Por David K. Bernard

Capítulo 3 del libro Historia de la Doctrina Cristiana Volumen 3

 

 
La segunda división doctrinal en el movimiento pentecostal vino por el bautismo en agua en el nombre de Jesucristo y la Unicidad de Dios. La doctrina de la Unicidad afirma que Dios es un Ser personal, no una trinidad de personas, y que Jesucristo es la manifestación de la plenitud de Dios, no solamente una de tres personas. (Véase Deuteronomio 6:4; Colosenses 2:9; 1. Timoteo 3:16).



Los trinitarios llamaron a esta creencia "la nueva cuestión" y los "Sólo Jesús", esto último debido a que sus proponentes bautizaban en el nombre de Jesús solamente, en lugar de utilizar la tradicional fórmula trinitaria. Sin embargo, algunos trinitarios comenzaron a usar esta etiqueta para acusar a los creyentes de la Unicidad de negar a Dios como Padre y a Dios como Espíritu Santo. Por esta razón, la mayoría de creyentes de la Unicidad finalmente rechazaron la designación de "Sólo Jesús", y hoy por lo general lo ven como una caracterización mala e injusta. En su lugar, ellos se llaman Apostólicos, los del Nombre de Jesús, o Pentecostales de la Unicidad. 



Las raíces históricas



La doctrina de la Unicidad no surgió del vacío. Como se discute en los volúmenes 1 y 2 de la Historia de la Doctrina Cristiana, a lo largo de la historia muchos cristianos han bautizado en el nombre de Jesús, y muchos han promovido un concepto de Dios que es esencialmente la misma opinión de la Unicidad. Pese a todo, no hay ningún eslabón histórico entre estos grupos antiguos y los Pentecostales de la Unicidad.



Realmente encontramos las raíces del pensamiento de la Unicidad en el Avivamiento Americano del siglo XVIII y en el Movimiento de Santidad del siglo XIX. Estos movimientos se caracterizaron por una fuerte devoción a Jesucristo y el uso frecuente del nombre de Jesús en la oración, la alabanza, el testimonio y los cánticos. En cierto modo, como el sacerdote episcopal David Reed lo ha argumentado, la doctrina de la Unicidad era la expresión teológica de la piedad práctica de los miembros del Reavivamiento Americano, los grupos de Santidad y los primeros pentecostales. [60]



En estos movimientos, hubo también un fuerte impulso hacia el restauracionismo, es decir, a restaurar el mensaje y la experiencia de los apóstoles y de la iglesia del primer siglo. De hecho, todo el movimiento pentecostal se basó en el pensamiento restauracionista. Teniendo en cuenta este enfoque, sólo era una cuestión de tiempo que la gente comenzara a darse cuenta de que los apóstoles siempre bautizaron en el nombre de Jesús y nunca hablaron de Dios en los términos de la ortodoxia trinitaria del siglo IV, y aún para ver estos puntos como doctrinalmente significativos.



En este sentido, Edith Blumhofer, un estudioso de las Asambleas de Dios, escribió en una historia oficial de su iglesia: [61] 



Aparte de la salida doctrinal, si uno admite el fuerte componente restauracionista en el corazón de la definición del pentecostalismo, los partidarios de la Unicidad eran los más celosamente restauracionistas, los más tenaces de la congregación, y los más cristocéntricos – en fin más espirituales, de un cierto modo más importante y esencial que los pentecostales de la corriente principal.



Walter Hollenweger, secretario de evangelismo del Concilio Mundial de Iglesias, dijo también que la doctrina de la Unicidad "es más acorde con los sentimientos religiosos y la práctica del pentecostalismo, que una doctrina de la Trinidad asumida sin la comprensión de las iglesias tradicionales". [62] 



Otro factor importante fue el bautismo del Espíritu Santo. Cuando los primeros pentecostales fueron bautizados con el Espíritu Santo, ya no tenían un concepto teórico de Dios, sino una experiencia directa y personal. Ellos no recibieron a tres espíritus divinos, sino a un solo Espíritu. Ellos no tuvieron un encuentro con varias personas divinas, pero ellos tuvieron una intensa relación personal con un Dios.



Además, el Espíritu Santo descendió sobre ellos, ya que exaltó a Jesucristo y la expiación. Por ejemplo, en el reavivamiento de la Calle Azusa, algunos de los himnos más populares eran "Hay Poder en la Sangre" y "Bajo la Sangre". Los participantes fueron desafiados no sólo a predicar "el bautismo del Espíritu Santo", sino a "Cristo en el poder del bautismo". [63] El bautismo del Espíritu Santo en realidad intensificó su enfoque en Jesucristo.  



Por último, ellos recibieron la iluminación del Espíritu Santo. Jesús prometió: "Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, Él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho… Pero cuando venga el Espíritu de verdad, Él os guiará a toda la verdad… Él me glorificará; porque tomará de lo mío, y os lo hará saber" (Juan 14:26, 16:13-14). El Espíritu morando en ellos, desempeñó un papel vital en ayudarles a comprender y descubrir la verdad bíblica, incluyendo la verdad sobre la Unicidad de Dios y la plena Deidad de Jesucristo.



Por lo tanto, no es de extrañar que Charles Parham, el catalizador del movimiento pentecostal, comenzara a bautizar en el nombre de Jesús según el modelo del Libro de los Hechos. También hemos visto que algunas personas en Los Ángeles fueron bautizadas en el nombre de Jesús durante el avivamiento de la Calle Azusa, y quizás también algunas personas por el ministerio de Durham en Chicago. Gary McGee, un erudito de las Asambleas de Dios, descubrió a un misionero en América Latina que fue bautizado en el nombre de Jesús en el año de 1904. [64] 



Otro de los primeros ejemplos fue Andrew D. Urshan (1884-1967), un inmigrante de Persia (Irán), que recibió el Espíritu Santo en Chicago en 1908. Él estableció una misión persa allí y fue ordenado por William Durham en 1910. Ese mismo año, llegó a una nueva comprensión de la verdad cuando reflexionó sobre la pregunta: ¿Por qué los apóstoles bautizaron siempre en el nombre de Jesús en el libro de los Hechos, cuando el mismo Jesús les había mandado a bautizar en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo en Mateo 28:19? Al meditar sobre este asunto, Hechos 4:12 llamó su atención, y él llegó a la conclusión de que el Señor Jesucristo era "el único nombre del Padre, Hijo y Espíritu Santo":



El bendito Señor me mostró en ese momento que "El Señor Jesucristo" es el ÚNICO NOMBRE PROPIO de Dios para esta dispensación del evangelio, porque en Él, Jesucristo, Nuestro Señor, mora toda la plenitud de la Deidad, y a Él se le dio todo el poder en el cielo y en la tierra; y el arrepentimiento y el perdón de pecados debe ser predicado en todas partes en el Nombre de Jesús SOLAMENTE. [Ver Colosenses 2:9; Mateo 28:18 y Lucas 24:47].
Andrew D. Urshan (1884-1967)



Él llamó a este nuevo entendimiento "una maravillosa revelación de la Triunidad en Cristo" y "una bendita revelación de la absoluta Deidad de Cristo". Sin embargo, él no expuso que hubiera tenido una revelación extrabíblica, sino que como explicó la primera vez que recibió el Espíritu Santo, "Las Escrituras fueron iluminadas en mi alma como nunca antes por el Bendito Espíritu Santo, quien fielmente trajo a mi memoria, pero con un nuevo significado, lo que yo había leído años atrás y lo hizo fresco como el rocío de la mañana". Como resultado de su estudio, en el año de 1910 Urshan escribió Hechos 2:38 al lado de su tanque bautismal y empezó a bautizar a todos los nuevos convertidos "en el nombre del Señor Jesucristo". [65] 



El Campamento Mundial, Arroyo Seco, 1913



Estos primeros ejemplos del bautismo en el nombre de Jesús no condujeron a la formación del Movimiento de la Unicidad. Los acontecimientos que condujeron finalmente a la controversia y división, comenzaron con el Campamento Mundial de la Fe Apostólica, organizada por R. J. Scott y George Studd, celebrada en Arroyo Seco, cerca de Los Ángeles, en un campamento utilizado por la Misión de la Calle Azusa. De un mes de duración, la reunión comenzó el 15 de abril de 1913, y tal vez asistieron dos mil personas.



