Por E. Rhon

Tomado de “Una Visión Profética de la Historia” Págs. 75-77

(Curso Pentecostal de Estudio de la Biblia)

http://www.pentecostalesdelnombre.com/profecia_historia.pdf

 

En los últimos años del siglo XIX, muchas de las personas que asistían a las iglesias estaban insatisfechas e inquietas. Veían que las iglesias profesantes eran demasiado frívolas y que habían perdido su poder. La mundanalidad y la falta de fe prevalecían. Algunas de estas personas comenzaron a orar para obtener alimento más espiritual y para que Dios realizara un cambio en las iglesias y en sus vidas. No supieron exactamente por qué orar, pero reconocieron su necesidad de ayuda especial. (Véase Malaquías 3:16-18; Mateo 5:13-16, 25:1-13; Lucas 11:1-13).

En 1900, en un pequeño instituto bíblico de Topeka, Kansas, un pequeño grupo de estudiantes de la Biblia junto con su profesor, leyeron en el libro de los Hechos de los Apóstoles cómo Dios derramó el don del Espíritu Santo durante el día del Pentecostés. Ellos creyeron que Dios les daría una experiencia similar, por lo que comenzaron a orar y ayunar. En la noche del último día del año, ellos se congregaron para recibir juntos el año nuevo. Durante el primer día del nuevo siglo, una mujer joven empezó a hablar en lenguas, como prueba de que Dios le había dado el bautismo del Espíritu Santo. Las manifestaciones del poder de Dios se presentaron entre ellos. (Véase Joel 2:28-29; Hechos 2:1-4).

Luego, otros más hablaron en lenguas inspiradas por el Espíritu, y otros dieron las interpretaciones de los mensajes. En cada caso hubo una profunda experiencia religiosa, nuevo poder, entusiasmo, alegría y amor. El reavivamiento pentecostal se extendió a Galena, Kansas, y después a Joplin, Missouri. Luego le siguió un gran avivamiento en Houston, Texas. También comenzaron a darse avivamientos más pequeños en otras partes de Kansas, Missouri y Texas, así como en Arkansas y Oklahoma.

Un grupo de personas de Los Ángeles, California, escuchó que de nuevo Dios estaba derramando el don del Espíritu Santo. Ellos comenzaron a reunirse y a orar. W. J. Seymour, un humilde predicador de raza negra de Houston, Texas, fue invitado a Los Ángeles. A pesar de que él aún no había recibido el bautismo del Espíritu Santo, le informó a la gente sobre lo que Dios estaba haciendo. Sin embargo, él encontró oposición y las puertas de las iglesias se cerraron contra él. Aun así, un grupo de creyentes de razas blanca y negra, celebraron reuniones de oración en una casa de campo. El 9 de abril de 1906, Dios los llenó con el Espíritu Santo de una forma maravillosa. Uno tras otro hablaron en lenguas como el Espíritu les daba que hablasen.

Entonces aquellos creyentes se reunieron en una vieja construcción localizada en el 312 de Azusa Street. Se trataba de un viejo y deteriorado edificio de madera, pero el Espíritu de Dios estaba allí, y decenas de personas recibieron el Espíritu Santo como en los días de los apóstoles. Muchos predicadores y personas de todo el mundo, venían para informarse y orar. Ellos también recibieron el bautismo del Espíritu y regresaron a sus casas predicando el bendito mensaje.

En los años 1906 y 1907, la noticia de la reactivación pentecostal llegó a la mayoría de las naciones del mundo. Las Islas Británicas escucharon el mensaje y cientos de misiones pentecostales están ahora dispersas por Gales, Inglaterra y Escocia. Los países escandinavos escucharon la buena nueva. Europa Central y los Estados de los Balcanes, fueron más lentos para recibir el mensaje, pero la Palabra salió obteniendo buenos resultados, a pesar de que muchas veces los creyentes sufrieron severa persecución. Rusia registró la persecución de muchos pentecostales, que vencieron a pesar de las circunstancias, quienes recibirán la corona de la vida que Jesús les dará el día del juicio. En lo últimos años, se han producido resultados alentadores en Francia, Italia y en otras naciones de Europa occidental.

La efusión del Espíritu Santo llegó muy pronto a la India, acompañado de señales maravillosas. Algunos dijeron haber visto fuego sobre las cabezas de unas muchachas, cuando estas se encontraban orando. Muchas personas en China, recibieron el Espíritu y hablaron en hermosas lenguas, inspirados por el poder de Dios. Otros misioneros trabajaron fielmente en el Japón, y frecuentemente familias enteras de gente japonesa aceptaron a Jesús y recibieron el Espíritu Santo.

El Espíritu Santo visitó también a Egipto. Una gran reactivación pentecostal se movió por aquella tierra entre 1912 y 1914. Luego, en abril de 1927, se dio un avivamiento en el orfanato de Asiut. Cientos de niños fueron bendecidos.

El evangelio llegó hasta Sudáfrica. Muchos ingleses, holandeses y negros africanos, aceptaron gustosos el mayor regalo de Dios. Cientos de zulúes fueron llenos del Espíritu Santo. Históricamente, los zulúes se caracterizaron por ser una de las tribus más poderosas de África. El Señor plantó un precioso trabajo entre ellos. Los zulúes que se arrepintieron y fueron bautizados se mostraron muy humildes y con espíritu abnegado dieron mucha ayuda para difundir el evangelio de Jesús.

Dios levantó obreros que trabajaron en la India, China, Australia, Filipinas, Sur América, e incluso en sitios que estaban descuidados dentro de Estados Unidos y Canadá.

Es evidente que Dios no hace acepción de personas (Hechos 10:34). En cualquier lugar donde vea a un corazón con hambre de Dios, él lo llena y opera su buena obra.

Algunas personas que fueron llenas del Espíritu, luego volvieron a ser frías e indiferentes, y algunas volvieron a juntarse con iglesias frívolas. Otras sin embargo, han mantenido su amor por Jesús, entendiendo que deben mantenerse fieles hasta el final, para recibir la recompensa prometida por nuestro Salvador. La persecución, los juicios, la tentación, los tiempos difíciles y el desánimo, los han fortalecido. La mayoría de los grandes predicadores de aquel tiempo han muerto; Dios está llamando a nuevos obreros para reemplazarlos y extender su obra. Los malentendidos y las permanentes divisiones, no podrán frenar el poder de Dios y sus bendiciones. Él nos ilumina con su Palabra y nos da nueva visión. Él es quien fortalece a los santos para soportar las pruebas y los llena con su profunda paz espiritual y con sus bendiciones. ¡Dios sostiene a su pueblo! ¡La buena obra continúa! ¡El Buen Pastor guía a su rebaño!

Preguntas

1. ¿Dónde y cuándo comenzó el reavivamiento pentecostal moderno?
2. ¿Cómo supo el pueblo de Dios, que Dios les había dado el Espíritu Santo?
3. Describa el avivamiento pentecostal en Azusa Street, en Los Ángeles.
4. Hable sobre el avivamiento pentecostal, en algún país que haya resultado de especial interés para usted.
5. ¿Cómo podemos ayudar nosotros, en la proclamación del mensaje evangélico que Jesús nos ha dado?

 

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