de Lutero y de estudiar el Nuevo Testamento, comenzó a oponerse al bautismo de niños y finalmente abandonó a la Iglesia Católica en 1556. Enseñó acerca del nuevo nacimiento espiritual (Juan 3:1-8) y el bautismo de los creyentes sólo por afusión, es decir, vertiendo agua sobre la cabeza. Sus seguidores actuales, se denominan menonitas.
Juan Smyth (1570-1612)
Smyth, un inglés, se unió al movimiento separatista, que era un grupo de inconformes con la Iglesia Anglicana. En 1607 se fue para Holanda con otros separatistas, y por medio de la influencia menonita, abrazó el bautismo para los creyentes. Él se bautizó primero y luego le siguieron los demás. En 1612, Helwys, un miembro del grupo, regresó a Inglaterra y formó la primera Iglesia Bautista.
La Confesión de Fe Bautista, expuesta por siete iglesias de Londres (1644), reconoció el bautismo por inmersión, como el único modelo bíblico para esta ceremonia. (Ver Mateo 3:16; Romanos 6:3-4; Colosenses 2:12).
Roger Williams (1604-1684)
Williams nació y fue educado en Inglaterra, pero en 1631 llegó a Massachusetts con su esposa. Por un tiempo predicó en Salem, pero los líderes Puritanos lo obligaron a abandonar la colonia, debido a que él creía por completo en la tolerancia religiosa. Entonces hizo una travesía por el desierto en pleno invierno, siendo alimentado y protegido por indígenas amistosos. En 1636, él se estableció en Providence, Rhode Island, en una tierra que le dieron los indígenas. Más tarde, su esposa y sus dos hijos se reunieron allí con él. En Rhode Island había plena libertad religiosa, y la Iglesia y el Estado estaban completamente separados.
Los separatistas llegaron a aquella provincia, comenzando en 1639 la primera Iglesia Bautista en América. Roger Williams y otras once personas fueron bautizados y unidos con esa iglesia, pero Williams formó parte de la Iglesia Bautista sólo por un corto tiempo, ya que él deseaba ser independiente en sus creencias.
Preguntas
1. Describa la labor de Martín Lutero.
2. ¿Qué países aceptaron las enseñanzas de Lutero?
3. ¿Cuáles fueron las mayores fallas de Calvino?
4. ¿Cuáles fueron los mayores servicios de Calvino?
5. ¿Cuándo fue que las iglesias Bautistas reconocieron el bautismo por inmersión?
6. ¿Cuándo y dónde se estableció la primera iglesia Bautista en América?
Los Moravos
En 1722, el conde Zinzendorf dio la bienvenida en su finca de Sajonia, a un pequeño grupo de refugiados que formaban parte de los Hermanos de Moravia. Ellos aceptaron las enseñanzas de Wycliffe, Huss y los valdenses. Los Moravos comenzaron un pequeño asentamiento en Herrnhut, y el conde Zinzendorf les dio protección, por lo cual la pequeña colonia creció rápidamente.
Los moravos fueron un pueblo de oración, tuvieron una verdadera experiencia con Dios y mantuvieron el celo por difundir el evangelio. Con la ayuda de obispos valdenses, su iglesia se había establecido en Moravia en 1467. Muchas personas de Moravia, Bohemia y Polonia aceptaron la fe. En 1517, su número ascendía a casi 200.000 miembros. Luego les sobrevino la persecución, sufriendo gravemente durante La Guerra de los Treinta Años. Durante algún tiempo, parecía que su iglesia se había borrado, pero aún se mantuvo un remanente.
Muchos predicadores de Moravia pasaron desde Herrnhut a diferentes partes del mundo. Ellos tuvieron el mayor celo misionero desde la época de los primeros cristianos, y sus misiones se encuentran todavía en muchas partes remotas de la tierra.
Juan Wesley (1703-1791)
Juan y su hermano Carlos, eran los hijos más jóvenes del Pastor inglés Samuel Wesley. La madre de Juan, era una mujer de carácter fuerte y piedad profunda. Aunque su familia contara con diecinueve hijos, ella dedicó tiempo para instruir a cada uno en la Palabra de Dios, y los condujo a temer y honrar al Señor.
Juan y Carlos, eran miembros de un grupo de jóvenes que se reunían con frecuencia a estudiar la Biblia y otros libros. Dicha sociedad, gradualmente se volvió más religiosa: los jóvenes ayunaban dos veces a la semana, oraban mucho, y evangelizaban en cárceles y hospitales. En Oxford, otros estudiantes comenzaron a llamarlos «Los Metodistas» o «el Club Santo».
En 1735, los dos hermanos navegaron hacia Georgia en un viaje misionero, y se encontraron con un grupo de moravos a bordo del buque. Los moravos inspiraban paz, tranquilidad y dulzura. Wesley aprendió de ellos la necesidad de una experiencia personal con Dios. Lamentablemente, los Wesley no tuvieron éxito en Georgia y regresaron pronto a Inglaterra. El 24 de mayo de 1738, Juan tuvo una clara experiencia con Dios. A partir de entonces, él fue un hombre diferente, alegre y con nuevas fuerzas.
Wesley visitó a los moravos en Herrnhut y también se reunió con el conde Zinzendorf. Al volver nuevamente a Inglaterra, se reunió con George Whitefield. (Whitefield era un amigo suyo de Oxford, quien había realizado una exitosa gira misionera por Georgia). Whitefield comenzó a celebrar reuniones al aire libre; Wesley dudó, pero pronto se le unió. En 1739, comenzó a predicar en La Fundición, un edificio del gobierno que estaba sin utilizar. Luego aquel edificio fue reparado y ampliado, convirtiéndose en la sede metodista de Londres hasta 1788. Wesley se separó de los moravos, y a su vez Whitefield se separó de Wesley a causa de ciertas diferencias doctrinales. Wesley enseñaba la salvación plena y el libre albedrío, mientras que Whitefield predicaba la doctrina de la predestinación.
