Por Jason Dulle
Los cristianos piensan que su religión es verdadera, y que la religión del resto de la gente es falsa. Ellos piensan que usted tiene que creer en Jesús para ser salvo.
¿Qué arrogancia, no?
¡En realidad, no!
Si bien puede haber algunos cristianos que son verdaderamente arrogantes, el hecho de pensar que el cristianismo es la única religión verdadera, no es arrogante en sí mismo.
Cuando meditamos en esto, nos damos cuenta de que cada persona del mundo piensa que está en lo cierto respecto a las cosas en las que cree. Si no pensáramos que lo que creemos es cierto, no lo creeríamos. Después de todo, nadie cree en las cosas que piensa que son falsas. Por supuesto, podríamos estar equivocados en nuestras creencias, siendo que lo que pensamos que es cierto, en realidad es falso. Pero todo el mundo cree lo que cree, porque piensa que es verdad. Y por la fuerza de la lógica, si pensamos que lo que creemos es cierto, entonces todos los puntos de vista contrarios deben parecernos falsos. Así que si la arrogancia se define como la creencia de que nuestro propio punto de vista es cierto y que los puntos de vista contrarios son errados, entonces todo el mundo sería arrogante – no sólo los cristianos.
Pero esto no es arrogancia en absoluto, es sólo la naturaleza de la creencia y la verdad. Si “A” es cierto, entonces “No A” debe ser falso. Si Sacramento es la capital de California, entonces es falso que San Francisco sea la capital de California, o Los Ángeles o San Diego, o cualquier otra ciudad. Del mismo modo, si el cristianismo es verdadero, entonces todas las demás religiones deben ser falsas. ¿Por qué? Debido a que todas ellas ofrecen diferentes imágenes de lo que piensan que es cierto.
Algunas religiones dicen que sólo hay un Dios, mientras que otras dicen que hay muchos. Algunas dicen que Dios es personal, mientras que otras dicen que es impersonal. Algunas dicen que después de la muerte habrá resurrección de muertos, mientras que otras creen en la reencarnación. Sin duda, Dios no puede ser uno y a la vez muchos, no puede ser a la vez personal e impersonal, y no puede haber a la vez resurrección y reencarnación. Al ver que las diferentes religiones hacen reclamaciones de verdad que son contrarias, entonces nos damos cuenta que todas no pueden tener la razón. Así que si los cristianos tienen buenas razones para creer que el cristianismo es verdadero, entonces es lógico deducir que las religiones no cristianas no son verdaderas (incluso aunque tengan en ellas algunos elementos de verdad).
A menudo, pasa desapercibido que la acusación de arrogancia se refuta a sí misma. Después de todo, ¿por qué una persona pensaría que los cristianos son arrogantes por pensar que tienen la razón y por ende que los demás están mal, si no es porque él piensa que él tiene razón y que los cristianos están equivocados? Si se es malo y arrogante por decirle a otros que están equivocados, ¿entonces por qué él le dice a los cristianos que están equivocados? ¿No sería esto hacer que su punto de vista sea igualmente erróneo y arrogante? Como preguntó alguna vez Greg Koukl: “¿Por qué los cristianos son arrogantes porque piensan que tienen la razón, pero cuando los no cristianos piensan que están en lo cierto… eso no los vuelve arrogantes?” ¿Lo ve usted? Esto no es un asunto de una persona que dice estar en lo cierto, sino de dos – ¡en realidad, de casi 7 mil millones! Entonces cualquier definición de arrogancia, que equipare a la confianza epistémica con la arrogancia, es engañosa.
La arrogancia no es descriptiva de lo que usted cree, e incluso de la confianza en lo que usted cree, sino más bien de cómo usted lo cree. La arrogancia es una actitud que uno tiene acerca de sus creencias; una exhibición injustificada de superioridad sobre los demás que no piensan como usted. Es un rasgo de su carácter y comportamiento, no de las creencias de uno. Entonces, la gente no debe ser criticada por tener confianza epistémica en que su punto de vista es cierto, sobre todo cuando ese punto de vista es apoyado por buenas razones. La acusación de arrogancia, sólo es apropiada si se presenta una sensación injustificada de superioridad sobre los demás, a causa de las verdades que se han llegado a aprender.
Si bien, puede haber cristianos que son verdaderamente arrogantes -lo que reflejaría un defecto en su carácter-, esto no es un defecto propio en el cristianismo. En la visión cristiana del mundo, el conocimiento de la verdad es un don de Dios. Lo que sabemos acerca de Dios, lo sabemos sólo por la pura gracia que nos ha sido revelada. Nosotros no adquirimos este conocimiento a causa de alguna superioridad intelectual o moral propia, sino sólo por la gracia de Dios (1 Corintios 15:10, Efesios 2:1-10).
Si ha encontrado cristianos arrogantes, eso es verdaderamente lamentable. Sin embargo, la falta de carácter de ellos, no debe interponerse en el camino de la consideración honesta del cristianismo. Si usted llegara a sufrir alguna enfermedad incurable, y un médico arrogante descubre una cura para esa enfermedad, usted no se negará esa cura simplemente porque aquel médico era arrogante. Del mismo modo, usted no debería rechazar a Jesús a causa de las imperfecciones de sus seguidores. Lo que más importa es quién es Jesús, y si la religión que lleva su nombre muestra con precisión la realidad espiritual, es decir, si es verdad. Estamos persuadidos por la razón y la experiencia de que el cristianismo es la verdad, que Jesús es quien dice ser, y que uno debe confiar exclusivamente en él para experimentar la salvación.