Por Julio César Clavijo Sierra

Porción del Libro Un dios Falso Llamado Trinidad, Págs 202-209

¿1. Timoteo 3:16 Dice o no Dice Dios?



Algunos eruditos bíblicos han afirmado que los manuscritos más fieles de la Biblia, no contienen en 1. Timoteo 3:16 la palabra “Dios”, sino que esta fue añadida en dicho texto de manera posterior.



Aprovechando ese argumento, algunos arrianos (y curiosamente algunos trinitarios) han afirmado que la ausencia de la palabra “Dios” niega que Dios se haya manifestado en carne.



Muchos de ellos nos remiten por ejemplo a la Nueva Versión Internacional que dice así:





No hay duda de que es grande el misterio de nuestra fe. Él se manifestó como hombre; fue vindicado por el Espíritu, visto por los ángeles, proclamado entre las naciones, creído en el mundo, recibido arriba en la gloria. (1. Timoteo 3:16 en la Nueva Versión Internacional)



Observe usted, que la Nueva Versión Internacional no presenta la palabra “Dios” dentro del texto de 1. Timoteo 3:16 sino que en su lugar presenta la palabra “El”.



La Versión de la Biblia Textual presenta el versículo así:



“E indiscutiblemente, grande es el misterio de la piedad: Quien fue manifestado en carne, justificado en el Espíritu, visto por los ángeles, proclamado entre los gentiles, creído en el mundo, recibido arriba en gloria.” (1. Timoteo 3:16 en la Biblia Textual)



Observe que esta versión nuevamente ignora la palabra “Dios” y pone en su lugar la palabra “Quien”. No obstante otros estudiosos han propuesto que la traducción correcta debe ser “El Cual”.



Como hemos apreciado anteriormente, la doctrina de Dios manifestado en carne no depende únicamente de 1. Timoteo 3:16 sino que es una enseñanza que abunda en toda la Escritura, pues es el fundamento de la fe cristiana. Pero aún si fuera cierto que la Biblia dijera originalmente “El”, el significado seguiría siendo el mismo, y es que “El” o sea “Dios” fue manifestado en carne. ¿Por qué  afirmamos esto?  Porque la palabra “El” es un pronombre que se debe referir a un sustantivo. El sujeto al que se refiere la palabra “El” lo encontramos en el verso número 15 que dice:



“para que si tardo, sepas cómo debes conducirte en la casa de Dios, que es la iglesia del Dios viviente, columna y baluarte de la verdad.” (1. Timoteo 3:15)



“El” o sea el Dios Viviente, fue manifestado en carne. Las expresiones: “Quien”, o “el cual”, tienen la misma connotación. “El cual” o sea el Dios viviente fue manifestado en carne. De la misma manera “Quien” o sea el Dios viviente fue manifestado en carne.



Si tenemos en cuenta que la Biblia originalmente no estaba dividida en versículos, entonces entenderemos que no había nada que impusiera un límite a lo que hoy conocemos como versículos 15 y 16. Por eso el pronombre “El” corresponde directamente al sustantivo “Dios”.



Es interesante notar que este caso no solo se presenta en este versículo sino que se repite en otros muchos lugares de la Biblia. La palabra traducida como “El”, “El cual” o “Quien”, es la palabra griegaοζ.  Esta palabra es traducida en algunos otros versículos como “El cual”, tal y como aparece en la versión Reina Valera. Veamos el siguiente caso encontrado en la misma epístola de 1. Timoteo. 



el cual quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad” (1. Timoteo 2:4)



¿Quién quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad? La respuesta es evidente, ese es Dios. Alguno dirá ¡Pero el verso no dice Dios! ¿Por qué dice usted eso, cuando el verso lo que dice es “el cual”? Porque el verso anterior es decir el 2:3 nos enseña que el sujeto es Dios nuestro salvador. Veamos todo el texto junto con su contexto:



Porque esto es bueno y agradable delante de Dios nuestro salvador, el cual quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad” (1. Timoteo 2:3-4).



¿Se da usted cuenta que este caso es igual al caso de 1. Timoteo 3:16 donde aún cuando no aparece el sujeto dentro del mencionado versículo, el contexto nos orienta para entender que se  refiere a Dios?