Wesley, un hombre de baja estatura, trabajó duro y poseyó gran resistencia. Él no tuvo una residencia permanente y a menudo realizaba largos viajes a caballo. A veces, él predicó hasta cuatro o cinco veces al día, y estudió y escribió mucho. El mal tiempo nunca detuvo su progreso. Las predicaciones de Wesley alcanzaron a gran multitud de personas, y el poder de Dios descendió sobre los servicios en un marcado grado. Miles de hombres y mujeres llegaron a ser muy felices. Su enseñanza influyó significativamente en elevar la moral de la nación inglesa, mientras que la alegría y el celo sustituyeron a la oscuridad en los corazones de muchos. Sin embargo, las autoridades de la Iglesia Anglicana veían con malos ojos lo ruidoso de las reuniones y le cerraron sus puertas. Usualmente, Juan predicó en espacios abiertos a grandes multitudes. Aunque algunos rufianes pusieron a menudo en peligro su vida, Dios lo protegió.
Carlos, el hermano de Juan, quien no pudo soportar los incesantes viajes, vivió una vida más tranquila. También fue un hábil predicador y evangelista, pero su principal labor fue la redacción de hermosos himnos. Por ejemplo, una vez que tuvo que esconderse en un granero de una turba de perseguidores, escribió la canción: «Jesús, amante de mi alma.»
En 1750, Juan Wesley se casó con una viuda que tenía cuatro hijos, pero su vida no fue feliz y finalmente se separaron. Su esposa no apreció sus ideales, y él no estuvo dispuesto a cambiar su oficio de predicador a favor de ella.
Wesley también escribió muchos libros, que le trajeron grandes ingresos. Sin embargo, sólo utilizó una pequeña cantidad para sus necesidades personales y el resto lo utilizó para difundir el evangelio y ayudar a los necesitados. Juan enseñó la necesidad de una vida santa y de una auténtica experiencia de conversión. Quizás ningún otro inglés haya hecho más espiritualmente por su país, que este hombre de baja estatura, con gran talento y esforzado evangelista.
Carlos H. Spurgeon (1834-1892)
Carlos era hijo y nieto de pastores. Se incorporó a la iglesia bautista en 1851 y se convirtió en pastor de la Iglesia de Waterbeach al año siguiente. Siendo aun muy joven, él se convirtió en un reconocido predicador. Finalizando 1853, predicó en la nueva capilla de Park Street, Southwark. Muchos venían para escuchar a aquel joven. Asistían tan grandes multitudes, que tuvieron que construir el enorme Tabernáculo Metropolitano para congregarse, y fue terminado el 25 de marzo de 1861. Spurgeon predicaba todos los domingos y jueves.
Spurgeon no era conformista, porque él creía en los grandes fundamentos de la fe cristiana, como el nacimiento virginal de Cristo, la resurrección de los muertos y el perdón a través de la sangre de Cristo. Él atrajo las emociones de la conciencia individual y le puso sazón a sus exposiciones con humor. También fue escritor, y uno de sus libros más populares es un libro de refranes titulado “Dichos de Juan Arador” o “Consejos Sencillos para Personas Sencillas”.
Preguntas
1. ¿Quiénes fueron los moravos?
2. ¿Qué hicieron los moravos por Juan Wesley?
3. ¿Cómo ayudó Juan Wesley al pueblo Inglés?
4. Describa el trabajo de Carlos Wesley.
5. ¿Quién fue Carlos H. Spurgeon, y cuál es su obra más conocida?
Jonatán Edwards (1703-1758)
El padre de Jonatán Edwards era pastor de una congregación, y su madre también era hija de un pastor. Él Nació en Connecticut en 1703. Era un niño brillante que gustaba seriamente del estudio. Jonatán se casó con Sara Pierrepont en 1727. Su esposa era una mujer de profunda piedad y dulce alegría. Ellos tuvieron doce hijos, por los cuales sentían el más profundo afecto.
En 1727, Edwards se convirtió en ministro de la iglesia congregacionalista de Northampton, Massachusetts, y permaneció allí hasta 1750. Él era un estricto calvinista, y su más famoso sermón fue “Los pecadores en las manos de un Dios enfadado”. La doctrina de la predestinación fue dulce para él; de hecho, él decía que Dios era perfectamente justo al haber creado a unas personas que ya estaban predestinadas para la salvación y de crear a otras que ya estaban predestinadas para la condenación, sin que la gente pudiera hacer algo por cambiar eso. Él declaró que los niños eran como víboras ante los ojos de Dios, a menos que se encontraran predestinados en Cristo.
Bajo la ardiente predicación de Edwards, estalló en 1734 un avivamiento en el pequeño poblado de Northhampton. Trescientas personas se convirtieron al Cristianismo. Desde Northhampton, el avivamiento se extendió a diferentes partes de Nueva Inglaterra.
Sin embargo, dos o tres años más tarde, muchos reaccionaron en contra de las enseñanzas extremistas de Edwards, y un gran número de los convertidos se apartó. No obstante, las colonias de Nueva Inglaterra, sintieron durante muchos años la influencia de su trabajo.
Jonatán Edwards dedicó la mayor parte de su tiempo al estudio profundo y a la predicación, y visitó con poca frecuencia a los miembros de su rebaño, aunque el dulce espíritu de su esposa compensaba en parte esa deficiencia. Sin embargo, su congregación se sintió insatisfecha. Ellos se cansaron de tanta predicación relacionada con la depravación del hombre, y anhelaban otros temas que les trajeran mayor luz sobre la Palabra. Finalmente, en 1750, esa iglesia no aceptó más que Edwards fuera su pastor.
Entonces, él se trasladó Stockbridge y llegó a ser pastor allí. También se convirtió en misionero para los indígenas. En 1757, la Universidad de Princeton lo nombró como su presidente. Sin embargo, la inesperada muerte de Edwards en 1758, truncó su servicio a la universidad.
Jonatán Edwards, hizo en muchas maneras una espléndida labor cristiana, y sin lugar a dudas, ganó a un gran número de personas a través de su seria y fogosa predicación. Sin embargo, queda la pregunta de cuánto más podría haber alcanzado, si hubiera mezclado más el amor y la compasión con su fuerte posición doctrinal.
Jorge Whitefield (1714-1770)
Jorge Whitefield de Inglaterra, visitó a las colonias americanas siete veces, predicando en diferentes comunidades desde Georgia hasta Nueva Inglaterra. Aunque era amigo, y por un tiempo colega de Juan Wesley, él era un calvinista estricto. Los colonos americanos le dieron la bienvenida, y muchas personas aceptaron el cristianismo a través de su predicación.
