Por Mike F. Blume
En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. (Juan 1:1)
En el verso anteriormente citado, el "Verbo" o la "Palabra" se traduce de la palabra griega LOGOS. Los trinitarios creen que en Juan 1:1 el término HIJO DE DIOS es sinónimo de LOGOS. Sin embargo, la Biblia no demuestra absolutamente ninguna prueba de que esto sea así.
Ellos creen que puesto que el HIJO DE DIOS es el LOGOS (Apocalipsis 19:13), y como el LOGOS estaba en el principio con Dios, entonces el Hijo es eterno y estaba en el principio con Dios, como si el HIJO DE DIOS hubiera preexistido a la encarnación. Sin embargo, Juan 1:1 no prueba que el HIJO DE DIOS sea sinónimo de LOGOS. Para evitar confusiones, estos términos bíblicos deben ser utilizados dentro de su respectivo contexto, y no de la manera errónea y arbitraria como los reinterpretan los trinitarios.
ATENCIÓN: En la Biblia, todas las veces que aparece el término HIJO DE DIOS, se refiere específicamente a Dios manifestado en carne como un hombre. Además, el VERBO o PALABRA de Dios que se hizo carne, siempre es asociada con el plan eterno que Dios tuvo de manifestarse en carne. El HIJO nunca es mencionado por fuera del contexto de la encarnación. Pero por otro lado, el LOGOS sí se menciona aparte de la manifestación de Dios en carne. Juan 1:1 es el pasaje representativo. Ahora, porque simplemente el LOGOS fue hecho carne (Juan 1:14), nosotros no podemos afirmar de una manera simplista que el LOGOS es sinónimo de HIJO DE DIOS.
Yo soy un hombre. Antes de que yo estuviera casado ya era un hombre. Cuando yo me casé seguí siendo un hombre, pero sólo me convertí en un marido desde que me casé. Yo no fui siempre un marido, sin embargo yo ya era un hombre antes y después de que me convirtiera en un marido. Nunca debo aplicar o usar en mí el término marido antes de que yo estuviera casado, pues ese término no me puede describir antes de que yo me casara. Pero el término hombre si se ha usado acostumbradamente para describir las dos situaciones, es decir al tiempo antes de que yo me volviera un marido y al tiempo después de que yo me volviera un marido. Por consiguiente, yo puedo decir que el término hombre es ilimitado al periodo antes o después de que yo me volviera un marido, pero el término marido se limita al periodo después de que yo me casé.
De manera similar, el término HIJO nunca se usa aparte de la manifestación de Dios en carne, mientras que el término LOGOS sí se usa aparte de ese contexto.
Es debido al paradigma trinitario de las tres personas, que ellos no han podido notar esto. El término literal HIJO, al igual que el término CRISTO, nunca se utilizan aparte de la manifestación de Dios como un hombre. ¡Compruébelo!
A eso es a lo que me refiero cuando digo que LOGOS no es sinónimo de HIJO. La Palabra de Dios (LOGOS) siempre era-es eterna (Salmo 119:89, Isaías 40:8). Es el pensamiento o el plan eterno de Dios a favor de la humanidad (que existía aún antes del acto de creación). Pero ese LOGOS se volvió carne cuando Dios se manifestó en carne. Por lo tanto 1 Timoteo 3: 16 está diciendo eso que Juan 1:14 dice. Siendo así, es a esa manifestación en carne a lo que usted siempre encontrará asociada con el término HIJO DE DIOS.
Usted nunca va a poder encontrar al HIJO existiendo desde la eternidad pasada, sino únicamente desde que ocurre la manifestación de Dios en carne. Es por eso que nosotros (los pentecostales apostólicos del nombre de Jesús) no aceptamos la idea de un Hijo eterno de Dios.
Algunos trinitarios han argumentado que al término PALABRA o VERBO en Juan 1:1, se le podría dar también el significado de HIJO DE DIOS y que DIOS debe leerse como PADRE. Así dan crédito a su fantasía de un supuesto “DIOS HIJO” que según ellos es eterno y que a existido desde siempre con Dios Padre. Ellos sienten que la redacción pudiera leerse como: "En el principio era el Hijo, y el Hijo era con el Padre…".
Sin embargo, si esto es para ellos cierto, se deben enfrentar al pensamiento engorroso de continuar el verso diciendo. "… y el Hijo era el Padre".
Por supuesto que Aquél que se manifestó como Hijo es también el Padre, pues el Hijo es la manifestación de Dios en carne. Nosotros debemos dejar los términos tal y como están y no igualar HIJO DE DIOS con LOGOS, como los trinitarios tan ávidamente intentan hacerlo. Cuando sustituyen los términos de esa manera hacen del texto una cosa sin sentido.