De la misma manera en Romanos 2:6 se dice “el cual” pero al recurrir al versículo 5 podemos darnos cuenta que el sujeto es “Dios”. También 2. Corintios 1:10 dice “el cual”, pero al recurrir al versículo 9 notamos que el sujeto es Dios. En Colosenses 1:13 se menciona “el cual” pero al comparar con el versículo 12 apreciamos que el sujeto es “el Padre”.



De esa manera hemos podido demostrar que aún cuando el texto de 1. Timoteo 3:16 no diga de manera exacta la palabra “Dios”, el texto sí nos enseña que Dios fue manifestado en carne.







¿Pero Por Qué Algunas Versiones Dicen Dios y Otras No?



“El problema viene del hecho de que en griego,  las palabras para 'Dios' y 'Él'  se diferencian solo por un pequeño  trazo. (La palabra 'Dios' en griego lo tiene,  pero la palabra  'Él' no lo tiene). En el Códice Alejandrino no hay forma de  saber  con exactitud si la palabra en cuestión contiene ese trazo o no.  Sin  embargo, como dice Albert Barnes en su Notes on the New  Testament, "hoy  se reconoce que la línea que descansa sobre  la palabra ha sido añadida por  alguna mano posterior." De modo  que esa modificación cambió la palabra de  'Él' a  'Dios' automáticamente.  Por eso aparece 'Dios' en algunas versiones. Sin  embargo, Barnes  reconoce que "la Vulgata y la Siríaca traducen 'Quien' o 'el  cual'  en lugar de 'Dios.'” [1] 



Recordemos que “el cual” se escribe en griego así:  οζ. Con la añadidura de tan solo este signo “-” dentro de la ómicron, la palabra ya no diría “el cual” οζ, sino que pasaría a decir Dios θζ de manera abreviada.  



Lo interesante de este asunto es que así el verso 16, diga o no diga “Dios”, todo el cuerpo textual nos lleva a confirmar que Dios fue manifestado en carne.





¿Y qué de las Versiones que Dicen Cristo?



Conviene hacer notar también el caso encontrado en las versiones “Dios Habla Hoy”, “Castillian” y la “Biblia en Lenguaje Sencillo”, que en lugar de citar “Dios”, “El”, “Quien”, o “el cual”, citan más bien la palabra “Cristo”. En este punto nos detendremos por un instante para demostrar por qué estas versiones no reflejan la verdad del texto, pues:



“De 254 manuscritos griegos conteniendo el pasaje, 252 presentan el término 'Dios' como en el  TR; dos leen 'hos' (el cual), lectura que utilizaron las antiguas versiones, y ni uno contiene 'Cristo'.” [2] 



Si ninguno de los manuscritos griegos contiene la palabra “Cristo” en 1. Timoteo 3:16, ¿Por qué aparece en las versiones “Dios Habla Hoy”, “Castillian”, y la “Biblia en Lenguaje Sencillo”? La respuesta es que todas estas versiones, son traducciones donde predomina la interpretación por equivalencias dinámicas, y en este versículo los traductores se fueron tanto, pero tanto al extremo, que cayeron en una traducción exageradamente libre. Permítame explicarle esto de una manera más amplia.



“De las versiones que se conocen en español podemos hablar de dos tipos de traducción: (1) la traducción literal o por equivalencia formal, y (2) la traducción idiomática o por equivalencia dinámica o funcional.” [3] 



Una versión de la Biblia cuya traducción ha sido efectuada por el método literal o de equivalencia formal, es una versión que ha procurado traducir lo más parecido posible (es decir palabra por palabra) a nuestro idioma, lo que se escribió en las lenguas originales. (Por ejemplo, La Versión Reina Valera)



“La traducción formal ayuda, especialmente al estudiante no familiarizado con el hebreo, a captar la forma y el sabor del hebreo/arameo/griego” [4] 



