Por David K. Bernard

Apéndice C. Libro: "Historia de la Doctrina Cristiana" Vol. III.

 

En los últimos años un pequeño pero influyente grupo de opositores del mensaje del nombre de Jesús, ha tratado de etiquetar a los Pentecostales Apostólicos como una secta. ¿Cómo podemos responder a esta acusación?

 

1. Esta acusación se deriva de un pequeño segmento de la comunidad evangélica, que está inspirada por "ministerios" que se ganan el apoyo financiero al hacer inculpaciones de esta naturaleza y que toman como insignia al fallecido Walter Martin, fundador del Instituto Cristiano de Investigación y autodenominado "La Biblia Responde al hombre". En muchos casos la acusación es repetida por personas que no han tenido conocimiento personal o que nunca han estado en contacto con los pentecostales del nombre de Jesús y por lo tanto tienen una idea inexacta de sus creencias. Esta acusación no proviene de ninguna organización cristiana de largo recorrido, ni es una posición oficial de alguna denominación evangélica. Los grupos pentecostales trinitarios, quienes han tenido mayor contacto con nosotros, afirman que nuestras opiniones sobre Dios son erróneas, pero aún así nos consideran salvos.

 

La Televisión Religiosa Nacional (en Estados Unidos), que es un apéndice de la Asociación Nacional de Evangélicos, ha aceptado como miembros a algunos individuos y grupos de Pentecostales Unicitarios. La Sociedad de Estudios Pentecostales, que es una organización interdenominacional de académicos pentecostales y carismáticos, también acepta como miembros a los creyentes de la Unicidad, y recientemente un pentecostal del nombre de Jesús, se desempeñó como su presidente. Muchos evangélicos y editores carismáticos, publican y comercializan libros y música de Pentecostales del Nombre de Jesús. En todo el mundo, de forma rutinaria, estaciones de radio evangélicas transmiten programas de Pentecostales Apostólicos, incluyendo Tiempo de Cosecha, la emisión de la radio oficial de la Iglesia Pentecostal Unida Internacional.

 

2. Etiquetarnos como una secta es una táctica desleal. Dicho estigma está diseñado para que la gente tenga prejuicios contra nosotros, pero no para abrir el diálogo sobre la verdad de las Escrituras. Para el público en general, la palabra secta significa un grupo que es sociológicamente aberrante e incluso peligroso, por lo general caracterizado por un liderazgo autoritario, creencias exóticas, métodos de manipulación, explotación financiera, control mental y rebelión contra el gobierno. Nuestros críticos no utilizan dicha palabra en ese sentido, pues sociológica y organizacionalmente somos muy similares a la mayoría de las iglesias evangélicas y pentecostales. Lo que ellos quieren decir, es que difieren con nosotros teológicamente. Para ser honestos y justos, deberían explicar las diferencias de interpretación bíblica que tienen con nosotros, y dejar que la gente examine el problema por sí mismos.

 

Terry Muck, en la edición del 5 de febrero 1990 de la revista evangélica Cristianismo de Hoy, dio tres razones del por qué los cristianos no deben usar el sentido peyorativo de la etiqueta de secta: (1) "El espíritu del juego limpio sugiere que es mejor referirse a los grupos de personas tal como ellos se refieren a sí mismos". (2) "Hay también una razón teológica para evitar" dicha etiqueta, pues indebidamente implica que algunos pecadores "son lo peor". (3) "Simplemente no funciona bien el uso de términos despectivos para describir a personas a las que esperamos llevar a la fe en Cristo. … De hecho, se nos manda a amarlos como a nosotros mismos". 

 

La revista Carisma en su edición de agosto de 1993, reprendió específicamente a Hank Hanegraaff, el sucesor de Walter Martin como presidente del Instituto de Investigación Cristiana y "La Biblia Responde al Hombre". El redactor y editor Stephen Strang, dijo: "Los cazadores de herejes están todavía entre nosotros. Sólo que ahora, utilizan sus libros y programas de radio para destruir a los que consideran herejes… Me preocupa que la caza de herejes pueda convertirse en leucemia, ya que algunos de los cazadores de sectas parecen más interesados en la destrucción de las partes del cuerpo que en la curación del cuerpo… Hanegraaff va demasiado lejos [en el ataque a carismáticos independientes]… Es hora de que muestre tanto respeto a sus compañeros cristianos con los que no está de acuerdo, como lo hace para con los que están por fuera la fe".

 

3. Los críticos se basan en la autoridad del "cristianismo histórico” u "ortodoxia" en lugar de la Biblia, incluso a pesar de que afirman que la Biblia es su autoridad única y denuncian el uso de autoridades extrabíblicas como distintivos de las sectas. Por ejemplo, dicen que somos una secta porque no aceptamos la doctrina de la Trinidad, tal como se define en los credos desarrollados entre los siglos IV al VIII. Si "ortodoxia" significa nada más que las doctrinas de la Biblia, entonces ellos tienen autoridades extrabíblicas. Sin embargo, si no quieren decir nada más de lo que dice la Biblia, ¿Por qué simplemente no apelan a la Escritura?