Whitefield se separó de la Iglesia Anglicana y fundó la Sociedad Calvinista Metodista en 1743. El mayor don de Whitefield, radicaba en la fuerza con que entregaba sus sermones. Sin embargo, él no estuvo dotado en gestión organizacional, por lo que después de su muerte, muchos de sus seguidores se sumaron a los Metodistas Wesleyanos. Murió en Massachusetts en 1770, mientras que se encontraba en su séptima visita a América.
Preguntas
1. Describa el carácter de Jonatán Edwards.
2. Describa el carácter de su esposa.
3. ¿Por qué fue expulsado Jonatán Edwards de su iglesia?
4. ¿De qué manera, Edwards podría haber mejorado su trabajo como pastor y evangelista?
5. ¿Cuántas veces visitó Jorge Whitefield a América?
6. ¿En qué sitios predicó Whitefield?
Pedro Cartwright (1785-1872)
Pedro Cartwright nació en Virginia, pero a principios de su vida se trasladó a Kentucky. Él era un hombre de mediana estatura, pero de apariencia fuerte. Comenzó a predicar en 1801, fue ordenado en 1806 y fue nombrado obispo presidente en 1808. Se convirtió en el más destacado predicador metodista de su tiempo. Con valiente resolución, viajó a lo largo de Kentucky y Tennessee, predicando por las distintas localidades. En 1824, se mudó a Illinois y en cierta ocasión fue opositor político de Abraham Lincoln.
Por esos días, las fronteras eran duras y peligrosas. Sin embargo, Cartwright viajó constantemente durante cincuenta años. Hizo sus viajes a caballo, a veces atravesó peligrosos arroyos y durmió a la intemperie utilizando su montura como almohada. A menudo se encontró con personas de carácter difícil y pendenciero, pero él siempre pudo mantener el control. Su predicación acogedora, poderosa e ingeniosa, le hizo llegar al corazón de los colonos.
Dios bendijo ese avivamiento y muchos fueron impactados. Algunas veces, más de un centenar de personas se arrepintieron en una reunión. Él predicó a menudo de cuatro a cinco veces al día. Como resultado de esto, comunidades ásperas, borrachas y pendencieras, se volvieron temerosas de Dios y se convirtieron en zonas pacíficas. Los servicios eran avivados y ruidosos, y mucha gente sintió como el Espíritu de Dios descendió sobre ellos.
Pedro Cartwright tenía muy poca educación formal, pero estudió con diligencia su Biblia y su himnario, y oraba a menudo. Por lo tanto, era común que Cartwright predicara durante dos horas o más, bajo la unción del Espíritu. Fue tal su humildad, que después de una larga vida de servicio fiel, él dijo de sí mismo: «Soy indigno, soy indigno».
Carlos G. Finney (1792-1875)
Carlos Finney nació en Connecticut, pero pronto su familia se trasladó al oeste de Nueva York. Más tarde, estudió y ejerció como abogado desde 1818 hasta 1821. Sin embargo, se convirtió a Cristo en 1820 y se decidió a predicar. En 1824, después de algunas dificultades, recibió licencia de predicador por parte la Iglesia Presbiteriana. Enseñó en contra de la predestinación y proclamó la buena nueva de salvación, que se acepta por libre albedrío.
Finney se convirtió en un ardiente evangelista. El avivamiento más notable de su ministerio se dio en Rochester, Nueva York, donde casi tres mil personas se convirtieron. Predicó por toda Nueva York, Pensilvania, Ohio, en el Estado de Nueva Inglaterra, la ciudad de Nueva York y Boston. Muchos ministros presbiterianos y congregacionalistas se le opusieron enérgicamente, porque pensaban que sus reuniones eran demasiado emocionales.
Además de ser predicador, en 1835 Finney comenzó a enseñar teología en el Colegio de Oberlin, en Ohio, y se convirtió en presidente de esa escuela en 1837. Ese mismo año, fue nombrado como el pastor congregacionalista de Oberlin. Durante sus vacaciones, él continuó con sus viajes de avivamiento por toda América, y también hizo dos giras evangelísticas por Inglaterra y Escocia.
Dios usó especialmente a Finney para reactivar iglesias muertas. Sus mensajes renovaron la convicción, el celo, y la alegría de miembros de la iglesia que estaban fríos. Finney, proclamó por todas partes la gracia salvadora de Cristo y la capacidad que nos da para ayudarnos a vivir una vida limpia y santa. Sin embargo, él se opuso el bautismo por inmersión, alegando que la aspersión era el mejor método. La influencia de su despertar religioso, se extendió muchos kilómetros más allá de la localidad donde residió.
Preguntas
1. Describa el carácter de Pedro Cartwright.
2. ¿Qué hizo él por la gente?
3. ¿Cuál fue el efecto de su despertar religioso?
4. ¿En qué lugar se desarrolló mayormente el trabajo de Carlos Finney?
5. ¿Por qué algunos ministros se opusieron a Finney?
6. ¿En qué obra especial lo usó Dios?
Dwight L. Moody (1837-1899)
Moody nació en la aldea de East Northfield, Massachusetts. Cuando su padre murió, él tenía solo cuatro años de edad. A Dwight no le gustaban ni la escuela ni el estudio, y era travieso e independiente. Por lo tanto, su madre se vio obligada a disciplinarlo frecuentemente.
A sus diecisiete años, se desempeñó como vendedor de zapatos en Boston. Un año más tarde, se convirtió en cristiano. A sus diecinueve años, comenzó sus negocios en Chicago. Allí reunió a un grupo de niños pobres de la calle, los llevaba a la iglesia que frecuentaba y se convirtió en su profesor de escuela dominical. En 1858, Moody abrió una misión de escuela dominical, que pronto se convirtió en una iglesia. Aquel joven obrero cristiano, sentía una gran carga por los perdidos. Literalmente, él iba por las personas y los traía a los servicios evangelísticos.
Moody se sintió llamado a predicar, pero los líderes de su iglesia no lo promovieron. El no se desmoralizó y Dios lo usó. Sin embargo, nunca fue ordenado oficialmente, pero poseía ciertas ventajas: entendía la naturaleza humana y sus mensajes eran simples, preciosos y llenos de inspiración. Moody predicó sobre el amor de Dios por los pecadores y de la salvación a través de Jesús. Sus mensajes ardían en los corazones, incitando un deseo de vivir una vida mejor.