La oradora principal fue María Woodworth-Etter (1844-1924), una reconocida evangelista de santidad que había abrazado el mensaje pentecostal. Las expectativas eran grandes y estas fueron cumplidas, ya que 364 personas recibieron el Espíritu Santo. Muchos milagros de curación se llevaron a cabo cuando Woodworth-Etter pronunciaba "en el nombre de Jesús".



De particular importancia para el futuro de la Unicidad Pentecostal fue el mensaje de Robert E. McAlister (1880-1953), un predicador canadiense que había recibido el Espíritu Santo en la Calle Azusa en 1906. Al hablar en un servicio de bautismo, él explicó que la sola inmersión es el modo apropiado para el bautismo, no la triple inmersión que algunas personas practicaban. Como prueba citó los bautismos registrados en el libro de los Hechos. Los apóstoles bautizaron en el nombre del Señor Jesucristo; ellos nunca bautizaron utilizando las palabras "Padre, Hijo y Espíritu Santo", como la triple inmersión lo requiere.



En esto, "un estremecimiento inaudible" barrió la congregación, y McAlister quedó momentáneamente silencioso. [66] Un misionero de la China llamado Frank Denny saltó a la plataforma, tomó a McAlister para un lado y le pidió que no enseñara esta doctrina, porque esto lo asociaría con un ministro llamado Sykes que actualmente estaba bautizando de esa manera. (Véase el capítulo 1). A continuación, McAlister explicó que no era equivocado bautizar utilizando las palabras de Mateo 28:19.



La observación de McAlister de que los apóstoles siempre bautizaron en el nombre de Jesús, plantó ese día una semilla en la mente de muchas personas. Un hombre llamado John Schaepe (1870-1939) se inspiró tanto en este mensaje, que pasó la noche en oración. Temprano a la mañana siguiente, él comenzó a correr por el campamento gritando que había recibido una revelación del poder del nombre de Jesús. Bastantes de los asistentes al campamento fueron enormemente estremecidos cuando Schaepe explicó fervientemente su comprensión recién descubierta. 



Los detractores dicen a veces que Schaepe fundó el Movimiento de la Unicidad y que lo hizo por una revelación extrabíblica. En realidad, poco se sabe de Schaepe (que se pronuncia "Sheppy" y a veces es mal escrito como "Scheppe"). En 1919 él fue catalogado como un ministro de las Asambleas Pentecostales del Mundo, una organización de la Unicidad, pero no jugó un papel significativo en el movimiento después de 1913.



Tal como veremos en este capítulo en las citas de Andrew Urshan, Frank Ewart y Frank Small, los primeros pentecostales usaron el término "revelación" para referirse a la iluminación de la Escritura por el Espíritu Santo. David Reed ha señalado con notable precisión que "'Revelación' es un término usado por los exponentes de la Unicidad para describir la confirmación subjetiva  de la verdad objetivamente indicada en la Biblia". [67] Al principio, los creyentes de la Unicidad apelaron a la Escritura como  la autoridad para su doctrina y rechazaron la idea de revelación extrabíblica. Ellos creyeron que el Espíritu Santo les había ayudado a redescubrir y comprender las verdades bíblicas que habían sido descuidadas durante mucho tiempo. 



Frank Ewart y la Unicidad de Dios


Frank J. Ewart (1876-1947)



Otro hombre que estaba profundamente impresionado por el mensaje de McAlister, fue Frank J. Ewart (que se pronuncia "You-ert") (1876-1947). El fue un misionero bautista de origen australiano, y emigró a Canadá en 1903 donde se convirtió en pastor. Los bautistas lo despidieron cuando recibió el Espíritu Santo en 1908 en Florencia Crawford en Portland, Oregon. En 1911 se convirtió en el pastor asistente de la misión de William Durham en Los Ángeles, y cuando Durham murió en 1912, Ewart se convirtió en el pastor.



Ewart había estado estudiando el nombre y la Unicidad de Dios por algún tiempo, por eso los comentarios de McAlister fueron tan intrigantes para él. Ewart lo invitó a su casa, y comenzaron a discutir las implicaciones del uso del nombre de Jesús en el bautismo en agua. McAlister sugirió que las palabras "Señor", "Jesús" y "Cristo", representaban respectivamente "Padre, Hijo, y Espíritu Santo". Por lo tanto, cuando los apóstoles bautizaron en el nombre del Señor Jesucristo, cumplieron con Mateo 28:19.



Después del Campamento Mundial, Ewart dejó el pastorado de su iglesia y comenzó un nuevo trabajo en Los Ángeles, con McAlister y Glenn Cook (1867-1948). Cook había trabajado a tiempo completo en la dirección de la Misión de la Calle Azusa bajo Seymour. En ese momento él era un destacado evangelista, que había llevado el mensaje pentecostal a Indianápolis y a la Iglesia de Dios en Cristo en Memphis. Él también había llevado a cabo campañas exitosas en Oklahoma, Missouri y Arkansas.

Gleen Cook (1867-1948)



Ewart y McAlister continuaron su estudio sobre el nombre de Jesús y la doctrina de Dios, e incluyeron a Cook en sus discusiones. Después de varios meses, McAlister regresó a Canadá y compartió su pensamiento con los ministros de allí, sobre todo con Franklin Small (1873 – 1961). Small fue una de las primeras personas en Winnipeg, Manitoba, Canadá, en recibir el Espíritu Santo en 1907. En Winnipeg se convirtió en pastor asistente de A.H. Argue, quien había recibido el Espíritu Santo bajo Durham.

Franklin Small (1873 – 1961)



En Los Ángeles, Ewart unió su labor con la de Elmer Fisher y continuó trabajando con Fisher y su asociado A. G. Garr. (Garr fue el primer pastor de raza blanca en recibir el Espíritu Santo en la Calle Azusa y el primer misionero pentecostal a la India y a Hong Kong). De vez en cuando, Ewart predicó sobre el poder del nombre de Jesús y quedó asombrado por los tremendos resultados en curaciones y bautismos del Espíritu. Fisher y Garr, instaron a Ewart a continuar predicando sobre el nombre de Jesús, pero ellos se oponían a bautizar en el nombre de Jesús.