 

Por otra parte, son incoherentes y selectivos en lo que catalogan como "ortodoxia histórica". Por ejemplo, denuncian nuestra enseñanza de que el bautismo es parte de la experiencia de salvación, aunque esta siempre ha sido la opinión mayoritaria que se ha profesado en el cristianismo. No sólo la tienen los católicos romanos y los ortodoxos orientales, sino que los teólogos de los primeros cinco siglos reiteraron este punto de vista, y el fundador del protestantismo, Martín Lutero, también lo creyó. Sin embargo, estos críticos que son protestantes, no catalogan a Lutero como un sectario. El credo de Nicea, al que suelen apelar para su doctrina de la Trinidad, también proclama que hay "un solo bautismo para el perdón de los pecados"; sin embargo, rechazan la doctrina sobre este tema.

 

Cuando se trata de demostrar que su doctrina de la Trinidad es sólo su punto de vista "ortodoxo" de la historia, aquellos críticos citan a los escritores de los primeros siglos tales como Justino, Tertuliano y Orígenes. Sin embargo, la definición que aquellos escritores dan sobre la Trinidad, es considerada herética por los trinitarios ortodoxos de hoy, porque subordina a la segunda y a la tercera personas de la Trinidad a la primera. Irónicamente, Walter Martin era herético de acuerdo con las creencias antiguas, porque aquellas negaban la generación eterna del Hijo. En resumen, nuestros críticos determinan lo que es "ortodoxo" no por la Biblia, ni siquiera incluso por los credos históricos, sino por sus teologías subjetivas.

 

4. Muchos cristianos en las denominaciones más importantes, ofrecen similares o nuestras mismas opiniones. Frank Stagg, profesor del Seminario Bautista del Sur, enseñó una doctrina de Dios que él reconoce que es esencialmente la misma que la Unicidad. W. A. Criswell, ex presidente de la Convención Bautista del Sur, declaró en su Comentario sobre el Apocalipsis, que el único Dios que veremos es Jesús, y describe Padre, Hijo y Espíritu Santo de la misma manera en que lo hacen los creyentes de la Unicidad.

 

Calvin Beisner, un aliado de Walter Martin, admitió en su libro: Dios en tres personas, que el "monarquianismo está representado hoy por los Pentecostales Unidos ('Sólo Jesús')… Como las diferencias entre el modalismo y el trinitarismo puro son más bien mínimas, no es sorprendente que un gran número de cristianos en denominaciones tradicionales como el catolicismo romano, celebren una concepción modalista de la Trinidad, al menos inconscientemente" (p. 18). Tomo nota del teólogo católico Karl Rahner quien hizo similares declaraciones sobre la Trinidad: "A pesar de su confesión ortodoxa de la Trinidad, los cristianos son, en su vida práctica, meros "Monoteístas" (p. 10). Muchos ministros y laicos de varias denominaciones trinitarias también han hecho declaraciones similares a los Pentecostales Unidos y aceptan la opinión de la Unicidad en la Deidad.

 

Un número de académicos carismáticos, incluyendo a Larry Christenson, Kilian McDonnell y David Pawson, enseñan que el bautismo en agua y el bautismo del Espíritu Santo, son parte de La iniciación cristiana y no posterior a ella. Escritores evangélicos como Leighton Ford y James Dunn han argumentado esencialmente la misma cosa, pero sin asociar el bautismo del Espíritu Santo con las lenguas. Muchos pentecostales y carismáticos trinitarios, están de acuerdo en que el bautismo en agua se debe realizar en el nombre de Jesús. Muchos teólogos y expertos, incluyendo a Martín Lutero y F. F. Bruce, han reconocido que esta era la fórmula de los apóstoles.

 

Nuestros críticos no atacan a estos maestros, porque pertenecen a las principales denominaciones o porque usan la terminología teológica tradicional. No es justo, sin embargo, discriminarnos por opiniones que otros cristianos también profesan, porque hemos formado nuestros propios grupos o porque nos negamos a utilizar la terminología no bíblica que muchos atesoran.

 

5. El ataque contra nosotros es incompatible con la doctrina de salvación de nuestros críticos. Ellos suelen decir que creen en la salvación "solo por gracia, solo mediante la fe, en Cristo solamente". ¿Cómo desfiguran ellos la experiencia típica de salvación de los Pentecostales del Nombre conversos? La mayoría de los Pentecostales del Nombre de Jesús, no deciden unirse a la Iglesia después de un estudio intelectual de la doctrina de la Unicidad. Muchos vienen a Dios como niños. Muchos no vienen de ningún trasfondo eclesial o de alguna iglesia nominal. Por lo general ellos escuchan un simple mensaje evangelístico acerca de la muerte, la sepultura y la resurrección de Jesucristo, creen que Jesús es el Salvador, deciden aceptar la oferta de la salvación y llegan al altar por medio del arrepentimiento.