En 1860, Moody abandonó sus negocios, para dedicar todo su tiempo a la labor evangelística. Poco después, la Comisión Cristiana lo nombró para ministrar a los soldados combatientes en la Guerra Civil. Durante este tiempo, siendo 1862, se casó con una buena esposa. También se desempeñó como presidente del Chicago Y.M.C.A. desde 1865 a 1869.
En 1871, se le unió el cantante cristiano Ira D. Sankey. Ellos celebraron reuniones de avivamiento en las principales ciudades de los Estados Unidos, e hicieron giras evangelísticas por Inglaterra y Escocia. Dios obró cosas asombrosas a través de ellos. Moody dijo que oró y rogó de manera personal por unos 750.000 pecadores.
Aunque llegó a ser un reconocido evangelista, Moody siempre conservó una sencillez encantadora. Muchos le llamaron “Un Hombre del Libro” debido a su devoción por la Biblia. Debido a su vida atareada, tuvo poco tiempo para la meditación. La historia, la ciencia, el arte y la poesía no lo atrajeron. Su objetivo era el de llegar a las personas con el mensaje del amor de Dios.
A. B. Simpson
Simpson organizó la Alianza Cristiana y Misionera en 1881. Predicó sobre la sanidad divina (Véase Marcos 16:18, Santiago 5:14-15, 1. Pedro 2:24). También predicó sobre la venida de Jesús en las nubes para tomar a su iglesia para sí mismo. (Véase Lucas 17:33-36, 21:36; 1. Tesalonicenses 4:13-18; Hebreos 9:28; Apocalipsis 19:1,7-9.) El objetivo principal de la Alianza Cristiana y Misionera era el de enviar misioneros al extranjero y a países no cristianos.
El siglo XIX fue una época de mucha actividad cristiana. Además de los famosos predicadores mencionados, muchos ministros humildes también trabajaron fielmente en los Estados Unidos, Canadá, Inglaterra y otros países. Como resultado de ello, la moral de las personas en general fue buena, y muchas personas mostraron compasión y comprensión hacia los débiles y desafortunados. Pero también fue un momento de gran progreso material. El facilismo, la riqueza y el ocio se multiplicaron, con lo que aumentó el orgullo y la mundanalidad.
Preguntas
1. Describa el comienzo de la vida de Moody.
2. ¿Cómo logró Moody traer gente a la iglesia?
3. ¿Dónde celebraron Moody y Sankey servicios de avivamiento?
4. ¿Cuál fue el principal objetivo de Moody?
5. ¿Cuál fue el principal objetivo de la Alianza Cristiana y Misionera?
6. ¿Qué verdades predicó A. B. Simpson?
7. ¿Qué cambios se produjeron en el siglo XIX?
Jorge Fox (1624-1691)
Jorge Fox nació en Inglaterra y era hijo de un tejedor. Desde niño el fue muy serio, y muy sensible ante el asunto del bien y del mal. A sus veinte años, y durante dos o tres años más, se sintió abatido por su condición espiritual. Por ese tiempo sintió una voz en su interior, que le indicó que Cristo era el único que le podría ayudar. Sin embargo, en 1646, él dejó de asistir a la iglesia, pero aún continuó predicando a muchas personas y ganando a muchos de las clases media y baja. Su doctrina principal, era que todas las personas tienen dentro de ellas una divina «luz interior». Él dijo que recibió esa idea de Juan 4:24: «Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren”.
En 1649, fue encarcelado en Nottingham, después de interrumpir apasionadamente el sermón de un predicador, basado en la Escritura, diciendo que debemos permitir que el Espíritu Santo actúe como nuestra autoridad y guía de vida. En total, él estuvo preso durante ocho ocasiones en las cárceles de Inglaterra. En 1650, Fox y sus seguidores se identificaron como los cuáqueros. Los cuáqueros o amigos (como se llamaban a sí mismos), recibieron mucha persecución durante mucho tiempo. A menudo, mil o más de ellos estuvieron encarcelados a la vez. Algunos fueron sometidos a muerte.
Jorge Fox enseñó sobre cierto tipo del bautismo del Espíritu y habló sobre la santificación, pero renunció al bautismo en agua por considerarlo mero formalismo. Él hizo donativos a los pobres y promovió la educación gratuita. Se opuso a la guerra y a la severidad indebida en las leyes. Durante 1671-1672, visitó las Antillas y América. En 1677 estuvo en Holanda y Alemania acompañado de William Penn y otros, y allí la gente los acogió calurosamente.
William Penn (1644-1718)
William Penn fue hijo de un adinerado almirante Inglés. A la edad de once años, vino a él una fuerte convicción de la presencia de Dios. La familia se trasladó a Irlanda en 1656, y allí sus padres le dieron instrucción privada. En 1660, él fue enviado al colegio de Oxford. Allí, un cuáquero llamado Tomás Loe, influyó sobre él. En un esfuerzo por contrarrestar dicha influencia, el padre de William lo envió al extranjero.
En 1664, pasada la gira, su padre lo trajo de vuelta a casa. Luego estudió derecho y ejerció el derecho como su profesión. En 1666, su padre lo envió a Irlanda para que manejara las grandes fincas de su propiedad. Tomás Loe, encontró de nuevo a Penn, y Penn se convirtió una vez más en cuáquero, pero esta vez para toda la vida. Por esto fue expulsado de su casa, pero luego se reconcilió con su padre. William Penn estuvo algunas veces en prisión, y también trabajó diligentemente para ayudar a liberar a otros cuáqueros. Se casó a la edad de 28 años. En 1688 hizo un viaje por Holanda y el Valle del Rin de Alemania, en compañía de Jorge Fox y otros.
En 1681, Carlos II le concedió a William Penn la colonia de Pensilvania, con el fin de saldar una gran deuda que tenía con el Almirante Penn, el padre de William. En 1682, William Penn llegó a América acompañado de unas cien personas. En 1683 se reunió con diferentes tribus indígenas, les compró tierras y los trató amigablemente. Sin embargo, se regresó pronto a Inglaterra, pero miles de cuáqueros ingleses se establecieron en Pennsylvania. En el siglo XVIII, un gran número de holandeses y alemanes del Valle del Rin llegaron a Pensilvania y con gratitud disfrutaron de la libertad que encontraron en su nuevo hogar.