En noviembre de 1913, en la octava convención pentecostal anual en Winnipeg, McAlister predicó el primer sermón sobre el uso exclusivo del nombre de Jesús en el bautismo en agua. Pidieron a Frank Small que se hiciera cargo del servicio bautismal, y bautizó a treinta nuevos conversos en el nombre de Jesucristo. Estos fueron los primeros bautismos en el Nombre de Jesús que se dieron como resultado del Campamento de Arroyo Seco. 



Ewart finalmente decidió que él tenía que tomar una posición clara respecto al bautismo en agua en el nombre de Jesucristo. Llegó a la conclusión de que el nombre esencial para usar en el bautismo era Jesús, y que los títulos Señor y Cristo podrían ser añadidos. [68] Además, él concluyó que esta práctica tenía gran importancia en cuanto a la doctrina de Dios. Los apóstoles bautizaron en el nombre de Jesús, porque el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo no son tres personas distintas, sino tres manifestaciones de un solo Dios, y Jesús es la revelación del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. La razón por la que se da tal poder cuando los creyentes predican, oran y bautizan en el nombre de Jesús, es porque la plenitud de la Deidad mora en Jesús.



Debido a sus nuevas convicciones, Ewart se separó de Fisher y Garr. Abrió una tienda de campaña (que Fisher le ayudó a obtener) y comenzó reuniones en Belvedere, California, en las afueras de Los Ángeles. Glenn Cook estuvo de acuerdo con el mensaje de Ewart, y decidieron trabajar juntos. El 15 de abril de 1914, exactamente un año después del Campamento de Arroyo Seco, Ewart predicó su primer sermón sobre Hechos 2:38. Él proclamó que el mensaje completo de salvación, consiste en el arrepentimiento, el bautismo en agua en nombre de Jesús, y el bautismo del Espíritu Santo, y asoció el bautismo en el nombre de Jesús con la Unicidad de Dios en Cristo. Luego Ewart bautizó a Cook en el nombre de Jesucristo, y Cook bautizó a Ewart. Esta acción -de rebautizar por primera vez en el nombre de Jesucristo- fue el paso decisivo en el inicio de la Unicidad Pentecostal como un movimiento distinto.



Más tarde, Frank Small citó con la aprobación de Ewart, el significado doctrinal del rebautismo en el nombre de Jesús: [69] 



A través de la iluminación de las Escrituras, el nuevo mensaje se había resuelto en la plenitud de Dios en Cristo (2. Corintios 5:19; 1. Tesalonicenses 5:18; 1. Timoteo 3:16). Esta enseñanza se desarrolló en Los Ángeles. Podría señalar que hasta ese momento, el mensaje del bautismo en agua en el Nombre de Jesús se había basado en el registro solamente. Sabíamos sin sombra de duda, que los apóstoles habían bautizado en el Nombre de Jesús, pero aún no entendíamos completamente por qué. Pero a su debido tiempo, cuando vino la revelación bíblica completa, la plenitud absoluta de Dios en Cristo fue probada. Del desarrollo de esta verdad, vino el acto de volver a bautizar a los conversos que anteriormente habían sido bautizados usando los títulos Padre, Hijo y Espíritu Santo. 



La Difusión del Mensaje del Nombre de Jesús



Un gran avivamiento estalló bajo Ewart y Cook en el Área de Los Angeles. Ewart informó: [70] 



Todo tipo de enfermedades incurables fueron sanadas en el Nombre de Jesús, y la gente fue llena del Espíritu Santo hablando en otras lenguas. Una de las mayores y más sorprendentes características de ese gran avivamiento, fue que la gran mayoría de los nuevos conversos fueron llenos del Espíritu Santo después de que subieron del agua. Ellos dejaron el bautisterio hablando en otras lenguas. Muchos fueron sanados cuando fueron bautizados.



Muchos misioneros y predicadores llegaron a las reuniones y fueron rebautizados en el nombre de Jesús. Aún más significativamente, un periódico de Ewart, llamado El Alimento a Tiempo, llevó el mensaje del nombre de Jesús y los informes del reavivamiento a todo lo largo y ancho. Muchas más personas fueron tocadas y convertidas por aquella publicación que por el propio contacto con Ewart. Los misioneros en la China, el Japón y la India, pronto fueron bautizados en nombre de Jesús.



Durante este reavivamiento, Ewart sufrió mucha oposición de alguna gente de su iglesia local, así como de una banda de matones. Estos últimos lo amenazaron a él y a su esposa en numerosas ocasiones, plantando "bombas fétidas" en los servicios, e incluso quemando la tienda de campaña. La policía de la ciudad no hizo nada para protegerlos, pero la persecución terminó cuando el líder de la banda se convirtió.  Ewart tuvo que ir varias veces a la corte por cargos de alteración de la paz, pues los bautistas se quejaron contra sus reuniones.



En 1919, cuando Ewart estableció una iglesia permanente en el área de Los Ángeles, llegó a bautizar a veces hasta cincuenta personas en un solo servicio. Registró dos mil nombres en el censo bautismal, antes de que dejara de contar por miedo a que Dios no estuviera complacido. [71] 



Cook emprendió una campaña evangelística en 1914 para llevar el mensaje del nombre de Jesús a la región central, donde se había iniciado el mensaje pentecostal. En San Luis, bautizó a la "Madre" María Moise, quien administraba un hogar para los oprimidos, y a su asociada la "Madre" Barnes; también a Ben Pemberton, un joven que ministraba bajo el cuidado de ella. En Indianápolis, Cook bautizó a dos influyentes pastores, L. V. Roberts y Garfield T. Haywood, y ellos bautizaron a sus congregaciones. Un total de 465 personas fueron bautizados en el nombre de Jesús en Indianápolis, en el primero de estos eventos al este del río Mississippi

 

Garfield T. Haywood (1880-1931)



El bautismo de Haywood (1880- 1931) fue especialmente significativo. Él era un pastor de raza negra de una grande congregación inter-racial, un maestro muy influyente, y el editor de un periódico muy leído, La Voz en el Desierto. Fue sin duda, el más destacado líder negro de la Obra Completa, pero sus dotes de maestro, predicador, autor y compositor de canciones, fueron reconocidos por negros y blancos por igual.



En 1911, Haywood había obtenido credenciales ministeriales con una organización pequeña, llamada Las Asambleas Pentecostales del Mundo, que comenzó en 1906 o 1907 en Los Ángeles. En este momento su superintendente general era J. J. Frazee, de Portland, Oregon, que había salido de Florencia bajo el ministerio de Crawford. En 1913, Haywood había influenciado a Ewart, Cook y McAlister para que se asociaran con este grupo. [72] Sin embargo, en el momento de su re-bautismo, él estaba en estrecha comunión con las Asambleas de Dios.



Las Asambleas de Dios



Las Asambleas de Dios fue organizada en una convención realizada entre el 2 al 14 de abril de 1914, en Hot Springs, Arkansas. (La conferencia terminó un día antes de que Ewart y Cook se rebautizaran entre sí). Los principales impulsores fueron Howard Goss y Eudorus N. Bell. La necesidad de establecer esta organización, surgió a partir de dos factores principales: la desaparición de la organización de Parham, particularmente en el sur, y la falta de una organización que abrazara la doctrina de la obra completa.



Parece que el catalizador principal para la formación de la nueva organización fue Howard Goss, quien pastoreaba en Hot Springs en ese momento. Anteriormente había sido el director de la obra en Texas bajo Parham, pero él y la mayoría de los obreros en Texas y Arkansas habían roto con Parham por las acusaciones de mala conducta de Parham, y habían aceptado la enseñanza de Durham de la obra completa.

