Por Jason Dulle

Hay un asunto común a todos los seres humanos. Todos nos preguntamos quiénes somos, cómo encajamos en este mundo y qué es lo que va a suceder en el futuro. La incertidumbre sobre el futuro es lo que asusta a la mayoría de la gente y es la fuente de la preocupación y la inseguridad. Sentimos que si llegáramos a conocer el futuro de nuestras vidas y el del curso del mundo, podríamos tener control sobre todas las cosas. La astrología trata de ofrecer una solución a este deseo de conocer el futuro. La práctica de la astrología está tan extendida en nuestra cultura americana y en el mundo en general, que se ha convertido en algo aceptado. La mayoría de los periódicos imprimen un horóscopo diario para sus lectores y la televisión está llena de publicidad que difunde dicha práctica.



La creencia de la astrología, es que la posición de las estrellas y de los planetas tiene una influencia directa sobre los acontecimientos de nuestras vidas. Todo está basado en la época en que usted nació y en la posición de las estrellas en ese momento. El horóscopo es el instrumento para determinar el destino de alguien, según lo pronosticado por las estrellas. La forma como esto es determinado, es explicado por Rene Noorbergen:



“Por cada horóscopo personal, el momento del nacimiento es el punto de partida esencial. Esto, junto con la latitud y longitud del lugar de nacimiento del individuo, ofrece el paquete inicial de la carta astrológica habitual. Si bien esto es elemental, no es completo; también debe ser considerado un factor conocido como "hora local exacta". A este tiempo "verdadero", se llega sumando o restando cuatro minutos por cada grado de longitud, dependiendo de si su lugar de nacimiento se encuentra al este o al oeste del centro de la zona horaria. Una vez que esto se ha logrado, el siguiente paso es convertir este tiempo "verdadero" a tiempo "sideral" o tiempo de las estrellas. Esto se hace con la ayuda de una efemérides, que es un libro de referencia que muestra las posiciones de los planetas en relación con la tierra. Al marcar este tiempo estelar en una tabla astrológica, se logra el último paso formal, porque al hacerlo, el tema de la "ascendencia" del individuo -el signo astrológico que se supone estuvo subiendo en el horizonte en el momento del nacimiento- se revela.



Una vez que estos datos se han desarrollado -cuyos sencillos pasos no son más difíciles de resolver que los problemas matemáticos de séptimo grado-, entonces usted está listo para leer su "carta" astral u horóscopo. Esto quiere decir que se debe alinear el "ascendente" con el punto nueve del círculo interior del horóscopo, y desde allí usted está preparado para "leer" las diferentes "casas" del zodiaco que controlan su vida y su fortuna”. [1] 



La astrología es justificada, diciendo que el universo es un todo. Se dice que hay una unidad en todas las cosas y que cualquier parte del universo (lo micro) es el reflejo del todo (lo macro). Las personas, entonces, son parte de lo micro, y por lo tanto son una parte de ese reflejo. La posición de los planetas influye y produce reacciones correspondientes en el hombre. Pero esto hace del hombre un peón del universo, cuyo camino y destino son predeterminados e inalterables. Esto le quita toda la responsabilidad a la persona, porque las estrellas determinan lo que usted dice y hace, por lo cual esto es fatalismo, porque usted o nació para tener éxito, o nació para ser un perdedor.



La astrología tiene muchas debilidades. La primera es su fuente de autoridad. La autoridad es el astrólogo. Sin embargo, si todo está predeterminado por las estrellas, ¿cómo es que los astrólogos pretenden cambiar ciertos cursos fatalistas sólo por observar dichos cursos? ¿Ellos fueron destinados a hacerlo por las estrellas?