Una versión traducida por el método de equivalencias formales, es una Biblia que ofrece mayor fidelidad en lo que transmite, pues el equipo traductor procura ante todo que se refleje fielmente lo que se dijo en las lenguas originales. Sin  embargo posee una gran debilidad, y es que hay expresiones idiomáticas propias de un cierto lenguaje que al ser traducidas de manera literal a otra lengua, conllevaría a que las personas a las que les llega la traducción no la entiendan. Por ejemplo en el idioma español se utiliza la expresión “está lloviendo a cántaros” para referirse a un fuerte aguacero, y eso lo entendemos quienes hablamos el idioma español, pero si esa frase se traduce tal cual a otro idioma, lo más probable es que la gente que hable ese nuevo idioma no entienda nada cuando lea en su lengua la expresión “lloviendo a cántaros”. Por eso un traductor debería procurar que esa expresión idiomática propia del idioma español no fuera traducida de manera literal (palabra por palabra), sino que en esa nueva lengua se tradujera más bien de una manera que haga entender a aquellas personas que está cayendo un fuerte aguacero.



¡Citemos un ejemplo bíblico! Si nosotros leemos en 1. Samuel 24 en la Versión Reina Valera (traducción por equivalencias formales), podemos leer que Saúl tomó tres mil de sus hombres para buscar a David a quien procuraba matar.  El versículo 3 de este capítulo dice que durante esa persecución, Saúl entró a una cueva para cubrir sus pies. ¿Qué significa cubrirse los pies? ¿Qué fue en realidad lo que Saúl hizo cuando entró a la cueva para cubrirse los pies? La  traducción formal  aunque se apega fielmente a lo que dice el texto, nos deja un vacío a quienes no sepamos lo que significa en hebreo la expresión idiomática “cubrirse los pies”.



Ahí es donde han tomado importancia las versiones que han utilizado el método de traducción por equivalencias formales (como por ejemplo la Versión Dios Habla Hoy) que hacen más énfasis en el significado y no en la forma.  



“La traducción dinámica es de gran ayuda para captar de manera más fácil el significado del mensaje original.” [5] 



Si nosotros leemos 1. Samuel 24:3 en la versión Dios Habla Hoy (traducción por equivalencias dinámicas) podemos apreciar que en ella se explica que Saúl entró a la cueva para hacer sus necesidades. Ese es el significado de la expresión idiomática hebrea de “cubrirse los pies”. En ese caso el aporte de una versión por equivalencias dinámicas es muy importante. Sin embargo esas versiones pueden presentar un gran problema, que consiste en que a los traductores que realizan versiones por equivalencias dinámicas se les puede ir demasiado la mano en su tarea de tratar de encontrar el significado del texto, al punto que su traducción puede extenderse demasiado hacia una tendencia liberal en la cual el traductor o el equipo traductor asumen que el significado “debe ser” lo que a ellos mejor les parece, presentado como resultado en lugar de una correcta traducción mas bien su propia interpretación. Ese es precisamente el gran error que han cometido en 1. Timoteo 3:16, los equipos traductores que  participaron en las versiones “Dios Habla Hoy”, “Castillian”, y la “Biblia en Lenguaje Sencillo”. Ellos interpretaron que la mejor traducción debía ser “Cristo” y así fue como presentaron el texto, pasando por alto de manera voluntaria el hecho de que ningún manuscrito respalda esa pobre traducción.



Lo que la Biblia enseña es claro: Dios fue manifestado en carne. Aún cuando se ha querido desvirtuar esa gran verdad, la verdadera iglesia del Señor que es columna y baluarte de la verdad todavía se pone de frente contra los argumentos contrarios a fin de llevar cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo (2. Corintios 2:5).





¿Cómo Pudo ser Dios Justificado en el Espíritu?



Algunas personas que no creen que Dios fue manifestado en carne refutan nuestro argumento diciendo lo siguiente:



“Si decimos que el verso 16 se refiere a que Dios fue manifestado en carne, también tendríamos que decir que el fue justificado en el Espíritu. ¿Cómo pudo el Dios eterno ser justificado en el Espíritu si él nunca ha cometido pecado?”



La respuesta es evidente. Todo esto aconteció cuando él se manifestó en carne. El fue justificado, porque cuando se manifestó en carne pudo llevar también nuestros pecados, y en su papel de Hijo sufrió la muerte, pero la muerte no pudo retenerlo pues él era inocente, así él fue declarado justo.