 

Howard Goss (1883-1964)



En 1910, Goss había recibido permiso de C. H. Mason para utilizar el nombre de su organización -La Iglesia Dios en Cristo- para emitir credenciales a los ministros de raza blanca y para obtener descuentos que el ferrocarril daba al clero. Mason no ejerció autoridad sobre ellos, y ellos no se adhirieron a su doctrina de la santificación como una segunda obra de gracia. Por otra parte, al parecer no realizaron muchos trabajos en conjunto. 



Otra asociación ministerial independiente se había formado en 1909 en Dothan, Alabama, promovida por H. G. Rodgers. Ellos eligieron el nombre de Iglesia de Dios, sin darse cuenta de que una organización pentecostal pre-existente, estaba usando el mismo nombre. Se unieron al grupo de Goss en 1913. Al combinar la lista de ministros su número fue de 352, pero el grupo no funcionó como una verdadera organización.



Goss comenzó a ver la necesidad de una organización activa que examinara las calificaciones ministeriales, protegiera a las iglesias de los charlatanes y los alborotadores, y promoviera los esfuerzos misioneros. Se acercó a E. N. Bell (1866-1923) con sus pensamientos. Bell era un ministro de más edad que había estado en un seminario y había pastoreado en iglesias bautistas durante diecisiete años antes de entrar en el Movimiento pentecostal bajo Durham. Él era pastor en Malvern, Arkansas, y un editor influyente con su publicación mensual, Palabra y Testimonio. La mayoría de los obreros del sur que habían dejado a Parham todavía eran muy jóvenes -Goss mismo estaba por los treinta años- y había aceptado la doctrina de Durham, por lo que naturalmente pensó en Bell para el liderazgo.



Bell también vio la necesidad de la organización, y utilizó su papel en anunciar un "Concilio General" para promover la declaración de cinco objetivos: la unidad, la estabilización, la promoción de las misiones, la obtención de una personalidad jurídica, y el establecimiento de escuelas y publicaciones. Bell y Goss hicieron el llamado inicial para la organización. Pronto fueron acompañados por Daniel C. O. Opperman (1872-1926), Mack M. Pinson y Arch P. Collins. Opperman había sido el superintendente del alto sistema escolar de Zion. Después de recibir el Espíritu Santo en la obra de Parham, se convirtió en uno de los principales educadores pentecostales, llevando a cabo escuelas bíblicas a corto plazo para los obreros. Los cinco hombres que emitieron el llamado para una nueva organización se asociaron con el ala autónoma de blancos de la Iglesia de Dios en Cristo.



Más de 300 personas asistieron a esta primera reunión, con 128 registrados como ministros y misioneros. Votaron a favor de formar una organización y eligieron como su nombre oficial el Concilio General de las Asambleas de Dios. Bell fue elegido como presidente general, un título que más tarde fue llamado superintendente general. J. Roswell Flower (1888-1970) se convirtió en el primer secretario-tesorero. Nacido en Canadá, fue un converso de la Alianza Cristiana y Misionera, que pastoreaba una pequeña iglesia en Indianápolis y publicó un semanario, El Evangelio Cristiano. Los dos cargos de Bell y Flower se convirtieron en los órganos oficiales, con Bell como el editor.



Los primeros presbíteros ejecutivos, algunos electos y algunos designados más tarde por los elegidos, fueron Bell, Collins, R. L. Erickson, Flower, Cyrus B. Fockler, Goss, Daniel W. Kerr, Thomas K. Leonard, Opperman, Pinson, John C. Sinclair y John W. Welch. Los ministros reunidos acordaron no tener ningún credo sino confiar en la Biblia, pero su objetivo era crear una organización para los pentecostales de la obra completa.

El primer Prebisterio Ejecutivo de las Asambleas de Dios, Hot Springs, Arkansas, Abril 1914. Sentados (de Izquierda a Dercha): T.K. Leonard, E.N. Bell, Cyrus Fockler. De pie (de Izquierda a Derecha): J.W. Welch, J. Roswell Flower, D.C.O. Opperman, Howard A. Goss, y M.M. Pinson.

En el otoño de 1914, la nueva organización llevó a cabo su primera reunión ordinaria, que fue su segundo concilio general. Collins sustituyó a Bell como presidente, Opperman se convirtió en el primer presidente asistente, y Bennett F. Lawrence (1890 -?) se convirtió en el primer asistente del secretario.

Rebautismo de Líderes

Casi inmediatamente, la nueva organización enfrentó el tema del bautismo en agua en el nombre de Jesucristo. Muchos de los ministros prominentes fueron bautizados en el nombre de Jesús. Al principio, los líderes de las Asambleas de Dios se opusieron a esta enseñanza, en particular Bell, Goss y Flower.

En julio de 1915, un acontecimiento dramático se produjo en el tercer campamento de las Asambleas de Dios en Jackson, Tennessee. El pastor anfitrión fue H. G. Rodgers, y Bell dirigió el campamento. Eligieron a L. V. Roberts de Indianápolis como el orador principal. Después de que él predicó su primer sermón, que se basó en Hechos 2:38, tanto Rodgers como Bell, fueron bautizados en el nombre de Jesús.

En agosto de 1915, L. C. Hall (1867 -?) predicó en un campamento en Little Rock, Arkansas. Él se había convertido en Dowie Ciudad de Zion, y había sido recientemente bautizado en el nombre de Jesús, por lo cual predicó este mensaje. Bell realizó los bautismos y bautizó a Goss. Aunque Parham había bautizado a Goss en el nombre de Jesús hacía doce años, ninguno de los dos había asociado el significado doctrinal de la fórmula, y Goss se quería identificar claramente con la doctrina del Nombre de Jesús. Hall también llevó el bautismo del nombre de Jesús al este de Texas, bautizando a Harvey Shearer y a otros.

Por este tiempo, otros dos directivos de las Asambleas de Dios, Lawrence y Opperman, fueron bautizados en el nombre de Jesús. Opperman comenzó a defender el mensaje en su periódico, La Bendita Verdad.

Luego, Hall llevó a cabo una campaña en Ontario, Canadá, en noviembre de 1915 con George Chambers que dio lugar a que cientos se rebautizaran en el nombre de Jesús. Por este mismo tiempo, G. T. Haywood predicó a R. E. McAlister en Ottawa y lo rebautizó junto con muchos otros. Casi todos los líderes pentecostales de Canadá aceptaron el mensaje del nombre de Jesús, incluyendo a A. H. Argue, George Chambers, R. E. McAlister y Frank Small.

En una conferencia bíblica de treinta días en Elton, Louisiana, que inicio el 15 de diciembre de 1915, Harvey Shearer (el presidente de la conferencia) y Howard Goss proclamaron la enseñanza de la Unicidad en ese Estado. Todos menos un ministro de los asistentes aceptaron el bautismo en el nombre de Jesús, incluyendo a Robert LaFleur y Oliver Fauss. Según las notas que tomó Fauss, los líderes de la conferencia enseñaron "la unicidad de Dios en Cristo" en lugar de "tres personas en la Divinidad" y enseñaron que "Hechos 2:38 es el plan de Dios para salvación". [73] Todos los doce ministros de las Asambleas de Dios en Louisiana, abrazaron el mensaje del nombre de Jesús.

