Por David K. Bernard.
Tomado del Libro Historia de la Doctrina Cristiana Volumen 3, págs. 252-260
William Marrion Branham (1.909-1.965), fue quien marcó la pauta del reavivamiento del ministerio de sanidad después de la segunda guerra mundial. Siendo joven, Branham recibió una sanidad personal y se convirtió en un predicador bautista independiente. Más tarde, recibió el Espíritu Santo y se convirtió en un pentecostal. También aceptó el bautismo en agua en el nombre de Jesucristo y adoptó una visión no trinitaria, la Unicidad de la Deidad. [272] Él predicó en iglesias trinitarias y de la Unicidad, pero se mantuvo independiente.
Branham dijo que había recibido visitas de Dios cuando tenía entre tres y siete años. Luego, en 1.946, declaró que un ángel lo visitó y le anunció que Dios le daba el don de la sanidad divina. Dijo que desde aquel momento en adelante, ese ángel fue su guía. Como prueba, los seguidores de Branham muestran una fotografía de 1.950, donde Branham se encuentra predicando en Houston. Por encima de su cabeza hay algo que parece ser un halo o destello de luz.
Branham comenzó sus campañas de sanidad en 1.946, y los resultados fueron sorprendentes. En su apogeo, llenó los más grandes auditorios y estadios del mundo. Tal vez el milagro más sobresaliente y ampliamente atestiguado ocurrió en 1.951. William Upshaw, un congresista de California, Estados Unidos, que estaba paralizado desde hacía muchos años, fue sanado en una de las campañas de Branham. Este notable caso de Branham lo catapultó a la fama internacional.
Branham tenía una rara habilidad para discernir las enfermedades de la gente. Las hacía venir de entre su audiencia, revelaba detalles acerca de ellos, les despertaba la fe y oraba por su sanidad. Muchas personas fueron sanadas. Walter Hollenweger, quien más tarde se convirtió en el secretario de evangelismo del Concilio Mundial de Iglesias, dio la siguiente descripción y análisis:
“El ángel le daba señales para ayudarle en su tarea. La más importante fue la capacidad de Branham de identificar con una precisión asombrosa la enfermedad, y a menudo también los pecados ocultos de personas a las que nunca había visto. El autor, quien conoció personalmente a Branham y le sirvió de intérprete en Zurich, no tiene conocimiento de ningún asunto en que se haya equivocado en las declaraciones detalladas que hizo a menudo. Era característico de Branham, que él susurrara ciertas revelaciones personales a los que buscaban la sanidad, de manera que no fueran transmitidas por el micrófono y reveladas a los espectadores…
Mucho de lo que se escribió sobre él en publicaciones pentecostales parece ser exagerado, pero hay un número de casos bien documentados de sanidades milagrosas…
Sin embargo, él es generosamente juzgado, al admitirse que sus sermones no eran más que simples, y muchas veces ingenuos, y que al contrario de lo que él reclamó, sólo un pequeño porcentaje de los que buscaron la sanidad, fueron de hecho curados. El pastor pentecostal Leonhard Steiner, opinó que la campaña de Branham en Zurich le dejó una opinión pobre. Él escribió que el llamado para tomar una decisión por Cristo era "preocupantemente vago. No se distinguía ningún llamado al verdadero arrepentimiento". [273]
Branham reunió un equipo administrativo de tres hombres: Jack Moore, Gordon Lindsay, y WJE "Ern" Baxter. Moore fue un pastor Pentecostal Unido de Shreveport, Louisiana, que quedó tan impresionado con Branham, al punto de que se dedicó a administrar sus campañas.
Moore estableció contacto con su amigo Gordon Lindsay, quien fue un ministro de las Asambleas de Dios que se había convertido bajo Charles Parham. Lindsay renunció a su cargo para ser administrador a tiempo completo de Branham. Él escribió un libro sobre Branham, titulado “Un hombre Enviado por Dios”, y fundó una revista llamada “La Voz de la Sanidad” para promover el ministerio de Branham. Lindsay, amplió pronto la cobertura a otros ministerios de sanidad que fueron surgiendo con rapidez, sin embargo, esto ocasionó que Branham se separara de él. En última instancia, Lindsay adoptó el nombre de Cristo para las Naciones para su ministerio, su revista y el instituto bíblico que fundó en Dallas, Texas.
Ern Baxter, fue un pentecostal independiente que viajó con Branham por un tiempo. Unos años más tarde, fue influenciado enormemente por el movimiento de la Lluvia Tardía, aunque finalmente comenzó a preocuparse por los errores de dicho movimiento. En última instancia, se unió al movimiento carismático y se convirtió en uno de los principales líderes del Movimiento de Pastoreo. (Ver el capítulo 10).
F. F. Bosworth, que había salido de las Asambleas de Dios porque rechazó la doctrina de la evidencia inicial, se unió a Branham en las campañas de 1.948 a 1.950.