Alejandro Campbell (1788-1866)
Alejandro Campbell nació en Irlanda. Su padre, Tomás Campbell, fue clérigo y profesor. Su madre descendía de los hugonotes franceses. En 1807, su padre llegó a Washington, Pennsylvania; mientras que Alexander y el resto de la familia llegaron en 1809. El joven se preparó para el ministerio del pastorado bajo la dirección de su padre.
En 1811, se casó con Margarita Brown en West Liberty, Virginia. Se quedó en casa de su suegro, quien más tarde le traspasó aquella propiedad. Campbell hizo trámites para nacionalizarse y también inició una serie de giras para predicar.
En 1812, tomó la dirección de la Organización de Los Discípulos de Cristo (Iglesia Cristiana), basado en la doctrina de que la Biblia, y especialmente el Nuevo Testamento, debe ser el único credo. Adoptó el bautismo en agua por inmersión por considerarlo el modelo de las Escrituras. Su padre, madre, esposa, hermana y otros, se unieron al movimiento. Campbell tenía como objetivo restaurar al cristianismo primitivo como forma para unir a todos los cristianos, lo cual sostuvo, era esencial para la conversión del mundo. La Cena del Señor se observó como un memorial el primer día de cada semana. (Confróntese con Juan 17:20-21; Hechos 20:7; 1. Corintios 11:23-26).
Los bautistas y los discípulos de Cristo, recibieron considerable oposición por parte de otras iglesias, debido a su insistencia en la inmersión completa en agua, como el modo escritural del bautismo. Los Discípulos de Cristo o Iglesia Cristiana, es actualmente una de las denominaciones protestantes más grandes de los Estados Unidos.
William Miller (1782-1849)
William Miller nació en Massachusetts. Obtuvo la mayor parte de su educación a través de libros que adquirió de lo que ganaba por cortar madera. En 1803 se convirtió en agricultor en Vermont y en 1816 se trasladó a Low Hampton, Nueva York. En 1812, fue el capitán de una compañía de soldados en la guerra. En Low Hampton, Miller se convirtió en miembro de la Iglesia Bautista. En 1818, él se convenció de que la segunda venida de Cristo ocurriría durante su vida. En 1831, él comenzó a disertar sobre la segunda venida de Cristo a la tierra, estableciendo como fecha el año de 1843 y más tarde el año de 1844. Esos años llegaron pero Cristo no apareció. Muchos de sus seguidores se desalentaron y se unieron a otras iglesias, pero aun así, unas cincuenta mil personas permanecieron bajo su dirección. Miller les aseguró que según la Biblia, la venida de Jesús estaba cerca, a pesar de que había cometido un error al fijar la fecha.
Los adventistas son una secta que se organizó en 1845. Hoy en día hay seis ramas de dicha iglesia. La más numerosa, es la Adventista del Séptimo Día, seguida por los Adventistas Cristianos o Adventistas del Primer Día. Los adventistas del séptimo día creen en la estricta observancia del sábado o séptimo día, y en la obediencia a los Diez Mandamientos. También prohíben comer carne impura, como la carne de cerdo. Niegan la inmortalidad natural y declaran que la inmortalidad sólo podrá ser adquirida cuando Jesús reúna a su pueblo en el aire. Creen que los pecadores serán destruidos en el lago de fuego y que no serán atormentados por la eternidad. Por último, creen que la tierra estará desolada durante mil años, mientras que Jesús y los santos estarán en el cielo. (Confróntese con Malaquías 4:1; Romanos 6:23; 1. Corintios 15:50-54; Apocalipsis 20).
Preguntas
1. ¿Cuál fue la doctrina principal de Jorge Fox?
2. ¿Qué tipo de trato obtuvieron los cuáqueros en Inglaterra?
3. ¿Cómo ayudó William Penn a los cuáqueros?
4. ¿Qué iglesia fue liderada por Alexander Campbell?
5. Nombre algunas doctrinas de Alexander Campbell.
6. ¿Qué año era cuando William Miller se convenció de que la segunda venida de Jesucristo a la tierra ocurriría durante su vida?
7. ¿En qué año se organizó la Iglesia Adventista?
8. Nombre algunas de las doctrinas de los adventistas del séptimo día.
En los últimos años del siglo XIX, muchas de las personas que asistían a las iglesias estaban insatisfechas e inquietas. Veían que las iglesias profesantes eran demasiado frívolas y que habían perdido su poder. La mundanalidad y la falta de fe prevalecían. Algunas de estas personas comenzaron a orar para obtener alimento más espiritual y para que Dios realizara un cambio en las iglesias y en sus vidas. No supieron exactamente por qué orar, pero reconocieron su necesidad de ayuda especial. (Véase Malaquías 3:16-18; Mateo 5:13-16, 25:1-13; Lucas 11:1-13).
En 1900, en un pequeño instituto bíblico de Topeka, Kansas, un pequeño grupo de estudiantes de la Biblia junto con su profesor, leyeron en el libro de los Hechos de los Apóstoles cómo Dios derramó el don del Espíritu Santo durante el día del Pentecostés. Ellos creyeron que Dios les daría una experiencia similar, por lo que comenzaron a orar y ayunar. En la noche del último día del año, ellos se congregaron para recibir juntos el año nuevo. Durante el primer día del nuevo siglo, una mujer joven empezó a hablar en lenguas, como prueba de que Dios le había dado el bautismo del Espíritu Santo. Las manifestaciones del poder de Dios se presentaron entre ellos. (Véase Joel 2:28-29; Hechos 2:1-4).
Luego, otros más hablaron en lenguas inspiradas por el Espíritu, y otros dieron las interpretaciones de los mensajes. En cada caso hubo una profunda experiencia religiosa, nuevo poder, entusiasmo, alegría y amor. El reavivamiento pentecostal se extendió a Galena, Kansas, y después a Joplin, Missouri. Luego le siguió un gran avivamiento en Houston, Texas. También comenzaron a darse avivamientos más pequeños en otras partes de Kansas, Missouri y Texas, así como en Arkansas y Oklahoma.
Un grupo de personas de Los Ángeles, California, escuchó que de nuevo Dios estaba derramando el don del Espíritu Santo. Ellos comenzaron a reunirse y a orar. W. J. Seymour, un humilde predicador de raza negra de Houston, Texas, fue invitado a Los Ángeles. A pesar de que él aún no había recibido el bautismo del Espíritu Santo, le informó a la gente sobre lo que Dios estaba haciendo. Sin embargo, él encontró oposición y las puertas de las iglesias se cerraron contra él. Aun así, un grupo de creyentes de razas blanca y negra, celebraron reuniones de oración en una casa de campo. El 9 de abril de 1906, Dios los llenó con el Espíritu Santo de una forma maravillosa. Uno tras otro hablaron en lenguas como el Espíritu les daba que hablasen.