“Para esto fuisteis llamados, porque también Cristo padeció por nosotros, dejándonos ejemplo para que sigáis sus pisadas. Él no cometió pecado ni se halló engaño en su boca.” (1. Pedro 2:22)



Además Dios manifestado en carne fue visto de los ángeles. Recordemos que cuando nació el Hijo de Dios (Dios manifestado en carne) vinieron ángeles y le adoraron (Lucas 2:15), en el huerto del Getsemaní un ángel apareció para fortalecerlo (Lucas 22:43), los ángeles anunciaron su resurrección (Lucas 24:23), etc.



Dios manifestado en carne ha sido predicado a los gentiles. Como dice la Escritura: “Y en su nombre esperarán los gentiles” (Mateo 12:21).



Dios manifestado en carne ha sido creído en el mundo. Para que todo aquel que en él crea no se pierda sino que tenga vida eterna (Juan 3:15).



Dios manifestado en carne ha sido recibido arriba en gloria. Cuando Dios  manifestado en carne, resucitó de entre los muertos, subió por encima de todos los cielos para llenarlo todo. Dios en ese momento pudo llegar a ser todo en todos los creyentes, pues aquel que lo reciba puede llegar a obtener la llenura del Santo Espíritu.



Y eso de que subió, ¿qué es, sino que también había descendido primero a las partes más bajas de la tierra? El que descendió, es el mismo que también subió por encima de todos los cielos para llenarlo todo. (Efesios 4:9-10)



¿Quién más puede llenarlo todo aparte de Dios? ¡Ninguno! Sólo Dios puede llenarlo todo. Por eso él ascendió a su lugar de gloria. Esto daba cumplimiento a su vez a la profecía del Salmo 24, donde desde los versículos 3 al 5  se hace alusión a la obra del Hijo de Dios quién era el único que podía entrar al santuario de Dios por causa de su integridad, en el versículo 6 se hace alusión al resto de hijos de Dios que han podido ostentar dicha posición por causa de haber creído en él, y en los versículos del 7 al 10, se explica muy bien que ese que ascendió a los cielos para llenarlo todo es el Rey de Gloria ¿Pero quién es ese Rey de Gloria? Es el Señor Jehová de los ejércitos, es nuestro único Dios y Padre Eterno. Jesús es Dios, Jesús es el Padre Eterno, Jesús es el Rey de Gloria, Jesús es Dios manifestado en carne. 

 

Salmo 24

 

 

1De Jehová es la tierra y su plenitud;
El mundo, y los que en él habitan.
2Porque él la fundó sobre los mares,
Y la afirmó sobre los ríos.
3¿Quién subirá al monte de Jehová?
¿Y quién estará en su lugar santo?
4El limpio de manos y puro de corazón;
El que no ha elevado su alma a cosas vanas,
Ni jurado con engaño.

5El recibirá bendición de Jehová,
Y justicia del Dios de salvación.
6Tal es la generación de los que le buscan,
De los que buscan tu rostro, oh Dios de Jacob.
7Alzad, oh puertas, vuestras cabezas,
Y alzaos vosotras, puertas eternas,
Y entrará el Rey de gloria.
8¿Quién es este Rey de gloria?
Jehová el fuerte y valiente,
Jehová el poderoso en batalla.

9Alzad, oh puertas, vuestras cabezas,
Y alzaos vosotras, puertas eternas,
Y entrará el Rey de gloria.
10¿Quién es este Rey de gloria?
Jehová de los ejércitos,
El es el Rey de la gloria.
 
Referencias:

[1] Escritos Para la Concorida: Artículo: “Pregunta sobre 1 ª. Timoteo 3:16”.
http://www.escritosparalaconcordia.org/pregunta2.htm 
[2] Virgolini, Mario. Las Fuentes Textuales del Nuevo Testamento. O’Reilly, A.
[3] Sociedades Bíblicas Unidas. Manual de Ciencias Bíblicas “Descubre la Biblia”. Miami FL USA, 1998.
[4] Ídem
[5] Ídem

 

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