La Comunión Internacional de Hombres de Negocios del Evangelio Completo, fundada en 1.951, se convirtió en un importante promotor de William Branham en los años 1.950´s y comienzos de los años 1.960´s. Branham fue amigo personal del fundador, Demos Shakarian, un Pentecostal Armeniano y líder laico de la iglesia en California.
El mensaje central de Branham fue la sanidad y la prosperidad. Durante su época de mayor popularidad, él no hizo ningún énfasis en asuntos doctrinales. Por ejemplo, él creía que todos debían ser bautizados en el nombre de Jesucristo, incluidos los que ya habían sido “bautizados” en la fórmula trinitaria, pero él no acentuó esta creencia en sus audiencias masivas. En cambio, durante ese tiempo, él ejerció la mayor parte de su ministerio entre los trinitarios.
Para las primeras tres reuniones de Branham, el predicador del mensaje de apertura fue Nathaniel Urshan, un evangelista pentecostal del nombre de Jesús, quien luego llegaría a ser superintendente general de la Iglesia Pentecostal Unida Internacional. Luego de la predicación, Branham llevó a cabo su ministerio de sanidad. Cuando Urshan proclamó el bautismo en el nombre de Jesucristo, Branham le pidió que no lo hiciera, y Urshan puso fin a su asociación con aquellas campañas. [274]
El ministerio de Branham comenzó a declinar a mediados de la década de 1.950. Tuvo graves dificultades financieras, y cuando comenzó el movimiento carismático, tuvo dificultades para adaptarse a él. Branham venía de un trasfondo rural con educación limitada, mientras que la mayoría de los carismáticos de las principales denominaciones, eran gente citadina de clase media, y Branham no tuvo mucho éxito para atraerles.
En su posterior ministerio, Branham comenzó a hacer hincapié en asuntos doctrinales, incluyendo varias creencias inusuales y aberrantes. Sus seguidores se redujeron a los que abrazaron esos puntos de vista. En particular, él enseñó lo que se conoce como la doctrina de la simiente de la serpiente. Esta doctrina afirma que el pecado original de la raza humana fue sexual. En el Jardín del Edén, Eva cometió pecado y se contaminó espiritualmente por tener relaciones sexuales con el diablo. Después de esto, Adán también fue contaminado al tener relaciones sexuales con ella. De esta manera, toda la raza humana cayó bajo el pecado y perpetuó el pecado en las generaciones futuras.
Branham sostuvo además que Eva concibió un hijo del diablo, y que este hijo era Caín. Por lo tanto, Caín y sus descendientes estaban predestinados a la condenación. Esta satánica línea de sangre, sobrevivió al diluvio, ya que una de las nueras de Noé, fue supuestamente una descendiente de Caín. Así, incluso hoy en día, algunas personas son literalmente hijos del diablo y no pueden ser salvos. Ellos serán aniquilados al final de los tiempos.
Por supuesto, nada en la Escritura enseña o implica algo parecido a la doctrina de la simiente de la serpiente. Sin embargo, Sun Myung Moon y la Iglesia de la Unificación ("la secta Moon"), promueven esencialmente ese mismo punto de vista en la actualidad.
Branham interpretó que las siete iglesias de Asia Menor de Apocalipsis 2-3, son representativas de las diversas etapas de la Historia de la Iglesia. Interpretó a cada "ángel" (que literalmente en griego significa "mensajero") de la iglesia, como un profeta de Dios, especial para cada etapa respectiva. Por ejemplo, identificó a Martín Lutero como el mensajero o profeta para la edad de la Reforma. Branham llegó a la conclusión de que sus días eran la última era de la iglesia, o la edad de Laodicea, y que él era el profeta para esa edad. De hecho, su tumba es una pirámide que enumera siete edades y siete profetas, y Branham se identifica como el profeta del tiempo del fin.
Branham dijo que los que aceptaran su mensaje, se constituirían en la novia de Cristo, y que en el tiempo del fin subirían en el Rapto. También dijo que la religión organizada es una marca de la bestia. Aunque las personas de varias denominaciones podrían ser salvas, sufrirían por la Tribulación. Branham predijo que el Milenio comenzaría en 1.977.
Branham se identificó como el Elías que habría de venir antes del día grande y terrible del Señor. (Ver Malaquías 4:5). Él dijo que esto también debería entenderse, en el sentido de que él es el ángel de Apocalipsis 10 y uno de los dos testigos de Apocalipsis 11.
Branham sostuvo que el zodíaco y las pirámides contenían mensajes ocultos de significado profético. Él se refiere al zodíaco occidental, al parecer sin saber que este sistema zodiacal es completamente diferente al zodiaco oriental. Él creyó que las dimensiones de las pirámides fueron significativas porque Dios había inspirado su construcción.