Entonces aquellos creyentes se reunieron en una vieja construcción localizada en el 312 de Azusa Street. Se trataba de un viejo y deteriorado edificio de madera, pero el Espíritu de Dios estaba allí, y decenas de personas recibieron el Espíritu Santo como en los días de los apóstoles. Muchos predicadores y personas de todo el mundo, venían para informarse y orar. Ellos también recibieron el bautismo del Espíritu y regresaron a sus casas predicando el bendito mensaje.
En los años 1906 y 1907, la noticia de la reactivación pentecostal llegó a la mayoría de las naciones del mundo. Las Islas Británicas escucharon el mensaje y cientos de misiones pentecostales están ahora dispersas por Gales, Inglaterra y Escocia. Los países escandinavos escucharon la buena nueva. Europa Central y los Estados de los Balcanes, fueron más lentos para recibir el mensaje, pero la Palabra salió obteniendo buenos resultados, a pesar de que muchas veces los creyentes sufrieron severa persecución. Rusia registró la persecución de muchos pentecostales, que vencieron a pesar de las circunstancias, quienes recibirán la corona de la vida que Jesús les dará el día del juicio. En lo últimos años, se han producido resultados alentadores en Francia, Italia y en otras naciones de Europa occidental.
La efusión del Espíritu Santo llegó muy pronto a la India, acompañado de señales maravillosas. Algunos dijeron haber visto fuego sobre las cabezas de unas muchachas, cuando estas se encontraban orando. Muchas personas en China, recibieron el Espíritu y hablaron en hermosas lenguas, inspirados por el poder de Dios. Otros misioneros trabajaron fielmente en el Japón, y frecuentemente familias enteras de gente japonesa aceptaron a Jesús y recibieron el Espíritu Santo.
El Espíritu Santo visitó también a Egipto. Una gran reactivación pentecostal se movió por aquella tierra entre 1912 y 1914. Luego, en abril de 1927, se dio un avivamiento en el orfanato de Asiut. Cientos de niños fueron bendecidos.
El evangelio llegó hasta Sudáfrica. Muchos ingleses, holandeses y negros africanos, aceptaron gustosos el mayor regalo de Dios. Cientos de zulúes fueron llenos del Espíritu Santo. Históricamente, los zulúes se caracterizaron por ser una de las tribus más poderosas de África. El Señor plantó un precioso trabajo entre ellos. Los zulúes que se arrepintieron y fueron bautizados se mostraron muy humildes y con espíritu abnegado dieron mucha ayuda para difundir el evangelio de Jesús.
Dios levantó obreros que trabajaron en la India, China, Australia, Filipinas, Sur
América, e incluso en sitios que estaban descuidados dentro de Estados Unidos y Canadá.
Es evidente que Dios no hace acepción de personas (Hechos 10:34). En cualquier lugar donde vea a un corazón con hambre de Dios, él lo llena y opera su buena obra.
Algunas personas que fueron llenas del Espíritu, luego volvieron a ser frías e indiferentes, y algunas volvieron a juntarse con iglesias frívolas. Otras sin embargo, han mantenido su amor por Jesús, entendiendo que deben mantenerse fieles hasta el final, para recibir la recompensa prometida por nuestro Salvador. La persecución, los juicios, la tentación, los tiempos difíciles y el desánimo, los han fortalecido. La mayoría de los grandes predicadores de aquel tiempo han muerto; Dios está llamando a nuevos obreros para reemplazarlos y extender su obra. Los malentendidos y las permanentes divisiones, no podrán frenar el poder de Dios y sus bendiciones. Él nos ilumina con su Palabra y nos da nueva visión. Él es quien fortalece a los santos para soportar las pruebas y los llena con su profunda paz espiritual y con sus bendiciones. ¡Dios sostiene a su pueblo! ¡La buena obra continúa! ¡El Buen Pastor guía a su rebaño!
Preguntas
1. ¿Dónde y cuándo comenzó el reavivamiento pentecostal moderno?
2. ¿Cómo supo el pueblo de Dios, que Dios les había dado el Espíritu Santo?
3. Describa el avivamiento pentecostal en Azusa Street, en Los Ángeles.
4. Hable sobre el avivamiento pentecostal, en algún país que haya resultado de especial interés para usted.
5. ¿Cómo podemos ayudar nosotros, en la proclamación del mensaje evangélico que Jesús nos ha dado?
Los pentecostales provenían de muchas iglesias, incluyendo metodistas, bautistas, luteranos, cristianos, adventistas y católicos. Así, ellos trajeron muchas ideas de sus denominaciones originales al movimiento pentecostal. Sin embargo, algunas creencias fueron compartidas en común por todos los pentecostales. Las personas que vinieron después al movimiento pentecostal, aceptaron fácilmente las enseñanzas presentadas por sus pastores y maestros.
La gente llegaba con el propósito fundamental de ser llena del Espíritu Santo, tal como se registra en Hechos 2:4, 10:44-46 y 19:6. Consideraron que el bautismo del Espíritu es un elemento esencial y un privilegio de los creyentes.
Cada persona que recibió el Espíritu, hablaba en lenguas como prueba de que Dios le había concedido el bautismo o el don del Espíritu. Era necesario que se diera un verdadero arrepentimiento, antes de que Dios le diera el bautismo a quien se lo solicitaba. (Véase Marcos 1,14-15; Lucas 24:46-47, Hechos 2:38). La gente debía creer en la limpieza de sus pecados a través de la sangre que fue derramada por Jesús. (Véase Juan 3:16; 1. Pedro 1:18-20, 2:21-25; 1. Juan 1:7-9).
Previo al bautismo por inmersión, debía haberse confesado a Cristo y darse un verdadero arrepentimiento. (Véase Hechos 2:38; Marcos 1:9-11; Mateo 28:19-20). En algunos casos, las personas recibieron el Espíritu Santo antes de su bautismo en agua. Entonces eran bautizadas después de aquella experiencia, tal como ocurrió en el hogar de Cornelio (Hechos 10:45-48). Al principio, la fórmula habitual usada para el bautismo en agua, fue “en el nombre del Padre y del Hijo, y del Espíritu Santo”. La luz sobre el bautismo en el nombre de Jesús, solo la habían recibido unos pocos.
