Si deseamos ser salvos debemos ser bautizados en agua en el nombre de Jesús para el perdón de los pecados (Hechos 2:38, 8:16, 10:48, 19:5, 22:16). Jesucristo dijo que el que creyere y fuere bautizado será salvo (Marcos 16:16) y enseñó que si no se nace del agua no se puede entrar en el Reino de Dios (Juan 3:5). El apóstol Pedro dijo que el bautismo nos salva (1. Pedro 3:21). El apóstol Pablo también indicó que Dios «nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de la regeneración» (Tito 3:5), y dijo que la iglesia ha sido lavada, santificada y justificada en el nombre del Señor Jesús (1. Corintios 6:11). Jesús ha purificado a su iglesia por el lavamiento del agua por la Palabra (Efesios 5:26). Solo la fe en Dios, es la que nos permite obedecer el mandamiento divino de ser bautizados en agua en el nombre, para recibir el perdón de pecados.