En resumen, en un lapso de dos años después de que Ewart y Cook se rebautizaran el uno al otro, muchos de los tempranos líderes pentecostales fueron bautizados en el nombre de Jesús. Algunos simplemente actuaron en obediencia al patrón apostólico, pero no adoptaron plenamente la doctrina de la Unicidad, o la adoptaron por poco tiempo. Sin embargo, muchos aceptaron tanto el bautismo en el nombre de Jesús como la doctrina de la Unicidad. En adición a Argue, Madre Barnes, Bell, Chambers, Cook, Ewart, Goss, Hall, Haywood, Lawrence, McAlister, Madre Moise, Opperman, Roberts, Rodgers, Shearer y Small, los primeros líderes pentecostales que aceptaron el bautismo en el nombre de Jesús incluyen a Frank Bartleman, William Booth-Clibborn (nieto del fundador del Ejército de Salvación), Frank y Elizabeth Gray (misioneros para el Japón), Elmer K. Fisher, Thoro Harris (compositor de canciones), S. C. McClain, Aimee Semple McPherson, C. H. Mason (pero solo hasta 1930), Harry Morse, F. S. Ramsay (misionero para la China), R. J. Scott, George B. Studd, Harry Van Loon, y Maria Woodworth-Etter. [74] (Véase el Apéndice B para una descripción de la mayoría de estos líderes). Por esto los historiadores trinitarios señalan que el mensaje del Nombre de Jesús estuvo a punto de barrer las Asambleas de Dios.

La Controversia en las Asambleas de Dios

Mientras tanto, el tercer concilio general de las Asambleas de Dios se celebró en octubre de 1915 en San Luis. Con la aprobación de algunos presbíteros ejecutivos, J. R. Flower, el secretario-tesorero, convocó a la reunión específicamente para suprimir la llamada Nueva Cuestión. Collins, el presidente, y Opperman, el presidente auxiliar, no querían hacerlo y llegaron tarde. En su ausencia, Flower se hizo cargo y pidió a J. W. Welch (1858-1939) que presidiera la reunión.

Alrededor de un centenar de ministros estuvieron presentes, y se organizó un debate. E. Bell N. y G. T. Haywood presentaron el caso del bautismo en el nombre de Jesús. Collins y Jacob Miller hablaron en nombre de la fórmula trinitaria tradicional. William Schell estaba previsto inicialmente en lugar de Miller, pero él estaba dispuesto a hablar sobre historia de la iglesia, por lo cual se retiró cuando se enteró de que el debate debía limitarse a la Escritura. [75] Al día siguiente, sin embargo, le fue permitido hablar durante dos horas sobre "la fórmula bautismal propuesta por los Padres [post-] Apostólicos" [76].

La conferencia decidió que no se podía concluir sobre cual fórmula bautismal era aceptable, pues se necesitaba más tiempo para orar y estudiar el tema. A continuación, se recomendó una solución de compromiso para la fórmula: "La sustitución del nombre de "Jesucristo" por la palabra "Hijo" (Mateo 28:19) con el fin de armonizar a Mateo 28:19 con el libro de los Hechos (Hechos 2:38; 8:16; 10:48, 19:5), y como una fórmula, sería preferible usar cualquier pasaje sin excluir a los demás". [77] 

A pesar de la voluntad declarada para continuar este debate y deliberación, la conferencia eligió a trinitarios en todas las posiciones de dirección y removieron a todos los que habían aceptado el bautismo en el nombre de Jesús o que tenían una actitud conciliadora hacia él. Bell, Collins, Goss, Lawrence y Opperman, todos perdieron sus posiciones. Welch sustituiría a Collins como presidente.

Durante 1916, los dirigentes de las Asambleas de Dios lucharon fuertemente contra el mensaje de la Unicidad. La oposición de Flower fue la más decisiva de todas. De un estudio de historia de la iglesia, llegó a la conclusión de que la enseñanza de la Unicidad era esencialmente un renacimiento del Monarquianismo Modalista o Modalismo, al que la iglesia de la corriente principal de los siglos tercero y cuarto había considerado herejía. Sostuvo que si las Asambleas de Dios adoptaban esta posición, sería romper la comunión con el cristianismo histórico y contemporáneo.  Aunque ambas partes apelaron a la Escritura, para muchas personas la prueba definitiva fue el veredicto de la tradición.

Uno de los logros más significativos de Flower fue el de influir sobre Bell para hacerlo cambiar de bando apoyando de nuevo el bautismo trinitario. Bell nunca negó el bautismo en el nombre de Jesús como tal, pero reprimió su práctica de bautizar en el nombre de Jesús, por el bien de la unidad y la comunión continua con las Asambleas de Dios. Eventualmente denunció la doctrina de la Unicidad.

Welch anunció que el concilio general de 1916 decidiría la cuestión. El cuarto concilio general de la Asambleas de Dios se convocó para octubre 1 al 7 de 1916, en San Luis. La dirección nombró una comisión para escribir una declaración doctrinal, a pesar de que dos años antes la conferencia de la organización había votado sobre no adoptar esa declaración. El comité estuvo integrado por D. W. Kerr, T. K. Leonard, S. A. Jameson, Stanley H. Frodsham, y E. N. Bell. Bell era el único que había sido bautizado en el nombre de Jesús, los otros eran firmemente trinitarios. Al parecer, Bell fue colocado en el comité por su gran influencia y también por haberse restablecido firmemente en el campo trinitario.

Kerr (1856-1927), un exministro de la Alianza Cristiana y Misionera, era el más preparado y tuvo la mayor influencia en el comité. Había estudiado el tema a fondo ya que había replicado la posición de la Unicidad. Fue el principal autor del documento en el que el Comité formuló la "Declaración de verdades fundamentales", que consistía de diecisiete puntos. La declaración defendió con firmeza el trinitarismo -algunos dirían casi triteísmo- y expresamente denunció a la doctrina de la Unicidad en una serie de puntos. (Véase el capítulo 5).

Un fuerte debate se produjo. En una entrevista personal, Carl M. O'Guin, el último participante sobreviviente, dio la siguiente descripción de la reunión. O'Guin tenía veinte años de edad en ese momento. Él vivía con Welch y apoyó la posición trinitaria. Más tarde se convirtió en un superintendente de distrito de las Asambleas de Dios. [78]

Según O'Guin, los líderes más influyentes de las Asambleas de Dios en ese momento eran Bell, Goss, Kerr, Opperman y Welch. Con mucho, Bell fue el más respetado. Sobre el tema del nombre de Jesús, su opinión fue especialmente importante, pero los otros cuatro líderes mencionados estaban divididos en partes iguales entre los decididamente trinitarios (Kerr, Welch) y los decididos creyentes en la Unicidad (Goss, Opperman). 

En el debate, los principales defensores del trinitarismo fueron Kerr, Leonard, Pinson y Welch, mientras que los principales defensores de la Unicidad eran Ewart, Goss y Haywood. Ewart y Haywood no eran miembros oficiales de las Asambleas de Dios, pero se les dio el privilegio de hablar debido a su estrecha comunión y su influencia significativa. J. R. Flower tuvo un papel secundario en el debate, pues él sólo tenía 28 años en ese momento. 