Ellos ungían a los enfermos y oraban para que fueran sanados. (Véase Santiago 5:14-15). Por medio de esas oraciones, Dios sanó a muchas personas de diversas enfermedades y dolencias. También reconocieron el valor del ayuno como apoyo a la oración. (Vea Mateo 17:18-21).
Además, consideraron que la santidad de vida es esencial para la salvación (1. Pedro 1:13-16) y creyeron que el fruto del Espíritu es parte de la herencia de los santos (Gálatas 5:22-24). Los primeros pentecostales, abandonaron los placeres del mundo, para poder encontrar el verdadero gozo de servir a Jesús. (Véase 1. Juan 2:15-17). Dios concedió a los creyentes los diferentes dones del Espíritu, tal como Él quiso. (Véase 1. Corintios 12:1-11).
Como grupo, los pentecostales fueron felices y ungidos por el Señor, sirviendo a Jesús con alegría y entusiasmo. Ellos testificaron del amor de Jesús a la demás gente y se reunían frecuentemente para la adoración y la alabanza. Uno de sus versos favoritos de la Escritura, junto con Hechos 2:4, fue Hebreos 13:8. La Biblia fue su autoridad suprema, ya que creyeron que el Libro de los Hechos de los Apóstoles, daba verdadera cuenta de la iglesia primitiva y era el modelo que el pueblo de Dios debía seguir. (Véase 2. Timoteo 3:16-17, 2. Pedro 1:16-21). Ellos creyeron que la Gran Tribulación llegará a la tierra y que Jesús vendrá y sacará a su pueblo de esta. Él descenderá del cielo; los santos que hayan muerto resucitarán y los santos que estén vivos se reunirán con ellos en el aire, para encontrarse con Jesús, su Señor, quien les dará la inmortalidad. (Véase 1. Tesalonicenses 4:13-18).
Preguntas
1. ¿Cuál fue la razón principal por la que las personas acudían al movimiento pentecostal?
2. ¿Que era necesario hacer con anticipación, para poder recibir el Espíritu Santo?
3. Describa la actitud de los pentecostales hacia la santidad de vida.
4. Cite una referencia de la Escritura acerca de la sanidad divina.
5. ¿Cuál era la máxima autoridad para los pentecostales?
Cuando Jesús estaba con sus discípulos, Él les dijo que había muchas cosas por decir que ellos todavía no serían capaces de sobrellevarlas, pero Él les prometió que el Espíritu los guiaría a toda verdad (Juan 16:12-13). Antes de que Jesús dejara la tierra, mandó a sus discípulos a bautizar en el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo (Mateo 28:19). También dijo que el arrepentimiento y la remisión de los pecados se debían predicar en su nombre (Lucas 24:47).
El día de Pentecostés, cuando Pedro predicó bajo la unción del Espíritu, mandó a los judíos a ser bautizados en el nombre de Jesucristo (Hechos 2:38). Además, el pueblo de Samaria, fue bautizado en el nombre del Señor Jesús (Hechos 8:16). Más tarde, Pedro bautizó al hogar de Cornelio, en el nombre del Señor Jesús, poco después de que él explicó que Jesucristo es Señor de todos y que Dios concede el perdón de los pecados en su nombre (Hechos 10:36, 43, 47-48). Varios años más tarde, Pablo rebautizó en Éfeso a los discípulos de Juan el Bautista en el nombre del Señor Jesús (Hechos 19:5).
Ni un solo versículo de la Biblia, describe a alguno siendo bautizado con la fórmula «en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo». Los bautismos se realizaron siempre en el nombre de Jesucristo o del Señor Jesús. A partir de un cuidadoso estudio del libro de los Hechos, solo puede concluirse que el nombre de Jesús, es el nombre que debe ser invocado en el bautismo en agua.
La Escritura nos ordena a hacer todo, ya sea de palabra o de acción, en el nombre del Señor Jesús (Colosenses 3:17). Además, la Escritura declara que toda la familia que se encuentra en el cielo o en la tierra, es llamada por el nombre del Padre de nuestro Señor Jesucristo (Efesios 3:14-15). También se nos dice que Dios ha dado a Jesús un nombre que es sobre todo nombre y que toda rodilla se doblará ante el nombre de Jesús y toda lengua confesará que Cristo Jesús es Señor para gloria de Dios (Filipenses 2:9-11). Por último, Mateo 12:21 nos recuerda que los gentiles pondrán su confianza en el nombre de Jesús. Sólo hay un nombre que está por encima de todos los demás nombres, y ese es el nombre de Jesús. Es un privilegio y un honor que seamos bautizados en el nombre de Jesús. Jesús profetizó que sus seguidores sufrirían persecución y odio de parte de todas las gentes por causa de su nombre (Mateo 24:9, Marcos 13:13; Lucas 21:17).
En los primeros días del reavivamiento pentecostal, algunos creyentes recibieron la luz sobre el bautismo en el nombre de Jesús. Sin embargo, la mayoría, estuvieron satisfechos con la supuesta fórmula trinitaria, o el bautismo “en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo”. Con el paso del tiempo, aquellas personas comenzaron a mirar con recelo a los que abogaban por el bautismo en el nombre de Jesús. Finalmente, en 1915, los santos que se negaron a renunciar a su fe en el bautismo en el nombre de Jesús, comenzaron a congregarse en iglesias de su propia identidad. Allí gozaron de libertad espiritual. Los santos del Nombre de Jesús, eran especialmente numerosos en el Sur, incluyendo a Texas y Louisiana; en el Medio Oeste, incluyendo Illinois e Indiana; en California y en el Noroeste. Pronto el movimiento se desarrolló notablemente en otras partes de los Estados Unidos y el Canadá.
Creemos que el bautismo en agua en el nombre de Jesús, es una de las verdades prominentes que Dios ha restaurado. Todas las iglesias deben considerar esta cuestión, acompañados de la oración y de un estudio cuidadoso de la Biblia. El nombre de Jesús, es fundamental para resistir los ataques de Satanás.