Sobre la base de su función profética, Branham abogó por lo que él llamó el ministerio de la palabra hablada. De acuerdo con este punto de vista, él predicó mensajes especiales bajo la unción de Dios, y Dios de hecho lo inspiró a hablar palabras de autoridad. Por lo tanto, aún hoy, sus seguidores estudian sus libros y cintas, creyendo que estos son el mensaje especial de Dios para esta edad. Uno de sus principales métodos de “evangelización”, es la distribución de los mensajes de Branham en forma escrita y grabada.
Branham murió el 24 de diciembre de 1.965, como resultado de las lesiones sufridas en un accidente automovilístico de unos días atrás. Sus seguidores esperaban que muy pronto él se levantaría de entre los muertos, así como los dos testigos de Apocalipsis 11, por lo que embalsamaron y refrigeraron su cuerpo, y retrasaron su funeral por un mes. Algunos inclusive, creyeron que él nació de una virgen y que era Dios encarnado. Después del servicio conmemorativo celebrado durante el 26 de enero de 1.966, los seguidores de Branham retrasaron aún más su entierro para después de la Semana Santa, con la esperanza de que se levantaría como lo hizo Jesús. Por último, sus esperanzas fueron rotas, y lo sepultaron el 11 de abril de 1.966.
En el funeral del 26 de enero en Phoenix, Arizona, el principal orador fue T. L. Osborne, un prominente evangelista según su propio juicio. Algunos de sus comentarios, demuestran la concepción inusualmente alta que los seguidores de Branham tenían para con él:
“Dios… se vistió de carne, vino y nos mostró la nueva creación -como sería cuando todo fuera renovado por él. El precio fue pagado. Todos los reclamos fueron satisfechos. Caminó aquí en el cuerpo de un ser humano, un Dios-hombre a quien llamamos Jesús…
El hombre que conocemos como William Branham, fue enviado para manifestar otra vez a Dios en la carne.
Algunos van a pensar que estoy cometiendo un sacrilegio doctrinal (y esto realmente no me importa), pero Dios vino otra vez en carne humana y dijo: "Al parecer, yo debo mostrármeles de nuevo. Debo recordarles otra vez. Ellos tienen que ver una vez más. Una vez más deben saber cómo es Dios. Y Él bajó y envió a un pequeño hombre, a un profeta, ¡pero más que un profeta para este tiempo, a un Jesús hombre para este tiempo!
Así vino el hermano Branham a lo largo del siglo XX y trazó exactamente el mismo camino. DIOS EN CARNE atravesó de nuevo nuestros caminos y muchos no lo saben. ELLOS NO LO HABRÍAN CONOCIDO SI HUBIERAN ESTADO AQUÍ-: CUANDO DIOS CRUZÓ POR SU CAMINO EN EL CUERPO LLAMADO JESUCRISTO!…
Este es un asunto para dar gloria a nuestro Dios, que ha venido en carne otra vez en nuestra generación. Ha venido en carne, en todos nosotros, pero de una manera particular en este hombre que fue su profeta para esta generación”. [275]
A pesar de que las profecías de Branham para el fin de los tiempos no fueron cumplidas y aunque no se levantó de los muertos, sus enseñanzas siguen siendo influyentes en la actualidad. Sus seguidores, generalmente conocidos como los Branhamitas, enseñan las doctrinas bíblicas del arrepentimiento, el bautismo en el nombre de Jesús, el bautismo del Espíritu Santo y la santidad de vida. En algunos lugares son el grupo más grande que aboga por el bautismo en el nombre de Jesús. Por desgracia, también promueven celosamente la doctrina de la simiente de la serpiente, la doctrina de la palabra hablada, y la necesidad de aceptar a William Branham como el profeta del tiempo final.
Los Branhamitas existen en trece confraternidades y en muchas iglesias independientes. En los Estados Unidos, hay alrededor de 300 iglesias con 86.000 constituyentes y otras 400 iglesias en casas con 10.000 constituyentes. A nivel mundial, se estima que hay 1.150 iglesias con 191.000 constituyentes, y 1.380 iglesias en casas con 109.000 constituyentes. [276]
Muchos observadores pentecostales, han concluido que Branham fue un hombre a quien Dios usó en gran medida para inspirar fe en la gente para recibir milagros divinos, sobre todo en la primera mitad de su ministerio. Él no era pretencioso, vivía con sencillez, y expuso una preocupación real por las personas y sus necesidades. Desafortunadamente, con el tiempo se desarrolló una opinión exagerada de su ministerio. Esa visión exaltada de sí mismo, su ingenuidad teológica y su espíritu independiente, lo condujeron hacia doctrinas falsas y destructivas que lo afectaron gravemente, dañando su eficacia y legado. Aun así, su énfasis en la sanidad y en la prosperidad, sus métodos de operación, y su énfasis en la palabra profética, más tarde tuvieron gran influencia en los "evangelistas" de la sanidad, en el movimiento de la lluvia tardía y en el movimiento carismático.