Por Julio César Clavijo Sierra
Tomado del libro Un dios Falso Llamado Trinidad, págs. 435-436
El texto de 1. Juan 2:22-24, dice que un anticristo es el que niega al Padre y al Hijo, pero nunca dice que un anticristo es cualquiera que niega que el Padre y el Hijo son dos personas divinas y distintas de una Trinidad, como lo han reinterpretado los trinitarios  

Usualmente se escuchan las acusaciones de algunos sectores trinitarios contra los creyentes en la Unicidad de Dios, en las que afirman que nosotros somos del anticristo, porque negamos al Padre y al Hijo. Ellos intentan basar su argumento en la siguiente escritura:

“¿Quién es el mentiroso, sino el que niega que Jesús es el Cristo? Este es anticristo, el que niega al Padre y al Hijo. Todo aquel que niega al Hijo, tampoco tiene al Padre. El que confiesa al Hijo, tiene también al Padre. Lo que habéis oído desde el principio, permanezca en vosotros. Si lo que habéis oído desde el principio permanece en vosotros, también vosotros permaneceréis en el Hijo y en el Padre” (1. Juan 2:22-24).

La calumnia que está detrás de esa frase, radica en la confusión que presenta para los trinitarios el apodo de “solo Jesús” que ellos han inventado para etiquetar a los creyentes del nombre. Sin embargo, ningún creyente apostólico niega al Padre y al Hijo, sino que simplemente cree en el Padre y en el Hijo tal y como lo enseña la Escritura. Note usted que el texto bíblico nunca dice que el mentiroso es aquel que niega que el Padre y el Hijo son dos “personas divinas y distintas”, sino que sostiene que el mentiroso es aquel que niega al Padre y al Hijo. Tampoco dice que el mentiroso es aquel que niega que Dios es una trinidad. Además, si Dios fuera una trinidad ¿Por qué el texto nunca dice que el mentiroso es aquel que niega al Padre, al Hijo y al Espíritu?

Con el pasar de los años la “teologia” trinitaria suplantó el uso de algunos significados bíblicos por otros que inventó. Así, el significado bíblico de Hijo de Dios, que hace referencia al Dios único (al Padre) manifestado en carne, llegó a suplantarse por el termino antibíblico de “Dios el Hijo”. De esa manera logró, que cuando un trinitario leyera en la Escritura “Hijo de Dios”, el significado en su mente fuera inmediatamente suplantado por el término ilegitimo de “Dios el Hijo” y se entendiera entonces como una “segunda persona divina y distinta”.

La mentira consiste en negar al Padre y al Hijo de acuerdo con la doctrina bíblica y no de acuerdo con las tradiciones de los hombres. En este punto es bueno aclarar que la primera epístola del apóstol Juan tiene como principal objetivo desenmascarar la herejía gnóstica, que entre otras cosas afirmaba que la materia era mala, y que era imposible que el Dios único se manifestara en carne, pues él no se contaminaría nunca con la materia. Lo que hicieron los gnósticos fue negar el misterio de la piedad (1. Timoteo 3:16) y presentaron al Hijo de Dios como un dios menor y distinto al Padre eterno. Era a esa amenaza que sufría la iglesia, a la que Juan atacó llamándola mentira y doctrina del anticristo. (Para mayor información, vea el Capitulo 3. La Tradición y la Filosofía en el Desarrollo de la Doctrina Trinitaria, especialmente las secciones “Juan 1:1” y “Lo que nos Enseña Juan 1:1”).

Juan mismo creyó que Jesús es Dios que asumió forma humana a fin de darnos salvación, y por eso dijo que el que tiene al Hijo tiene también al Padre, porque aquel que es el Padre se manifestó como Hijo, como un verdadero ser humano. Por eso Jesús dijo: “nadie viene [no nadie va] al Padre sino por mi” (Juan 14:6). Algunas de las llamadas versiones modernas de la Biblia, afectadas por la “teología” de los equipos trinitarios que participaron en su elaboración y con la excusa de que se trata de traducciones dinámicas, han reinterpretado el texto escribiendo: “nadie va al Padre sino por mi”, pero esto no es lo que dice originalmente la Escritura. (Para mayor información sobre lo que es una traducción dinámica, vea el Capitulo 5. La “Teología” Trinitaria Niega el Misterio de la Piedad, especialmente la sección “¿Y que de la Versiones que Dicen Cristo?”)

La “teología” trinitaria que se originó en el gnosticismo, continuó con la negación de que el Dios único fue manifestado en carne, enseñando que aquel que se manifestó, no fue el Padre, sino una “persona divina y distinta” al Padre. Con la suplantación del Hijo de Dios, por “Dios Hijo” o el “Hijo eterno” ha caído en la negación del Padre y del Hijo.

 

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