Hay un solo Dios, que es un solo Espíritu. (Véase Deuteronomio 6:4, Juan 4:24, Efesios 4:4-6; 2. Corintios 3:17). Dios es invisible (1. Juan 4:12), y debido a su amor Él desea revelarse a sí mismo al mundo. Lo hizo a través de su Hijo, Jesús (Juan 3:16, 2. Corintios 5:19). Jesús nació en Belén y sufrió la cruz para poder redimirnos del pecado y de la muerte. (Véase Lucas 2:4-21; 23:33-38; Romanos 5:8-11; 1. Corintios 2:2; 2. Corintios 5:17-21, Gálatas 6:14).
Preguntas
l. De una referencia bíblica sobre el nombre de Jesús.
2. ¿Cómo bautizaron Pedro y Pablo a quienes creían?
3. ¿Cómo se concede el perdón de los pecados? Dé una referencia bíblica.
4. ¿Por qué razón, los pentecostales que bautizaban en el nombre de Jesús, comenzaron a congregarse en iglesias de su propia identidad?
5. ¿Por qué creemos nosotros, que el bautismo en el nombre de Jesús es una verdad fundamental?
Desde los días de Martín Lutero, Dios ha hecho cosas maravillosas por su pueblo. Él ha revelado la justificación por la fe en Jesús, el bautismo en agua en el nombre de Jesús, y el bautismo del Espíritu Santo y fuego. También ha restaurado ampliamente la sanidad de los enfermos por medio de la oración. Él nos ha mostrado cómo vivir una vida santa por la constante dependencia en el Señor Jesús, y como podemos vencer nuestras preocupaciones y las fatigas si confiamos en Él. Él nos ha revelado la belleza de nuestra vida por la unidad del Espíritu y cómo podemos ayudar por medio de nuestras oraciones a unirnos unos con otros. El ha demostrado su amor por los débiles y por los pecadores. Él nos ha dado la brillante esperanza de escapar de la Gran Tribulación que está por venir a esta tierra y de recibir a Jesús en el aire cuando Él venga a tomar a su pueblo.
Damos gracias a Dios por estas benditas verdades. Muchas personas sufrieron y murieron para que nosotros pudiéramos tener este patrimonio. Alabamos al Señor Jesús, quien murió en la cruz y resucitó para derrotar el poder de Satanás y para llevarnos a la vida eterna.
Isaías recibió una visión sobre la bondad del Señor. Él dijo, «He aquí Dios es salvación mía; me aseguraré y no temeré; porque mi fortaleza y mi canción es JAH Jehová, quien ha sido salvación para mí» (Isaías 12:2). Luego habló sobre la alegría y la alabanza que Dios le dará a su pueblo. Él habló del Salvador que habría de venir con la buena nueva de paz, le dijo a Jerusalén que cantara alabanzas y profetizó que todos los confines de la tierra verán la salvación de nuestro Dios. (Vea Isaías 52:7-10). Enseguida, dio una descripción de nuestro humilde Salvador, quien sufriría y llegaría a tener su rostro estropeado, a fin de llevar sobre sí nuestras penas y sufrimientos. Vio el triunfo final del Mesías manso y humilde. Nuestros corazones se alegran cuando leemos esta hermosa descripción de nuestro Jesús. (Ver Isaías 52:13-15; 53:1-12).
Jesús reveló el amor del Padre hacia los pecadores, que se muestra repetidamente en las parábolas de la oveja perdida, de la moneda pérdida y del hijo pródigo. (Véase Lucas 15). En la parábola del fariseo y el publicano (recaudador de impuestos), reveló que Dios odia el orgullo pero se goza con el humilde y arrepentido. (Véase Lucas 18:9-14).
Un intérprete de la Ley, le preguntó a Jesús cuál es el mayor mandamiento. Jesús le respondió que debemos amar Dios sobre todas las cosas y a nuestro prójimo como a nosotros mismos (Mateo 22:35-40). Con la historia del buen samaritano que ayudó a un herido en el trayecto a Jericó, Jesús explicó el amor real que debemos mostrar hacia nuestro prójimo. Un sacerdote y un levita pasaron por allí y no ayudaron al pobre y herido forastero, pero el despreciado samaritano, tenía amor en su corazón por la humanidad. (Véase Lucas 10:30-37).
Pablo dijo: «Procurad, pues, los dones mejores. Mas yo os muestro un camino aun más excelente» (1. Corintios 12:31). Nuestro conocimiento sobre la doctrina bíblica, nuestra experiencia, nuestros dones y bendiciones, son inútiles si nos falta el amor divino. Debemos conservar dentro de nuestros corazones la compasión que Jesús ofrece. Es muy fácil endurecerse y criticar. Vivimos en tiempos violentos, engañosos y problemáticos. Pero un día Jesús vendrá, y nuestros problemas terrenales terminarán. Entonces estaremos alegres por nuestros pequeños actos de bondad y por las palabras alentadoras que alguna vez dimos a nuestros vecinos y amigos. Nosotros no conocemos la carga de dolor que puede llevar nuestro prójimo, pero podemos (según tengamos oportunidad) dirigirle a Jesús, el gran portador de nuestras cargas.
Un espíritu de venganza es imprudente y perjudicial para cualquiera, sobre todo para un cristiano. Es malo que tramemos una venganza, aun cuando aquel que haya obrado injustamente contra nosotros pudiera prosperar. Nuestro Padre sabe todo y Él juzgará todo a su debido tiempo. (Véase Mateo 5:43-48; 6:9-15).
Jesús dijo: «Esto os mando: Que os améis unos a otros» (Juan 15:17). Pedro escribió: «Honrad a todos. Amad a los hermanos. Temed a Dios. Honrad al rey» (1. Pedro 2:17). Judas dijo: «conservaos en el amor de Dios» (Judas 1:21). Juan declaró: «Amados, si Dios nos ha amado así, debemos también nosotros amarnos unos a otros» (1. Juan 4:11). El espíritu del mundo es avaro, duro y posesivo, pero Jesús nos ha mostrado un camino más excelente, el camino de la cruz, que nos conduce a la vida y a la paz.
Preguntas
1. Nombre algunas verdades que Dios ha reactivado desde los tiempos de Martín Lutero.
2. ¿Qué es lo que dijo Isaías sobre Jesús?
3. ¿Cómo explicó Jesús el amor del Padre?
4. Describa el camino más excelente.
5. Dé una referencia bíblica sobre el amor.