O'Guin estima que alrededor de ochenta ministros estuvieron presentes, de los cuales unos quince o veinte habían sido rebautizados en el nombre de Jesús. [79] Con la excepción de unos pocos líderes, la mayoría de estos hombres eran muy jóvenes. Muchos de los predicadores no habían tomado todavía su decisión sobre el tema, y la posición de los líderes fue el factor decisivo para algunos. La mayoría de ellos no catalogó al mensaje del nombre de Jesús como una herejía.

En opinión de O'Guin, Kerr fue "severo, estricto e intolerante" y Leonard fue el polemista más eficaz. Leonard (1861-1946) fue el hombre que sugirió en un principio el nombre de Asambleas de Dios y fue el autor principal de la primera constitución, que él consideró que había sido inspirada por Dios. O'Guin dijo que era "un ingenioso irlandés, una ley en sí mismo" y nadie podía controlarlo. Él tomó una posición dura, sin querer comprometerse con cualquier cosa que no fuera un ultimátum para que la gente del nombre de Jesús aceptara el trinitarismo total o se retiraran. Como O'Guin recordó, la mayoría de los ministros no estaban muy de acuerdo con esta postura de línea dura, pero no tuvieron el valor para oponerse a Leonard. O'Guin concluyó que la decisión fue demasiado precipitada. Él dijo: "Si hubiéramos tomado una actitud humilde y hubiéramos esperado en el Señor, yo creo que Dios habría resuelto el problema sin división". 

O'Guin recordó que especialmente Leonard, contraria a la actitud de Haywood, se alegró por tener la oportunidad de "despreciarlo". Está bien documentado que durante el debate, Leonard habló de la gente de la Unicidad como "heno, madera y paja", obviamente en alusión a G. T. Haywood, así como a 1. Corintios 3:12. También dijo que estaban en el desierto y tenían "una voz en el desierto", en referencia al periódico de Haywood, La Voz en el Desierto[80] 

Al final, la conferencia adoptó la declaración trinitaria. También votó a favor de exigir que las palabras de Mateo 28:19 se incorporarán en la fórmula bautismal. Los ministros de la Unicidad no tenían otra alternativa que abandonar aquella organización. Al salir de la sala de conferencias para discutir sus opciones, oyeron que la asamblea cantaba: "Santo, santo, santo, Señor Dios Omnipotente, Bendita Trinidad". Como resultado de esta conferencia, 156 de 585 ministros se retiraron de las Asambleas de Dios, lo cual era una cuarta parte del total. Es de suponer que casi todos ellos fueron de la Unicidad, aunque también hubo algunos cuantos que se opusieron a la adopción de una declaración de fe y consideraron que el manejo de la controversia fue demasiado duro.

Robert Mapes Anderson, un historiador no pentecostal, concluyó que la doctrina no fue el único factor en la dramática reorganización de las jóvenes Asambleas de Dios en 1915 – 1916, pues también se halló envuelta una lucha de poder. [81] Señaló que los seis hombres más influyentes en la formación de la Asambleas de Dios en 1914,  Bell, Goss, Opperman, Collins, Pinson y Rodgers, todos eran del sur, y habían estado asociados con el ala blanca de la Iglesia de Dios en Cristo. Todos ellos perdieron sus posiciones. Los hombres que llegaron al poder durante este tiempo –Flower, Welch, Kerr y Leonard- eran de la parte superior del medio oeste y del noreste. Flower, Welch y Kerr, habían pertenecido anteriormente a la Alianza Cristiana y Misionera (Welch y Kerr fueron exdirecitvos de la Alianza), y Leonard había pertenecido a la Iglesia Cristiana.

Anderson también planteó la cuestión de si el racismo desempeñó algún papel, particularmente a la luz de la animosidad de Leonard contra Haywood. Prácticamente todos los negros de la Obra Completa admiraban el liderazgo de Haywood, así que por la decisión de 1916, las Asambleas de Dios se convirtieron en "una denominación  ‘blanca’", y los pentecostales de la Unicidad se convirtieron en el ala biracial del movimiento pentecostal. [82] 

Los que se quedaron

Algunos de los ministros que fueron bautizados en el nombre de Jesús, simplemente actuaron en obediencia a la estructura apostólica pero nunca adoptaron la posición de la Unicidad. Sin embargo, como es indicado por los comentarios de Frank Small y por las notas de Oliver Fauss en la Conferencia bíblica de Elton, la mayoría de las personas asociaron su rebautismo con un nuevo entendimiento de la plena Deidad de Jesucristo y la Unicidad de Dios, en contraste con el trinitarismo tradicional. Algunas de estas personas se apartaron de su nueva creencia y práctica cuando llegó la oposición. Los ministros que nunca se apartaron por completo del trinitarismo, o que en última instancia, volvieron de nuevo al trinitarismo, incluyen a A. H. Argue, E. N. Bell, George Chambers, Elmer Fisher, R. E. McAlister, Aimee Semple McPherson, L. V. Roberts y Maria Woodworth-Etter.

Más tarde, las personas tendieron a minimizar el grado que alcanzaron cuando habían abrazado la doctrina de la Unicidad. Sin embargo, muchos de los testimonios de la época, revelan un profundo despertar espiritual y teológico cuando fueron bautizados en el nombre de Jesús.

Por ejemplo, más tarde R. E. McAlister se convirtió en un fuerte oponente del mensaje de la Unicidad en Canadá. Sin embargo, cuando había sido bautizado, él escribió, "he tenido una revelación para mi alma de un solo Dios en tres manifestaciones. ¡Cómo mi corazón se derritió en su presencia! Yo sólo podía llorar y llorar". [83] 

La deserción más significativa de alguien que fue bautizado en el nombre de Jesús para volver al bautismo trinitario, fue la de E. N. Bell. Los historiadores trinitarios comúnmente han declarado que Bell nunca aceptó el mensaje de la Unicidad sino que simplemente fue bautizado para seguir el libro de los Hechos. Algunos han atribuido su bautismo en el nombre de Jesús a las presiones sicológicas, tales como el cansancio, el exceso de trabajo y el miedo al fracaso. Sin embargo, un cuidadoso estudio de su testimonio, revela que hizo hincapié en temas clásicos de la Unicidad, a pesar de que retuvo alguna terminología trinitaria. Si hubiese permanecido fiel a su nuevo conocimiento, habría sin duda alcanzado el punto consistente de la Unicidad.

En 1915, Bell dio tres razones por las que fue bautizado en el nombre de Jesús. [84] En primer lugar, había tenido dudas sobre su anterior bautismo en agua desde que recibió el Espíritu Santo, y él creía que iba a "agradar a Dios al ser ahora sepultado con él en el bautismo". Fue una cuestión de conciencia, un asunto sobre el que Dios había estado tratando con él durante mucho tiempo.

En segundo lugar, antes de la reunión en la que fue bautizado, Dios trató específicamente con él. No podía predicar sobre cualquier otro tema: "Dios se llevó todos los otros mensajes hasta que le obedeciera".

En tercer lugar, se dio cuenta de que los apóstoles enseñaron y practicaron el bautismo en el nombre del Señor Jesucristo. Fue el modelo apostólico, por lo que necesitaba seguirlo.