También hay diferentes sistemas de astrología. Los occidentales tienen una manera diferente de leer el horóscopo, que como lo hace por ejemplo un astrólogo chino. Ellos tienen las mismas estrellas, pero diferentes interpretaciones ¿Quién tiene la razón? Incluso hay diferentes opiniones entre los astrólogos sobre la cantidad de signos zodiacales. Algunos se inclinan por ocho de los doce tradicionales, mientras que otros sostienen que son catorce o veinticuatro. Es muy probable que si uno fuera el mismo día ante dos astrólogos diferentes, le fueran anunciados dos destinos completamente diferentes para la vida.



La astrología se basa en hipótesis erróneas. Partió de la creencia de que la tierra es el centro del universo, y que el sol, los planetas y las estrellas giran en torno a la tierra. A esto se le llama la "teoría geocéntrica". Sin embargo, Copérnico demostró que la tierra y otros planetas giran alrededor del sol y a esto se le llama la "teoría heliocéntrica". Por lo tanto, el supuesto básico sobre el que la astrología está basada, es falso.



La astrología también se basó en la creencia de que sólo había siete cuerpos planetarios, entre los que se incluyen el sol y la luna. En tiempos antiguos, cuando la astrología fue desarrollada, Urano y Neptuno no eran observables a simple vista. Si la teoría astrológica fuera cierta, y el destino estuviera determinado por la posición de los planetas y de las estrellas, entonces la ubicación de estos dos planetas desconocidos influiría sobre la vida, pero estos dos no están incluidos dentro del sistema astrológico, lo que sería necesario, si se quisiera dar un horóscopo preciso.



Los gemelos siempre han sido una vergüenza para los astrólogos, ya que nacen al mismo tiempo y en el mismo lugar, con el mismo signo del zodíaco, pero tienen dos vidas separadas y dos destinos separados. Uno puede tener éxito mientras que el otro no, y aún su ciclo de vida no es el mismo, aunque de acuerdo con la teoría astrológica, sus ciclos deberían ser iguales.



La astrología también tiene una perspectiva limitada. Nació en las regiones ecuatoriales del planeta, donde todos los signos del zodíaco pueden ser vistos durante todo el año. Lo que ellos no entendieron, es que las personas que viven por encima de la latitud 66, a veces no tienen planetas alineados que sean visibles ante ellos durante varias semanas. ¿Significa esto que los que viven en las latitudes más altas, no pueden ser afectados por el cosmos? Según la teoría astrológica, la respuesta tendría que ser sí.



También es cierto que las constelaciones han ido cambiando con el tiempo. Kenneth Boa comentó sobre esto cuando dijo:



“Los doce signos del zodíaco, corresponden originalmente a las doce constelaciones del mismo nombre. Sin embargo, debido a la precesión, las constelaciones se han desplazado alrededor de 301 [grados] en los últimos 2.000 años. Esto significa que la constelación de Virgo se encuentra ahora en el signo de Libra, la constelación de Libra se encuentra ahora en el signo de Escorpión y así sucesivamente. Por lo tanto, si una persona nace el 1 de septiembre, los astrólogos le llamarían un Virgo (el signo donde el sol está en esa fecha), pero en esa fecha el sol está realmente en la constelación de Leo. Así que hay dos zodiacos diferentes: uno que se mueve lentamente (el zodíaco sideral) y uno que es inmóvil (el zodiaco tropical). ¿Cuál zodiaco debería utilizarse?”  [2]



También parece que el zodíaco que se debería consultar, sería el zodíaco del momento de la concepción de las personas y no el de su nacimiento. Si todo lo que nos constituye es heredado en la concepción, entonces parecería que la posición de los planetas comienza a ejercer influencia en ese punto.



La Biblia nos advierte contra las prácticas astrológicas:



“Te has fatigado en tus muchos consejos. Comparezcan ahora y te defiendan los contempladores de los cielos, los que observan las estrellas, los que cuentan los meses, para pronosticar lo que vendrá sobre ti. He aquí que serán como tamo; fuego los quemará, no salvarán sus vidas del poder de la llama; no quedará brasa para calentarse, ni lumbre a la cual se sienten” (Isaías 47:13-14).



