Más y más frecuentemente uno se encuentra con creyentes de algún tipo de movimiento "mesiánico" que insisten en buscar las "raíces judías" de la fe cristiana. Tales personas insisten que no se debe usar el nombre de Jesús, que se debe guardar el sábado y que el Nuevo Testamento original fue escrito en Hebreo y no en Griego como se cree tradicionalmente.



Judío, creyente en Jesucristo, y doctorado en Lenguas Semíticas, Michael L. Brown ha estudiado el tema extensivamente y ha llegado a la siguiente conclusión:



"No hay absolutamente ninguna evidencia de que el Nuevo Testamento haya sido escrito originalmente en Hebreo, a pesar de las muchas afirmaciones exageradas de lo contrario… no hay ningún manuscrito antiguo con siquiera una sola linea del Nuevo Testamento escrito en Hebreo." (1)



A pesar de que algunos hoy en día afirman haber creado una traducción de los manuscritos originales hebreos (o en algunos casos, arameos) y venden tales "traducciones" como si fueran la verdad restaurada, "desafortunadamente, tales manuscritos no existen—ni siquiera un solo manuscrito antiguo Hebreo para ninguna porción del Nuevo Testamento". (2)



La mayoría de los eruditos estudiosos del primer siglo indican que el lenguaje común de todos los pueblos, el lenguaje del mercado, era el Griego. También indican que los judíos hablaban Arameo en vez de Hebreo.



Aparentement, Jesús enseñaba comúnmente en Arameo, como se ve por ciertas expresiones en el Nuevo Testamento, como por ejemplo Marcos 5:41 donde Jesús utiliza la frase talitha koumi ("niña, levántate") y en Mateo 27:46 Eloi, Eloi, lama sabachthani (¿Dios mio, Dios mio, por qué me has desamparado?). Es interesante que los escritores traducen al griego tales expresiones, por si no fueran familiares a sus lectores. Esto demuestra que la gente del primer siglo era más familiar con el griego que con el Arameo, especialmente lectores gentiles creyentes. Otro ejemplo se ve en Hechos 1:19 donde se habla del campo comprado con el dinero de la traición de Judas como haqal dama("campo de sangre"). Definitivamente no son expresiones hebreas sino arameas.



Algunos citan a Eusebio de Cesarea, un historiador del siglo IV, que indica que Mateo compuso los dichos de Jesús en Hebreo. Pero note que la referencia original no dice que Mateo escribió un evangelio en Hebreo, sino los "dichos" de Jesús. Es posible (aunque nadie puede probarlo) que Mateo haya usado tales dichos al componer su evangelio. Nunca se ha encontrado un evangelio de Mateo en Hebreo. Siendo que los judíos del primer siglo crecieron bajo una cultura helenizada, la gran mayoría de ellos eran bilingües, que hablaban comúnmente Griego y Arameo (no Hebreo).



"Los mejores eruditos de Mateo en el mundo están mayormente de acuerdo que el Griego de Mateo que poseemos NO fue una traducción del Hebreo ni de ningún otro lenguaje." (3)



También debe notarse que no hay ninguna tradición antigua que indique que el Nuevo Testamento hubiera sido escrito en Hebreo. De hecho, tal teoría iría en contra de varios hechos establecidos, como lo son, por ejemplo, que el evangelio de Lucas y el Libro de los Hechos fueron escritos a un gentil (Teófilo); y las epístolas de Pablo fueron a congregaciones compuestas mayormente por creyentes gentiles; o por lo menos con membresías mixtas (judíos y gentiles), a las cuales era mejor comunicarse por medio de la lingua franca o lengua común de su época, que era el Griego.



Hay un peligro más grande cuando uno da credibilidad a las teorías de una composición del Nuevo Testamento en Hebreo. Brown indica:



"Muchos lectores no se dan cuenta que si tales afirmaciones exageradas y sin bases son verdaderas, entonces no tenemos un texto inspirado del Nuevo Testamento… todo lo que tenemos es una colección pobremente traducida y completamente enmarañada de libros de sgunda mano que no son mejores que una tosca aproximación a la Palabra de Dios." (4)



Es decir, los mesiánicos con frecuencia afirman que el Nuevo Testamento Griego que poseemos (en más de 5.700 manuscritos) fue mal traducido del Hebreo en varios lugares. Citan teorías diversas para esto, pero recordemos que trabajan con manuscritos hebreos que en realidad sólo existen en la fertíl imaginación de sus mentes. No tienen una sola copia de tales manuscritos. Pero, si lo que ellos dicen es verdad, entonces nadie en este mundo tiene el verdadero Nuevo Testamento. Ni ellos, ni nosotros. Ya que los manuscritos Griegos serían corruptos, y los manuscritos Hebreos no existen. Para nosotros esto suena a que Cristo no cumplió con su promesa cuando dijo:



"El cielo y la tierra pasarán, pero mis Palabras no pasarán." (Marcos 13:31; Mateo 24:35; Lucas 21:33)



En vez de cometer un pecado de blasfemia, preferimos creer a Jesús que Él preservó su verdadera Palabra para nuestros tiempos en más de 5.700 manuscritos Griegos, que la teoría de un "original Hebreo" es simplemente una fantasía de judaizantes, y que en vez de prestar atención a los "mesiánicos" preferimos enfrascarnos en la lectura de la Palabra de Dios que es viva y eficaz y más cortante que toda espada de dos filos (Hebreos 4:12).

 

Notas:

(1) Michael L. Brown, What Do Jewish People Think About Jesus?, p.170.
(2) Idem. p.170.
(3) Idem. p.173.
(4) Idem. p.171.

 

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