En su primer artículo escrito después de haber sido bautizado en el nombre de Jesús, que fue publicado en agosto de 1915, Bell describió su nueva experiencia espiritual y comprensión teológica. El artículo, titulado "¿Quién es Jesucristo?", comienza de la siguiente manera: [85] 

La visión pérdida sobre Cristo siendo redescubierta como el Jehová del Antiguo Testamento y el Dios verdadero del Nuevo Testamento. Una revelación de Cristo como el Dios fuerte que he recibido.

Hoy quiero dar las gracias a Dios, por hablar acerca del bautismo en agua en el nombre de Jesucristo, porque ha demostrado ser el medio por el que he descubierto más poderosamente a Cristo que nunca antes. El bautismo en agua que trata sobre el nombre de Cristo, por sí solo parece ser una cuestión relativamente pequeña y mansa. Al principio, así me parecía a mí y a muchos otros, y parece que todavía a algunos, porque no han visto lo que es participar de él y no tienen la visión apostólica completa de Cristo Jesús como Señor o Jehová. La cuestión del bautismo es sólo un engranaje en la rueda que se despliega hasta su visión jubilosa y más gloriosa en la que alguna vez usted verá a Cristo, si usted lo permite, al comenzar a caminar en la luz al obedecerle.

Puedo decir hoy, ante Dios y ante los hombres, que su alegría está rodando en mi alma como nunca antes. Como ya he de escribir, su gloria convulsiona mi cuerpo físico entero, y tengo que parar de vez en cuando y decir, "Gloria", o "Oh, gloria", para dejar escapar algo de ella. Antenoche cuando estaba acostado en mi cama, oí en el Espíritu la más dulce, la canción más emocionante del alma en el maravilloso nombre de Jesús que he oído desde que nací. Si la gente supiera lo que Dios puso en mi alma por la nueva visión de Jesús y las maravillas escondidas en su poderoso y glorioso nombre, se sentirían movidos a ser bautizados en el nombre del Señor Jesucristo, y comenzarían a gritar y me ayudarían a alabar al Cordero que fue inmolado, que ahora está comenzando a recibir algo de honor y alabanza, pero que finalmente hará que el universo entero -mar, tierra y cielo, repercutan con alabanza universal y honor a su gran nombre. ¡Aleluya a su nombre para siempre! 

Los títulos de las secciones del resto del artículo son los siguientes: "Jesús es Jehová. Él es Dios Eterno y el Creador. Él es el Dios Fuerte. Jesús es el Dios Verdadero. Él es Emmanuel – Dios con nosotros. Él es el Señor de Señores. Él es Uno con el Padre. Trinidad, Todo Dios en Cristo, El Nombre del Padre Tiene en Cuenta el Nombre de Jesús, La visión Real de Jesús que fue Perdida".

En el artículo, Bell cita a Colosenses 2:9, entonces trata sobre la trinidad, y concluye lo siguiente:

Ahora bien, es una maravilla cómo Él [Jesús] puede ser Dios, o Dios puede morar en Él. Es más sorprendente que toda la "Divinidad" habita en Él. Todavía es más grande que la plenitud de la Deidad mora en Él; y una maravilla de maravillas como toda la plenitud de Dios está en Jesús. Pero todo esto es declarado de nuestro  glorioso Cristo.

No tenga miedo de que el Padre y el Espíritu Santo vayan a quedar excluidos. Nosotros creemos en Dios el Padre y en el bendito Espíritu Santo. Puede esperar que continuemos hablando de ambos, al igual que los Apóstoles lo hicieron en el Nuevo Testamento, cuando la ocasión lo requiera y cuando  sea nuestro tema, pero ahora nuestro tema es el Cristo maravilloso.

No es razonable, ampliando nuestro entendimiento de Jesús como Señor, que esperen que nosotros nos detengamos y desconcertemos a nuestros lectores con los misterios griegos sobre la Trinidad. De todos modos, algunos, incluso después de años de estudio sobre la Trinidad, saben mucho más sobre esto que cuando empezaron… Así que no deje que nadie le haga entrar en la histeria sobre el misterio de la Trinidad mientras que al mismo tiempo usted puede estar descuidando la exaltación a Jesucristo. Nunca supe de nadie que se haya salvado por un estudio de la Trinidad, pero sí por exaltar a Jesucristo como el Señor poderoso, capaz de salvar hasta lo último, y traer esta gran salvación sobre miles y miles de personas… 

La Deidad entera, en toda su plenitud, está en Jesús. Por lo tanto, el bautismo en el nombre de Jesús era la costumbre apostólica en todas partes… 

Todos pueden bautizar con la frase de Mateo 28:19 si se sienten conducidos, y los amaré y tendré compañerismo con ellos, pero personalmente, con mi luz presente, no puedo hacerlo más a conciencia. Prefiero utilizar el verdadero nombre común para ambos el Padre y el Hijo, tal como el Señor me mandó a bautizar en "El Nombre", no en una frase que no es ningún nombre propio. Señor, ayuda a los queridos hermanos a ver que el padre y el Hijo, no son de ninguna manera nombres propios.

Reconociendo que la plenitud de la Deidad estuvo siempre presente en Jesús, los Apóstoles bautizaron ya sea en una parte o en la totalidad de su nombre, a veces Jesucristo, en otras veces, Señor, o Señor Jesús. (Vea Hechos 2:38; 8:16; 10:44; 19:5), pero nunca hay una pista, desde el primer sermón de Pentecostés hasta la muerte del último Apóstol, en la que ellos hubieran entendido que Jesús los mandó a utilizar la frase de Mateo 28:19 en lugar del nombre. Pero cuando la Iglesia perdió el secreto de este nombre, comenzó a caer en el liberalismo y en el formalismo, sin comprender el verdadero significado y la intención de las fórmulas que estaban utilizando. Ahora bien, Dios está restaurando la visión espiritual del poderoso Jehová- Cristo, las maravillas de su nombre, y cada día Cristo se hace más grande y más glorioso a nuestra visión.

Oh, de gracias a Dios siempre por esto. Bueno, tenemos que parar, pero acabamos de comenzar con este gran tema sobre quién es Jesucristo.

Es asombroso que alguien con este discernimiento se suprimiera de esta experiencia y tan glorioso mensaje, por el bien de la comunión. Sin embargo, eso fue lo que hizo Bell. En 1920 él fue elegido por segunda vez como presidente general de las Asambleas de Dios, cargo que ocupó hasta su muerte en 1923.

Debemos señalar también que algunos ministros que se apartaron para el círculo de la Unicidad, tarde o temprano tuvieron una base más amplia de comunión y ministerio. Ellos mantuvieron o renovaron su comunión con los trinitarios y condujeron su posterior ministerio entre ellos, pero nunca renunciaron a la doctrina de la Unicidad. Como ejemplo tenemos a William Booth-Clibborn, L. C. Hall, y H. G. Rodgers.  

Conclusiones

El mensaje de la Unicidad no fue ninguna aberración, sino una desarrollo lógico y bíblico entre los primeros pentecostales, dado su impulso restauracionista, el énfasis en la Escritura y la buena voluntad de evaluar y abandonar la tradición doctrinal. Desde el mismo comienzo del Movimiento Pentecostal, algunas personas bautizaban en el nombre de Jesús, incluyendo al propio Charles Parham. Muy pronto,  algunos como Andrew Urshan y Frank Ewart, reconsideraron su comprensión sobre la doctrina de Dios. Los ministerios de Parham, William Seymour, y sobre todo de William Durham, prepararon el camino para el mensaje el nombre de Jesús, y este punto será aún más evidente a medida que se discute la doctrina de la salvación en el capítulo 4. Como veremos, en la formulación y exposición de su doctrina, la gente de la Unicidad empleó conceptos claves, frases y pasajes de la Escritura que ya estaban en uso. Por ejemplo, a principios, predicadores como Parham y Durham ya habían llamado la atención sobre Hechos 2:38, y el movimiento de la Unicidad amplió aquel énfasis.

Al igual que con el movimiento pentecostal en general, sería un error identificar a una persona como el fundador del Movimiento de la Unicidad. Más que cualquier otra persona, Frank Ewart fue el responsable de la formulación teológica de la opinión de la Unicidad de la Deidad. Sin embargo, seríamos negligentes al desconocer el papel que otros ejercieron desde el principio, como R. E. McAlister que contribuyó al discernimiento crucial de que los apóstoles siempre bautizaron en el nombre de Jesús, entrando él y Ewart a  examinar durante meses las cuestiones doctrinales relacionadas. John Schaepe fue un catalizador con su visión sobre el poder del nombre de Jesús. Frank Small fue el primero en actuar sobre el nuevo discernimiento, al bautizar a los conversos en el nombre de Jesús. Glenn Cook jugó un papel decisivo en discutir la doctrina con Ewart en forma conjunta, tomando el paso decisivo del rebautismo, y llevando el mensaje a otros líderes. Otros varios pensadores claves, comenzaron a contribuir con ideas importantes casi de inmediato, en particular G. T. Haywood y en pocos años Andrew Urshan.

Los defensores del mensaje de la Unicidad vinieron desde las primeras filas de los líderes pentecostales, entre ellos uno de los primeros convertidos bajo Parham y uno de sus colaboradores más cercanos (Howard Goss), uno de los pastores asistentes de Seymour a tiempo completo en la Calle Azusa (Cook), y el sucesor de Durham (Ewart). Muchos de los fundadores de las Asambleas de Dios y de las Asambleas Pentecostales de Canadá aceptaron el mensaje de la Unicidad en su totalidad o en parte. De hecho, el primer superintendente general (o su equivalente) de las cuatro principales organizaciones trinitarias pentecostales fueron bautizados en el nombre de Jesús: Las Asambleas de Dios (E. N. Bell), la Asambleas Pentecostales de Canadá (George Chambers), La Iglesia Internacional del Evangelio Cuadrangular (Aimee Semple McPherson), y La Iglesia de Dios en Cristo (C. H. Mason). Claramente, los Pentecostales de la Unicidad eran Pentecostales Clásicos y no vástagos posteriores.

Como resultado de las controversias sobre la santificación y la Unicidad de Dios, a finales de 1916 el Movimiento Pentecostal se dividió en tres formas. En los capítulos 4 y 5, se trazará con mayor extensión los acontecimientos organizacionales, examinaremos las posiciones doctrinales, y trazaremos conclusiones, prestando especial atención al Movimiento Pentecostal de la Unicidad en el capítulo 4. 

Referencias

[60] David Reed, Orígenes y Desarrollo de la Teología de la Unicidad Pentecostal en los Estados Unidos (Ann Arbor, MI: University Microfilms International, 1978), 27-45.
[61] Edith Blumhofer, Las Asambleas de Dios: Un Capítulo en la Historia del Pentecostalismo Americano (Springfield, MO: Gospel Publishing House, 1989) 1:238.
[62] Walter J. Hollenweger, Los Pentecostales (Peabody, MA: Hendrickson Publishers, 1972), 311-12.
[63] Blumhofer, Historia, 30-31.
[64] Gary B. McGee, Entrevista Personal, Dallas, TX, 9 November 1990.
[65] Andrew Urshan, La Vida de Andrew Bar David Urshan (Portland, OR: Apostolic Book Publishers, 1967), 91, 99-102.
[66] Ewart, Fenómeno, 106.
[67] Reed, Orígenes, 159.
[68] Ídem., 118.
[69] Franklin Small, Aguas de Vida, citadas por Ewart, Fenómeno, 141-42.
[70] Ewart, Fenómeno, 112-13.
[71] Ídem., 127.
[72] Ver Anderson, 177; Talmadge L. French, “Pentecostalismo de la Unicidad en una perspectiva global: El Crecimiento Mundial y la Expansión Organizacional del movimiento Pentecostal de la Unicidad en Contexto Histórico y Teológico” (M.A. thesis, Wheaton College Graduate School, Wheaton, IL, 1998), 39.
[73] Oliver F. Fauss, Que ha Obrado Dios: Las Obras Completas de O. F. Fauss (Hazelwood, MO: Word Aflame Press, 1985), 181-82.
[74] Ver Ewart, Fenómeno, 117, 142-43, 195; Hollenweger, Pentecostales, 32, 43 n. 21; y varios artículos en Burgess et al., eds., Diccionario. La evidencia para el rebautismo de C. H. Mason es anecdótica; pero es extensamente declarada en los círculos apostólicos de negros, incluyendo las Asambleas Pentecostales del Mundo y la Iglesia Pentecostal de la Fe Apostólica. Ver Tinney, in Gill, 61, 66. Según Robert Spellman, historiador de la Iglesia de Nuestro Señor Jesucristo de la Fe Apostólica, Mason fue bautizado en 1930 o 1931 en Chicago. Cuando los líderes que estaban bajo él no aceptaron el mensaje, él no lo proclamó, pero se quedó con su organización. Robert Spellman, entrevista telefónica, 22 de enero de 1999.
[75] Carl O’Guin, Entrevista Personal con J. L. Hall y David Bernard, Granite City, Illinois, 18 de Diciembre de 1987.
[76] Las Actas del Concilio General de las Asambleas de Dios (1915), 7.
[77] Ídem. De modo interesante, Justino Mártir abogó por la misma fórmula en el segundo siglo después de Cristo. Parece que él endosó esta fórmula transitoria que condujo a la Iglesia desde su bautismo original únicamente en el nombre de Jesús, hasta el bautismo en el nombre del Padre, del Hijo, y del Espíritu Santo. 
[78] O’Guin. Entrevista, 1987. Eventualmente él se unió a la Iglesia Pentecostal de Dios y sirvió como pastor del Tabernáculo Trinitario en Madison, Illinois. Él es el autor de Ayudas para Ocasiones Especiales (Grand Rapids: Baker, 1965).
[79] Las Actas de 1916 contienen el registro de asistentes a la reunión. Esta consiste de 67 personas que sostuvieron credenciales y 13 que no las tenían, pero les concedieron el “privilegio de entrar”. Unos ministros de la Unicidad aparecen en este listado, pero los demás no están, incluyendo a Ewart, Goss, Haywood, y Opperman. Aparentemente, por haberse retirado no fueron incluidos. Las Actas del Concilio General de las Asambleas de Dios (1916), 15-16.
[80] Foster, 115.
[81] Anderson, 183-84.
[82] Ídem., 189-91.
[83] Ewart, Fenómeno, 192.
[84] Reed, Orígenes, 122-23, citando artículos en Evangelio Semanal y Palabra y Testimonio, ambas publicaciones oficiales de las Asambleas de Dios en ese entonces.
[85] Publicado en Oliver F. Fauss, Compra la Verdad y no la Vendas. (1965), reimpreso en Fauss,Que ha Obrado Dios, 165-74.

 

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