Otras advertencias, incluyen lo dicho por el Señor por boca de Jeremías, cuando dijo: " Así dijo Jehová: No aprendáis el camino de las naciones, ni de las señales del cielo tengáis temor, aunque las naciones las teman" (Jeremías 10:2). En la Ley de Moisés, Dios advirtió a los israelitas a no dejarse arrastrar para servir a las estrellas: "No sea que alces tus ojos al cielo, y viendo el sol y la luna y las estrellas, y todo el ejército del cielo, seas impulsado, y te inclines a ellos y les sirvas; porque Jehová tu Dios los ha concedido a todos los pueblos debajo de todos los cielos" (Deuteronomio 4:19). Aunque los que siguen al horóscopo pueden no adorar realmente a las estrellas, ellos realmente las sirven cuando les permiten dictar sus vidas.



La pregunta que surge es por qué la gente cree en la astrología. Muchos creen que funciona. La pregunta es, ¿cómo funciona? Yo creo que hay dos razones principales por las que la astrología parece predecir el futuro. La primera, es que los horóscopos suelen ser muy amplios en sus términos y muy ambiguos. Las cosas que se pronostican, tienen una gran probabilidad de relacionarse de alguna manera con nuestra vida. La gente sólo recuerda lo que les pertenece a ellos hasta cierto punto, pero se olvidan de todas las cosas que no tenían nada que ver con sus vidas. Hubo un experimento realizado sobre 100 personas, que pertenecían a cada uno de los doce signos del zodíaco. A través del correo, se les envió  exactamente el mismo horóscopo y se les dijo que estaba adaptado exactamente para ellos. Muchos respondieron diciendo que estaban asombrados de su exactitud y pertinencia para sus vidas. Lo que se reduce a que si se da suficiente información, y a la vez esta es lo suficientemente vaga, esto de alguna manera encajará en la vida de todos, sea cual sea su signo.



La segunda, es que las personas que tienden a seguir los horóscopos, ya están predispuestos a creer en ellos. Su vida se convierte en una profecía autocumplida. Ellos buscan en sus vidas lo que su horóscopo dice que sucederá. Si este dice que el amor está a la vuelta de la esquina, ellos serán coquetos y hasta podrían conseguir una cita. Si dice que habrá tensiones en la familia, ellos buscarán a un familiar con el que causarán una relación tensa, y cuando algo muy pequeño acontece, ellos lo valorarán en una proporción mucho mayor.



Para concluir, la astrología debe ser rechazada por tres razones. En primer lugar, la Biblia condena claramente esa práctica. En segundo lugar, esta trata de predecir el futuro, al que sólo Dios conoce. En su Palabra, Él ya nos ha dicho a nosotros todo lo que necesitamos saber sobre el futuro. Aparte de eso, la Biblia nos enseña a confiar todos los días en Dios y en su voluntad para nuestras vidas. Él nos dirigirá y nos guiará. No es necesario saber o entender lo que depara el futuro para nosotros. Si Dios quiere hacerlo, Él puede revelárnoslo personalmente, pero eso es sólo si Él así lo decide. Sin embargo, Él no lo haría a través de las estrellas, debido a que dicha práctica es claramente condenada en las Escrituras. Finalmente, la astrología es contraria a la libre elección, y hace del hombre un títere en el universo. Las Escrituras enseñan que tenemos libre albedrío, y que somos responsables de nuestras propias acciones.

 

Referencias

[1] Rene Noorbergen, Los Estafadores del Alma (Grand Rapids, MI: Zondervan, 1976), 176-177.
[2] Kenneth Boa, Las Sectas, Las Religiones del Mundo, y Usted (np: Victor Books, 1977), 124-125.
* Para la elaboración del artículo, también se consultó la obra:
Josh McDowell y Don Stewart. Manual de las Religiones Actuales. Nashville: Thomas Nelson Publishers, 1983.

 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *