Jesús dijo:
Mateo 28:19. “Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo”.
Jesús usó los títulos "Padre, Hijo y Espíritu Santo", pero señaló que un solo nombre pertenecía al único Dios que portaba estos títulos, ordenando que el nombre tenía que ser pronunciado.
Cuando en el libro de Los Hechos nos encontramos a los apóstoles obedeciendo este mandamiento de Jesús, leemos:
Hechos 2:38. “Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo”.
Hechos 8:16. “porque aún no había descendido sobre ninguno de ellos, sino que solamente habían sido bautizados en el nombre de Jesús”.
Hechos 10:48. “Y mandó bautizarles en el nombre del Señor Jesús. Entonces le rogaron que se quedase por algunos días”.
Hechos 19:5. “Cuando oyeron esto, fueron bautizados en el nombre del Señor Jesús”.
Hechos 22:16. “Ahora, pues, ¿por qué te detienes? Levántate y bautízate, y lava tus pecados, invocando su nombre”.
En ninguna parte de la Biblia podemos leer, que alguna vez los Apóstoles repitieran literalmente las palabras, "en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo". Antes bien, cada vez que ellos bautizaron, obedecieron el mandato del Señor, al invocar literalmente el nombre de Jesús.
¿Autoridad?
Algunos plantean que la expresión “en el nombre de”, significa “en la autoridad de”, y que esto significaría que la invocación del nombre de Jesús no es importante en el bautismo. Dicen que no es una referencia al nombre real de Jesucristo, sino a la autoridad y el poder de Dios. Este es un argumento custionable, porque no se puede separar la autoridad, del nombre de la persona que posee la autoridad. De hecho, el nombre real de una persona, la distingue de todas las demás personas. La autoridad y el nombre son inseparables. Efectivamente, la autoridad se observa en las referencias que hablan del bautismo "en el nombre de". Pero en vez de ignorar la invocación del nombre de Jesús, esta es una razón adicional del por qué el nombre real de Jesucristo debe ser invocado cuando una persona es bautizada, a fin de indicar con la autoridad de quien, o con el énfasis en quien, se está relizando el bautismo para perdón de los pecados.
Mateo 28:18. “Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra“.
Mateo 28:19. “Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo”.
Note que en el versículo 18, Jesucristo dijo que todo poder o autoridad, ya sea en el cielo y en la tierra, le pertenecía a él, y entonces dijo: "Por tanto, id…"
¡Esto es muy esclarecedor! ¡Él dio la orden de bautizar a las personas basado en la verdad que hallamos en el versículo 18! En otras palabras, la razón por la que debemos buatizar en el nombre, se encuentra en el versículo 18. ¿Cuál es esa razón? La razón por la que debemos bautizar en el nombre, es porque Jesús tiene todo poder y autoridad en el cielo y en la tierra. Esta es una prueba incontrovertible, de que en Mateo 28:19, Jesús se refería a su propia autoridad personal y a su propio nombre personal, el nombre de Jesús.
Dado que Jesús, de hecho se refiere a su poder y autoridad, tal como se describe en el versículo 18; no es de extrañar que los apóstoles obedecieron esa orden, con la evidencia de invocar el nombre de Jesucristo cuando bautizaron a las personas según consta en el libro de los Hechos . Por supuesto que se refiere a la autoridad, pero ya que Jesús habló de la autoridad que era suya, y que todos los ejemplos de bautismos que encontramos en el libro de los Hechos incluyen el nombre de Jesucristo, entonces vemos claramente que el nombre de Jesús debe ser invocado en el bautismo en agua, pues es indiscutible que Jesús mencionó que él posee todo poder y autoridad en el cielo y en la tierra, y que la Biblia enseña que el nombre de Jesús está sobre cualquier otro nombre.
La orden de invocar el nombre en el bautismo, es mencionada categóricamente como lo vemos en Hechos 22:16.
Hechos 22:16. “Ahora, pues, ¿por qué te detienes? Levántate y bautízate, y lava tus pecados, invocando su nombre”.
El término INVOCAR viene de la palabra griega "epikaleomai", que se refiere a la práctica de comenzar una oración, invocando el nombre divino. En Hechos 22:16, se refiere a la invocación del nombre divino en el Bautismo.
Muchos piensan que el nombre de Jesús no tiene que ser necesariamente invocado si se apela a la autoridad de Jesús, pero no se dan cuenta que para contar con la autoridad de Jesús a nuestro favor, es necesario invocar su nombre.
Hechos 16:18. “Y esto lo hacía por muchos días; mas desagradando a Pablo, éste se volvió y dijo al espíritu: Te mando en el nombre de Jesucristo, que salgas de ella. Y salió en aquella misma hora”.
¿Pablo invocó literalmente el nombre de Jesús para contar con la autoridad de Cristo, a fin de echar fuera al demonio? ¡Claro que sí!
Colosenses 3:17. “Y todo lo que hacéis, sea de palabra o de hecho, hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios Padre por medio de él”.