 

Por ejemplo, me arrepentí de mis pecados, creí en el Señor Jesucristo y recibí el Espíritu Santo a los siete años. En esa edad no podía debatir la Unicidad contra el trinitarismo, pero yo sabía que Jesús era Dios manifestado en la carne como mi Salvador, que Él me amaba, que debía confiar en Él para mi salvación, y que estaba aceptándole como mi Señor dedicándole mi vida.

 

Si alguien diera una respuesta idéntica en una iglesia Bautista, nuestros críticos no dudarían en pronunciar que fue salvo, y muchos asegurarían que no podría perder esta salvación bajo ninguna circunstancia. Entonces, ¿cómo podría mi subsiguiente bautismo en el nombre de Jesús, mi recepción del Espíritu Santo, y mi aceptación de la doctrina de la Unicidad anular esta experiencia genuina con Dios?

 

Si alguien profesa creer en la salvación por gracia a través de la fe, pero niega que los conversos sean salvos, entonces realmente debe creer en la salvación por la fe, además de un credo, de una denominación o del intelectualismo. Esa posición es más exclusiva que la de los Pentecostales Apostólicos, ya que reconocemos que las personas de varias denominaciones pueden tener una genuina fe en Dios y una auténtica relación con Dios, incluso antes de recibir la plena experiencia de Hechos 2:38.

 

Por otra parte, si nuestros críticos nos conceden que somos salvos, ¿Qué justificación tienen para atacarnos con tanta vehemencia y tan poca caridad?

 

Hace varios años, Robert Bowman, uno de los investigadores principales de Walter Martin, reconoció en una conversación telefónica que tuvimos, que la mayoría de los Pentecostales Apostólicos conversos, realmente tienen fe en Cristo y reciben la salvación, pero sostuvo que cuando avanzan en el estudio doctrinal y conscientemente aceptan la doctrina de la Unicidad, pierden la salvación. Dijo que se trata de un insólito hecho que lleva a la gente a la salvación, pero luego poco a poco se las quita ¿Diría lo mismo de cualquier otro grupo que considerara una secta, tales como los mormones o los Testigos de Jehová?

 

Martín no sólo cree que algunos miembros de las Iglesias Pentecostales Apostólicas son salvos, sino también que una vez que una persona es salva nunca puede perder su salvación. Esto significa que él atacó a los que consideraba cristianos y trató de destruir sus iglesias. Sería más apropiado para él, dejar que el Señor de estas personas decidiera la forma de juzgar a estas iglesias y tratar con ellos bajo su voluntad, en lugar de adjudicarse a sí mismo ese papel. “¿Tú quién eres, que juzgas al criado ajeno? Para su propio señor está en pie, o cae; pero estará firme, porque poderoso es el Señor para hacerle estar firme” (Romanos 14:4).

 

6. Los críticos no reconocen que estamos involucrados en el ministerio. Mientras que nuestros críticos recaudan dinero por atacarnos y sienten que su "ministerio" debe etiquetarnos, nuestros ministros e iglesias son personas activas que conducen a la salvación y a la transformación de la relación con Jesucristo. Estamos restaurando matrimonios y hogares destruidos, fortaleciendo familias, liberando a las personas de los hábitos pecaminosos y adicciones, formando a la gente en la moralidad, y ayudando a que se conviertan en ciudadanos productivos y santos. No cumplimos con nuestro ministerio por medio de insultos, denuncias y anatemas, pero procuramos compartir el gran don de Dios para el mundo, la salvación que Él ha hecho disponible en Jesucristo.

 

Invitamos a todos a abrir sus corazones y sus Biblias, porque creemos que la verdad es apropiadamente su mejor defensa. El ejemplo de los de Berea, es el "más noble" curso de acción. “Y éstos eran más nobles que los que estaban en Tesalónica, pues recibieron la palabra con toda solicitud, escudriñando cada día las Escrituras para ver si estas cosas eran así. "(Hechos 17:11).

 

Con el apóstol Pablo, decimos: "Pero esto te confieso, que según el Camino que ellos llaman herejía, así sirvo al Dios de mis padres, creyendo todas las cosas que en la ley y en los profetas están escritas" (Hechos 24:14). Recordemos que Jesús dijo, " Y seréis aborrecidos de todos por causa de mi nombre…" (Mateo 10:22). Sin embargo, como los apóstoles podemos seguir nuestro camino "gozosos de haber sido tenidos por dignos de padecer afrenta por causa del Nombre" (Hechos 5:41). Pese a la oposición injusta y las acusaciones injustas, nos alegramos con gozo inefable y glorioso" (1. Pedro 1:8).

 

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