Por Julio César Clavijo Sierra

 

2. El Don de Palabra de Ciencia o Palabra de Conocimiento:

 

 

La palabra griega que traduce conocimiento es “gnosis” y significa conocimiento y ciencia.

 

Uno es el conocimiento que los hombres han adquirido por el esfuerzo humano y otro es el conocimiento que proviene de Dios.

 

El hombre se esfuerza por adquirir conocimiento, pero a pesar de todo su empeño, debe reconocer que todo su conocimiento es incompleto y que incluso puede ser vano. “Hay camino que al hombre le parece derecho; Pero su fin es camino de muerte” (Proverbios 14:12).

 

El hombre debe anhelar el conocimiento que proviene de Dios. “Así dijo Jehová: No se alabe el sabio en su sabiduría, ni en su valentía se alabe el valiente, ni el rico se alabe en sus riquezas. Mas alábese en esto el que se hubiere de alabar: en entenderme y conocerme, que yo soy Jehová, que hago misericordia, juicio y justicia en la tierra; porque estas cosas quiero, dice Jehová” (Jeremías 9:23-24).

 

El conocimiento completo se halla solamente en Cristo. Cuando entendemos el misterio de Dios Padre manifestado en Cristo, hallamos todos los tesoros de la sabiduría y del conocimiento (Colosenses 2:2-4). Cristo es la expresión y la revelación completa de Dios porque en él "habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad" (Colosenses 2.9). Si alguno quiere ver a Dios tiene que mirar a Cristo, porque Cristo es Dios mismo manifestado en carne. El conocimiento de Cristo es el que nos hace libres (Juan 8:32).

 

En su sentido primario, el don de Palabra de Ciencia, tiene que ver con la capacidad de adquirir información correcta sobre las verdades bíblicas y de exponerlas con claridad y precisión ante otras personas. Sin embargo, este don también incluye la revelación que Dios le da a algún hermano o hermana, comunicándole algún asunto que es necesario que sea conocido para responder a una necesidad específica. Por ejemplo, Dios le reveló de manera milagrosa al apóstol Pedro que Ananías y Safira se habían puesto de acuerdo para mentir en lo relacionado con el valor de la venta de su heredad (Hechos 5:1-7).

 

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